El año 2010 ha sido el responsable de un nuevo lanzamiento al estrellato. Es el vocablo mierda, que ha ingresado exitosamente al mercado de las palabras top. Sin duda es una de las más comunes en el escaso vocabulario nacional. La pronunciamos cuando nos pegamos un martillazo, cuando la selección pega un tiro en el palo, o cuando camino a una reunión, enmierdamos los mocasines. Suele también usarse, cuando estamos a punto de romper la mala suerte, pero algo pasa al último minuto que nos vuelve a sumir en la derrota. Muchos mierdas deben escucharse en las derrotas electorales, amorosas y laborales. Concordemos, entonces, que la palabra mierda, se usa más como vocablo para graficar un enrabiamiento con el mundo, que como impulso a nuevos desafíos.
El Presidente, no obstante, apelando a una tradición lingüística bélica, lo ha usado en esta segunda acepción. En varias ocasiones ha usado el vocablo para referirse alegremente al país que tenemos, e incluso Enade le ha seguido la moda, usándolo como leit motiv de su último encuentro.
La mierda, seamos claros, es ecológica desde los inicios de la humanidad, aunque dado lo que hoy comemos, no sé si seguirá en esta categoría. Según la manoseada Wikipedia “mierda (del latín merda) es una expresión generalmente malsonante y polisémica, y usada principalmente en el lenguaje coloquial. En sentido estricto es el resultado del proceso digestivo, y se refiere a los deshechos fecales de un organismo vivo, normalmente expulsados del cuerpo por el ano”.
¿De dónde viene entonces este amoroso coqueteo con la palabra, si todos sabemos que tiene mal olor y es algo que todos de alguna u otra manera evitan mirar, oler y menos en la cena de año nuevo, pronunciar.
¿Sera acaso que Chile ha caído inexorablemente en la mierditis lingüística?
Quizás el masivo y parafernálico uso de la palabra no sea casual. Iniciamos el año con la victoria del primer presidente derechista desde el retorno de la democracia, luego tuvimos un terremoto y tsunami que hizo mierda casas, edificios y vidas completas. Luego, un Presidente que en giras internacionales hizo mierda la tradicional sobriedad republicana. Concluimos con frases de la directora de la JUNJI, al más puro estilo almirante Merino, funcionarios públicos despedidos, 81 presos quemados y el accidente carretero más grave de la historia.
Hace unos años todo Chile se asqueó e hizo chistes de Spiniak, un extraño sujeto que degustaba las materias fecales. Este 2010, todos vamos a concluir comiendo mierda. Como para pensar que el que ríe ultimo, ríe mejor. Feliz 2011, adiós, año de mierda.
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Foto: Daquella manera / Licencia CC
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