p { margin-bottom: 0.21cm; }
Como bien lo señala el destacado Sociólogo Anthony Giddens en su libro “Más allá de la izquierda y la derecha”, en la política actual la derecha a ratos aparece en posiciones de avanzada y la izquierda se nos presenta conservadora. Espero que este no sea finalmente el caso en el debate suscitado por la implementación de la Ley de inscripción automática y voto voluntario.
No es posible que mientras la derecha hoy respalda una de las principales reformas al sistema político de nuestro país, con el que automáticamente más de dos millones de jóvenes podrán sufragar, sectores de la Concertación de forma conservadora se opongan a ésta, cuando tan sólo el año pasado la respaldaron.
Hoy la política atraviesa un fuerte desprestigio y, los políticos, aun más. Esto nos obliga no sólo a velar, en primer lugar, porque la coalición en el gobierno cumpla con sus promesas de campaña, sino también a hacer todos los esfuerzos por impulsar aquellos compromisos que nosotros adquirimos ante los chilenos al pedirles su voto y de cuyo cumplimiento no nos exime el ser hoy oposición. Debemos honrar nuestra palabra con los ciudadanos y es el parlamento el lugar desde donde debemos hacerlo.
Con la inscripción automática y el voto voluntario existe la posibilidad cierta de no sólo renovar el padrón electoral, sino que, además, de ampliar la democracia y hacer que la política construya una sintonía –que hoy está lejos de existir- con el mundo juvenil.
Se trata no sólo de contar con una mejor oferta en materia de políticas públicas juveniles, sino, también, de que la política sea capaz de traducir y de interpretar a toda una nueva generación de jóvenes chilenos que no se sienten parte ni particípes de la vida pública.
Argumentar que una reforma de este tipo desincentivaría el ejercicio del derecho a voto, es desconocer que ya hoy son millones los chilenos que no siente ninguna motivación para ejercerlo.
Es la permanencia de un sistema electoral binominal que destruye el valor del voto de los ciudadanos y la escasa democracia al interior de los partidos lo que ha producido la desafección de millones de chilenos cada vez que hay que ir a las urnas.
La derecha siempre se ha opuesto a todo tipo de cambios en el sistema político de nuestro país. Ellos no son los impulsores de esta medida, como quieren hacer parecer en los medios de comunicación de masas. Los reales impulsores en esta materia, fuimos en su mayoría jóvenes dirigentes universitarios y secundarios; de las juventudes políticas de la Concertación y la izquierda; de sectores populares y las poblaciones periféricas; ONG etc, los que hace ya una década atrás comenzamos esta discusión que hoy -después de unos buenos años- ya es parte del debate nacional.
En el caso de la política del Partido Socialista, los acuerdos son claros y ampliamente conocidos. En distintas instancias, el socialismo se ha pronunciado a favor de esta reforma política, siendo una de las más importantes el último Congreso de Panimavida de mayo del año 2008. Esperamos que una vez más se ratifique, de ser necesario, esta importante reforma al sistema democrático, donde más allá de cualquier cálculo electoral, lo que está en el fondo de esta reforma es la posibilidad de terminar con un padrón electoral que representa más a la sociedad del plebiscito del NO, que a la sociedad del siglo XXI.
Respaldar la inscripción automática y el voto voluntario significa hoy dar un paso y comenzar abrir las puertas a millones de jóvenes para que éstos ejerzan su derecho a voto y, de paso, tener la posibilidad de promover una mejor democracia y así renovar la actividad política.
———————————–
Foto: Create democracy 5 – Insurgencia Gráfica / Licencia CC
Comentarios