p { margin-bottom: 0.21cm; Iniciado el tránsito hacia un nuevo ciclo político, hoy el Partido Socialista y la oposición en su conjunto deben ir definiendo el tipo de estrategia y los contenidos políticos para enfrentar a la derecha y constituirse en una fuerza social y política que aspire a transformar la sociedad chilena.
La estrategia a seguir debería invertir la lógica hegemónica utilizada los últimos veinte años, esa que, tenía como máxima construir desde arriba hacia abajo. Se trata de superar la distancia entre lo social y lo político. Por lo tanto, asumimos que se requiere de más sociedad, estar disponibles para la crítica y de paso sintonizar y reinterpretar la subjetividad social presente en el Chile actual.
En el caso de los contenidos, los desafíos son urgentes y los podríamos agrupar en tres grandes dimensiones o campos de acción política: más democracia, distribución de la riqueza y justicia cultural.
Más democracia: La sociedad chilena requiere contar una nueva Constitución Política plenamente democrática, vía asamblea constituyente. Esto asegura un proceso representativo que exprese la diversidad de visiones de nuestro país en pleno Siglo XXI.
Distribución de la riqueza: Para avanzar hacia una sociedad desarrollada es central que exista un reparto equitativo de lo que producimos socialmente. La lucha por la igualdad es un componente ético de justicia social, en una de las economías más desiguales del planeta.
Justicia cultural: Las demandas inmateriales deben traducirse en políticas por el reconocimiento de la alteridad y la diferencia. Derechos sociales y culturales, para todas y todos, sin discriminación de ningún tipo, sea esta, por orientación sexual; raza o la pertenencia cultural de grupos y personas.
Cada uno de estos campos de acción política, no se resuelven en el mero trámite y debate parlamentario. Primero porque muchos de ellos no son parte de la agenda legislativa, y segundo, por que impulsar una agenda de este tipo requiere de un impulso desde la sociedad y los actores inmersos en estas múltiples realidades. Por ello, desde ahora, debemos abandonar cualquier tentación de recluir nuestra acción política al solo ámbito de la oposición parlamentaria.
Desde el socialismo y la oposición, más que pensar en volver al Gobierno per se, deberíamos reflexionar en cómo abrir un diálogo real, constructivo y crítico hacia la sociedad. Camino o tránsito lógico para constituir una nueva fuerza social y política que aspire, a transformar radicalmente Chile desde abajo hacia arriba.
Foto: Licencia CC / rubodewig
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