Es casi una «tendencia» la de personas en «situación de calle» el abandonar las latas y bolsas para reemplazarlas por una carpa; más cómoda, práctica y sencilla. Esa sencillez es la que los cubrirá del sol, del calor, de la lluvia, de las miradas, de la discriminación. La pobreza y todas las aristas a las que se asocia, muestra su cara más miserable cuando es extrema. Cuando se vive en la calle, cuando se duerme con animales, cuando hay basura, cuando la vulnerabilidad es a toda hora y en cualquier momento. Esta corriente de «las carpas» para personas que caminan por la ciudad y duermen en ella sin tener casa, uniforma sin intención el rostro de sus situaciones sociales.
Mientras veinte mil chilenos y chilenas viven en la calle, se hace menester visibilizarlos ya que muchos parecieran no existir.
Y así como las clases altas huyen buscando una cota deshabitada, los estilos de vida más pobres heredan lo que precisamente han intentado corregir: antes la pobreza solo se localizaba en la imagen de un campamento y sus habitantes han trabajado para conseguir sus viviendas definitivas. Ese trabajo es constante y pretende acabar con ese perfil. Y mientras se enmienda, surgen estos polos llenos de carpas, para quienes antes se cobijaban bajo un puente, bajo un escaño, entremedio de bolsas o en los rincones seguros y públicos que la ciudad les ofrece.
Este «otro» campamento es el símbolo de una desigualdad progresiva. Es una cascada partida a la mitad. La primera surge y crece. La segunda desciende y pareciera perpetuarse. Estos campamentos también son parte de nuestra pobreza. Son parte del cómo la sociedad debe responsabilizarse. Mientras veinte mil chilenos y chilenas viven en la calle, se hace menester visibilizarlos ya que muchos parecieran no existir. Y el gran problema radica en que democratizar la sociedad mediante su economía no resulta, porque no ha podido democratizarse la educación, ni menos la política.
Estas carpas para excursionistas vendidas comercialmente en un mall, han sabido entregar una cara atractiva a un problema que carece de toda atracción. Aquellos elementos «pintorescos» están siendo una solución para terminar con las tablas y clavos oxidados, con el exceso de diario, con la privacidad. Es irrisorio que en 2015 hablemos de carpas que reemplazan bolsas o que intentemos erradicar aún 674 campamentos establecidos, en Chile. Es contradictorio a la vez, hablar en el siglo XXI de desarrollos tecnológicos, cuando los avances habitacionales (para muestra un botón), son el pelo de la cola de una involución social. Los problemas sociales son tema de todos y es un derecho ser parte de la solución, pero también es un deber solucionarlos.
La pobreza muta, la pobreza crece, logra detenerse, a veces se acaba. La pobreza existe hace tanto como la riqueza. Sea bajo un puente o dentro de una carpa. El número de chilenos y chilenas viviendo en la calle se acerca al número de familias viviendo en campamentos. Tenga la cara que tenga, sea carpa o mediagua, hay que visibilizarla para eliminarla.
Comentarios
12 de enero
Eso de dar carpas me recuerda al menú de dos lucas de Lavín, una especie de acomodar y «embellecer» una situación que debe ser solucionada a partir de las políticas económicas del Estado, única representación de la nación cuyo fin esencial es (o debiese ser al menos) el bien común de los ciudadanos. Dejar a la caridad — en general, a la sola sociedad civil — un trabajo tan profundo, como el de erradicar la pobreza, ha sido la receta seguida por las naciones modernas desde que existen y, creo, que la historia muestra la ineficiencia de tal estrategia.
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13 de enero
5*$2.000.000*350/20.000=$175.000 para cada indigente…
$175.000*20.000*12/$500/US$=84 millones de dólares al año costaría dar a cada chileno indigente (considerando 20.000 de ellos) una suma de $175.000 al mes…
Los números de la primera línea dicen: a cada uno de los cinco concejales de una comuna del país el Estado le asigna $2.000.000 para irse de luna de miel a un curso fraude al lugar del país o mundo que pueda por ese dinero, por cada una de las 350 comunas del país… Eso, dividido entre cada uno de los 20.000 indigentes significa que cada uno de los 20.000 recibiría $175.000 durante un mes, si los fondos de ese viaje fueran reasignados. Eso suma 7 millones de dólares… Al año, 84 millones de dólares…
¿Cuánto cuesta la reforma educacional?… ¿Cuánto cuestan las armas que compra cada año el país?… ¿Cuánto los sobre sueldos innecesarios?…
Nuestro problema es que .. la mezcla de torpeza y ambición de los dirigentes de los ciudadanos es tal que aún no entienden cómo conquistar la democracia… Si eso no lo entienden todavía, ¿quién podría explicarles el significado de la palabra prioridad y su plural, prioridades?…
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13 de enero
Luis, discúlpeme que discrepe con usted, pero el país no ha sido tan ineficiente para enfrentar la pobreza en comparación a otros países similares. Le sugiero vea cualquier estudio al respecto, comprará que desde que se adoptó el modelo neoliberal Chile ha sido el país que mas pobreza ha erradicado.
Además la calificación de pobreza es algo bastante relativo. Si recuerda los años sesenta y setenta había gente que sí pasaba hambre y frío, sí se veína harapos genuinos y rostros enfermos, pero si se acerca a los indigentes y le pregunta porque no va al hogar de Cristo o decenas de casas de acogida por el estilo, que ojala hubiesen existido hace 40 años, ahora le dicen que es mucho mejor estar en la calle, o sea para ellos es una opción lo que los pobres de ántes ni soñaban con tener.
Ocasionalmente tambien hay que ver el vaso medio lleno para hacer un juicio mas objetivo.
Saludos
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14 de enero
Sería interesante que me dejase estudios que demuestren su punto don José Luis, porque lo que básicamente estoy apuntando está basado en un librillo que últimamente tiene harta publicidad el de Piketty, que no tiene foco en la pobreza sino que en la desigualdad. Sinceramente no estoy en condiciones de llevar mi argumento más allá de la siguiente sentencia: la pobreza relativa se mantiene constante en la medida que la desigualdad va mutando en su forma a la vez que manteniéndose constante.
Saludos
17 de octubre
Estimados Compatriotas y medio de comunicación, de manera muy sincera y genuina, deseo poder contar con un CONTACTO LEGITIMO, lo más directo / cercano posible a la autoridad correspondiente (Presidente, Ministro de Desarrollo Social o Seremi de turno) que realmente tenga el genuino interés y profundo ideal de resolver de manera ágil, adecuada, muy propicia y con «CERO» COSTO FISCAL y PRIVADO, la vergonzosa situación de INDIGENCIA en la que se encuentran compatriotas nuestros a lo largo de nuestro querido Chile. La solución es muy simple, estratégica, ingeniosa y valiente, aunque impensada aún pot parte de nuestras ilustres autoridades, y debido tal vez, a que gran parte de todo lo que se necesita ya existe y sobra, y cuando digo “todo” me refiero a TODO. Hoy contamos con toda la infraestructura, con los recursos, y con la gente lista y dispuesta a cumplir con esta enaltecedora labor y misión social, al punto de poder poner en marcha “EN TAN SOLO MESES” esta manutención y asistencia de manera digna, honorable y ejemplo mundial para muchas naciones vecinas y del resto del mundo en como solventar y hacerse cargo de los compatriotas que se encuentran al margen de TODOS los sistemas sociales, monetarios, laborales y económicos. Con el propósito de evitar interpretaciones y entendidos equívocos, prefiero hacer llegar esta información de manera directa y reservada a las autoridades que cuenten el verdadero interés y facultades de ponerlas en ejecución lo antes posible. Un abrazo!
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