“El Estado no es la concentración de una clase en el poder, como en el individualismo o en el totalitarismo, sino una expresión jurídica de todas sus comunidades juntas”.
Asimismo en su declaración de principios señalaban en lo relativo a la “economía humana, factores que influían en ella eran en primer lugar que no estuviese ligada a una masa de individuos atomizados, ni a un Estado Monopólico, sino a comunidades de trabajo, de intereses ligados y coordinados, asimismo un factor a señalar es el de generar estabilidad en sus cargos, participación en las ganancias, gestión y propiedad de las empresas para los trabajadores”, y el fin último de la DC era transformar la sociedad por medios democráticos y respetando las formalidades legales, las estructuras establecidas por un liberalismo individualista o por el totalitarismo colectivista, así alcanzar una sociedad en la que el trabajo sea el vehículo de la fraternidad y no un signo de injusticia.
Ya ni rastros quedan del poderoso partido del cual fue a partir del año 1964 con el ascenso al poder de Eduardo Frei Montalva, teniendo el control absoluto en la Cámara, alcanzaba el tercio del Senado, pero todo aquello ya terminó
Esos son algunos de los principios fundantes del Partido Demócrata Cristiano (PDC), que en la actualidad no motivan a ningún electorado a confiar en la falange, que hoy sufre un escenario de decadencia política, reflejada en los resultados arrojados por la elección presidencial y parlamentaria recién pasada, panorama advertido por ilustres miembros del partido meses anteriores a las elecciones, como Jorge Pizarro e Ignacio Walker, señalando que el hecho de haber decidido jugársela por correr de manera separada una carrera presidencial y no de la mano con la Nueva Mayoría, esto provocaría el fin de dicha coalición y finalmente llevaría a triunfar al candidato de Chile Vamos Piñera.
Pero todo aquello no desvaneció la Nueva Mayoría, sino muy por el contrario fortalece al candidato Alejandro Guillier, y abre un escenario de diálogo y de conciliación, esto es, a unificar criterios y propuestas en conjunto con las fuerzas de izquierda, que llevarán a que en el balotaje sea elegido el representante de dicha coalición, y así poder seguir perfeccionando las reformas iniciadas por nuestra presidenta Michelle Bachelet y no optar por un gobierno que solamente se basa en el crecimiento económico y no en el bienestar social de nuestro país, mintiéndonos que todo se ha hecho mal, que nos llevan a una Venezuela, viejo argumento que antes era Cuba, ahora Venezuela, pero no olvidar que los cambios que importan son los sociales y no el crecimiento económico de los mismos de siempre, bajo una campaña del terror del candidato neoliberalista, utilizando una frase que ya la DC en el 69 era utilizada en las parlamentarias de dicho año, la cual es “100 años de retroceso, 4 años de progreso”, y lo de este gobierno saliente no ha sido un retroceso sino un cambio en pos de nuestra sociedad.
A esto se le suma que la misma DC tuviera como meta y expectativa asegurar los escaños parlamentarios y consejeros regionales, lo cual en la práctica se refleja el desencanto social y asimismo un juicio al desempeño real de los políticos emblemáticos como lo son las derrotas de Ignacio Walker y Aldo Cornejo en la Región de Valparaíso, quienes supuestamente en el papel mantenían un respaldo positivo de la ciudadanía a priori de las elecciones, otro caso es el de Andrés Zaldivar, de quien nos remontamos a los tiempo de Eduardo Frei Montalva, siendo subsecretario y luego Ministro de Hacienda en dicho gobierno, hasta hoy en día en que se repostulaba con 81 años de edad, a su cargo como Senador de la República y que actualmente se encuentra indagado como imputado en caso de tráfico de migrantes y cohecho.
Ya ni rastros quedan del poderoso partido del cual fue a partir del año 1964 con el ascenso al poder de Eduardo Frei Montalva, teniendo el control absoluto en la Cámara, alcanzaba el tercio del Senado, pero todo aquello ya terminó, un conglomerado que ha recibido un duro revés por la ciudadanía, que venía desarrollando un declive permanente por parte del partido, malos manejos administrativos-internos, que finalmente llevan a pensar si es el final de la falange como tal, que no encuentra eco de sus principios fundantes en una sociedad en constante movimiento, asimismo es del caso señalar que la DC es un partido que si bien, se ha pronunciado respecto la vulneración de los Derechos Humanos a nivel internacional, en caso de Cuba o Venezuela, no lo ha hecho respecto de países donde el sistema económico neoliberal se encuentra de manera vigente, es decir donde gobiernan sus símil como es el caso de España, país donde gobierna actualmente el Partido Popular, asimismo, no olvidar la contribución en el golpe militar de 1973 y la consecuencial caída del Presidente Salvador Allende.
Hoy en día nos encontramos con una DC lejos del lema que marcó la campaña presidencial de Frei en el año 1964, “ Una revolución en libertad”, lo cual dicha revolución y conceptos fueron tomados del jesuita belga Roger Vekemans, requieren de una unidad partidaria tal como acontecía en esa época, realidad que no acontece hoy en día, divisiones interiores, caídas de candidatos emblemáticos y un pilar de este partido indagado como imputado en delitos tales como tráfico de migrantes y cohecho, no obstante lo que dispone nuestra legislación sólo se trata de una investigación y el Sr. Zaldivar goza de presunción de inocencia hasta que una sentencia dictamine lo contrario, pero son hechos informativos que hablan de una debacle de acontecimientos sucesivos que llaman a la sociedad pensar que el fin del partido que brillara con Frei Montalva, hoy no sea ni la sombra de aquello. Será la fórmula para seguir, la refundación del partido con otros líderes y anexándose a la coalición que ostente el poder como ha sido su tendencia, pero aquello sólo es rallentar la crisis evidenciada del partido.
Comentarios
25 de noviembre
Esto de los principios fundamentales o fundantes del partido debiera casi ser cosa del pasado, teóricamente. Al menos a mí me sabe a añejo e impráctico. No veo en qué sea útil, ya que lo que hay por delante es un país en una situación x que debe transitar a alguna otra cosa, donde se quiera mejorar, para lo que se hacen necesarias operaciones de diverso tipo. Para ello debiera ya ser una Ley que los partidos, si quieren postular a dineros del Estado para imprimir sus basuras de carteles, acuerden a qué situación nos dirigiremos, detallando sus operaciones componentes, y anunciándolas con fanfarria estridente, para que todos nos demos cuenta que los partidos políticos han generado algo útil, más allá de la razón que hubiéramos podido imaginar.
Se entiende que esto no puede pasar, pero, ¿qué tal si existiera la herramienta que lo permite?. Si se dictara la Ley: Si eres partido y quieres dinero de Juan Pedro Diego y todo el resto de cada chileno para imprimir tus carteles, preséntales un Programa de Gobierno acordado en la Cámara de los partidos políticos,… «donde viven los acuerdos»…
Y tendrían que hacerlo… Llegado el caso ¿de qué servirían sus principios?.
No se necesitan principios, se necesita debate de operaciones y mecanismos concluyentes sobre ellos, donde se reúnan los que están dispuestos a discutir, sea el partido que sea… Si fue partido, partido es o quiere seguir siéndolo, allí debe estar y eso debe estar haciendo…
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