Amigos y amigas, esta semana causaron mucho revuelo, comentarios en redes sociales, y las consabidas columnas de opinión, las expresiones vertidas por la ministra del trabajo, en un panel donde participaba un alto dirigente empresarial. Al fragor de lo que allí se discutía, la ministra espetó al líder empresarial: «paguen mejores sueldos”. La frase en sí no es ofensiva, ni debiera ser más que una anécdota, pero ha reabierto el debate respecto a los salarios en Chile.
Hagamos un poco de historia, según datos del INE, el ingreso mínimo el primero de junio de 1989, último año de la dictadura civil-militar chilena, era de $18.000. A junio de 1990, primer año del retorno a la democracia, gobierno del presidente Aylwin, el ingreso mínimo tuvo un incremento llegando a $26.000. Al término de su mandato el ingreso mínimo ascendía a $46.000. Treinta años después, durante la administración del presidente Boric, se estableció un mecanismo de reajustes gradual del ingreso mínimo, el que aumentó a $440.000 el 1° de mayo de 2023, y aumentará a $460.000 el 1° de septiembre de 2023 y a $500.000 el 1º de julio de 2024. Según estimaciones del INE unos 900 mil trabajadores perciben el ingreso mínimo en Chile, correspondiendo principalmente a trabajadores (as) que prestan servicios en micro y pequeñas empresas. Por sector económico trabajan en los sectores comercio y agricultura mayoritariamente.En general todo incremento en los costos, son traspasados a precios. Por tanto, no es inocua la discusión sobre el nivel de ingresos que debiéramos tener en Chile, de acuerdo al tamaño de nuestra economía
Estas cifras ilustran de mejor modo, la discusión en torno al nivel de ingresos. Los trabajadores(as) que perciben el ingreso mínimo mensual, verán incrementados sus ingresos durante la actual administración en un 8,7%, el mayor incremento en más de veinte años. El grueso de los trabajadores y trabajadoras de Chile, percibe un ingreso superior, por lo que los incrementos fijados por ley, para beneficiar a los trabajadores del ingreso mínimo, no se les aplica.
Entonces, debemos entender el reclamo de la ministra del trabajo, no para este segmento de trabajadores, ni para las micro y pequeñas empresas, que los emplean, sino para la gran empresa, y para aquellos trabajadores y trabajadoras, que están inmediatamente por sobre el ingreso mínimo. Y allí se encuentra la mayoría de la fuerza laboral chilena, según la Encuesta Suplementaria de Ingresos ESI 2022, el ingreso mediano llegó a los $450.000 mensual. Es decir, que el 50% de la fuerza laboral chilena percibía una renta inferior a 450 mil pesos mensuales al año 2022. Sólo cuatro regiones del país superaron el promedio nacional ($757.752), la región de Antofagasta, con un ingreso medio de $933.988; la región de Magallanes y de la antártica chilena, con un ingreso medio de $890.645: la región Metropolitana con un ingreso medio de $875.891 y la región de Aysén con un ingreso medio de $870.858.
La mitad de los trabajadores y trabajadoras de Chile, depende de la negociación individual o colectiva para mejorar sus condiciones de remuneración. Considerando que menos de un 20% de los trabajadores, participa de procesos de negociación colectiva, estamos hablando de un segmento relevante de trabajadores. Ellos perciben un ingreso levemente superior al ingreso mínimo, por lo que cualquier reajuste es significativo.
Considerando lo anterior, surgen varias interrogantes. Si las condiciones de remuneración del grueso de los trabajadores de Chile, dependen de negociaciones al interior de las empresas, individuales o colectivas, ¿qué puede hacer el gobierno al respecto? Da la impresión que un reclamo pidiendo que suban los sueldos, es ineficaz, y del todo insuficiente. No divagaremos aquí, acerca de la estructura de costos de las empresas, y del delicado equilibrio existente entre estos, y los precios finales de los bienes y servicios. Sólo dejemos enunciado, que en general todo incremento en los costos, son traspasados a precios. Por tanto, no es inocua la discusión sobre el nivel de ingresos que debiéramos tener en Chile, de acuerdo al tamaño de nuestra economía.
Considerando que la actual administración, ya consiguió un tremendo logro, con el incremento histórico del ingreso mínimo, ¿no será hora de impulsar un gran acuerdo por el empleo? En los nunca bien ponderados 30 años, de la eterna transición a la democracia, se forjaron acuerdos muy importantes, y ya es hora de retomar ese dialogo. Por ejemplo, la sala cuna universal. Está probado con abundante evidencia, el impacto que produce en los hogares chilenos, cuando la mujer puede incorporarse al mundo del trabajo. Hoy aparte de una brecha salarial inaceptable, en el sector privado, existe la condicionante principal a la contratación: La norma sobre sala cuna obligatoria y de cargo del empleador, cuando se tiene más de 20 mujeres.
En los países desarrollados, particularmente los del norte de Europa, con los que nos gusta compararnos, cuentan desde hace décadas con normas de corresponsabilidad paternal y de cuidados, y los permisos de maternidad son compartidos entre ambos progenitores. Lograr un acuerdo en esta materia, haría innecesario estar reclamando en paneles de TV, por mejores salarios. La participación laboral femenina pasó de un 32,5 % en 1990 a un 48,9% en 2017, estamos muy lejos aún del estándar de los países de la OCDE, donde figuramos como el sexto país con la mayor brecha en este ámbito.
Otra discusión técnica, que debe abordarse sin tapujos ideológicos: La flexibilidad de la jornada. La mejor forma de incorporar a las mujeres y a los jóvenes al mundo del trabajo, es con jornadas flexibles. Por ejemplo, se puede incorporar una modificación a la ley de las 40 horas, para que ese número de horas pueda cumplirse en promedio de varias semanas. Asimismo, la sala cuna debe financiarse con una cotización por cada trabajador independiente del género. O puede formar parte del pacto fiscal, para que sea financiado con impuestos generales. Estas son áreas en la que es muy probable exista disposición transversal a avanzar. Esa es la tarea de hoy, y no queda mucho tiempo, la frase para el bronce la dice cualquiera, pero sólo unos pocos pueden mirar más allá, y encontrar los caminos.
Comentarios
18 de marzo
«Si realmente quieren inclusión , paguen mejor y respeten los derechos de las personas». Eso es parte de las verdades que les dijo en su cara la ministra del trabajo, en su cara, no se los mandó a decir con nadie, a los miopes tacaños y egoístas mal llamados empresarios ( en su mayoría son rentistas y especuladores, casi no producen nada). Y ahora con la caída de los generales de carabineros por desfalco y corrupción, sumado al director de la PDI sospechoso de vínculos corruptos con el amigo de Chadwick, los empresarios no tienen quién detenga el próximo estallido social.
La ministra Jara les tiende una mano iluminandolos en su ceguera especulativa, paguen mejores sueldos.
Y que hacen los carcamanes de la sofá, se tiran a insultados y ofendidos. Es que es más barato descalificar a la ministra y al gobierno. Los empresarios no serán perdonados, porque saben lo que hacen, arrinconar al chileno y las chilenas pagando bajos sueldos y cobrando un UF
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19 de marzo
Usted don Ernesto que tiene tanta nostalgia y fe en aquella política de los acuerdos de los tiempos de la concertación. Hoy martes 19 de marzo de 2024 la senadora Rincón acaba de romper un nuevo acuerdo. Y no pasa nada, la vida sigue igual con una nueva traición. Hoy se reparten el poder los dos gatos gordos de Demócratas con Walker de vice presidente del Senado. Si los acuerdos los rompieran comunistas, socialistas, o el frente amplio, Moscciati haría un festín con el asunto. Los medios pasarían semanas ordeñando la vaca del acuerdo roto por la izquierda o centro izquierda.
La oposición está negada y cegada, quiere que al gobierno le vaya mal. No quieren acuerdos que avancen mejoras para los chilenos y chilenas.
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26 de marzo
Si no se entiende el concepto de la productividad marginal del trabajo, y sumado a algún grado de marxismo subyacente, siempre habrán personas tendenciosas que creerán que las empresas deben tener los sueldos más altos posibles y las ganancias más bajas. La ministra es un claro ejemplo.
Pero la realidad no se puede cambiar, las empresas optimizan todo lo que pueden y esa es la forma que construyen sus precios y la sociedad se beneficia. Si decidieran pagar, digamos, el doble a los trabajadores, podrían también subir al doble los productos…¿Sería esa mejor ecuación?
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26 de marzo
Los bajos sueldos son el motor del neoliberalismo, así logran que la economía, que enriquece al 1%, funcione.
Un bajo sueldo, obliga al ciudadano común a vivir constantemente endeudado y encadenado a bancos, instituciones financieras y casas comerciales. Por ejemplo, muchos de los que aquí opinan pagan hasta el pan con tarjeta de crédito y al recibir sus sueldos lo primero que hacen es pagar distintos tipos de créditos y no es raro que deban hacer «bicicletas» para sobrevivir.
Saludos
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27 de marzo
Repasemos el elenco de actores de esta obra.
Los tres principales son el Gobierno, el empresariado y los trabajadores.
Lo que se mueve entre ellos (flujos) son propuestas.
En este caso, el Gobierno propone algo al sector privado.
La preocupación que subyace en el Gobierno «a simple vista» es el bienestar de los trabajadores (de la economía).
En su contra partida, los trabajadores también hacen llegar propuestas al Gobierno.
El empresariado hace lo mismo.
En ambos, trabajadores y empresariado, subyace la misma preocupación por la economía (genuinamente y no a simple vista).
Los tres actores ven a la economía como algo que debe mejorarse, «por lo visto», o por lo que se entiende de los hechos.
No cabe duda que los trabajadores y el empresariado siempre están impulsando la economía,
sin embargo, el Gobierno desde que llegó ha propuesto destruirla; recordemos:
«Chile será la tumba del neoliberalismo»
lo que significa arruinar la economía,
cosa que atenta al genuino interés del empresariado
que migró sus capitales y dejó de tener interés en invertir en Chile por la sola llegada y posteriores acciones del Gobierno.
Los trabajadores, por su parte, si recuerdo los gritos de Huachipato, le piden al Gobierno que colabore con la economía, manteniendo sus trabajos y las operaciones de Huachipato, y así la economía de toda una región.
No piden los aumentos de sueldos que propone el Gobierno.
Piden mantener sus trabajos al costo estatal y político que se deba asumir…
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28 de marzo
Luego, al no oír el Gobierno a Huachipato, atendiendo a su demanda, como debiera, Se Invalida Como Actor Constructor de la Economía. Lo mismo hace cuando quiere aumentar impuestos, o cuando pretende que a los trabajadores se les pague más para evadir la carga noticiosa que les incomoda.
Pero, señores del Gobierno, los empresarios y los trabajadores, en sus demandas, les solicitan a ustedes que:
1.- Dejen de robar con el Cartel de las Fundaciones del Gobierno, para que la plata alcance.
2.- Que rindan cuentas de los dineros recibidos para los damnificados y de todos los movimientos del dinero estatal.
(Hay miles de millones de dólares que se esfuman del Estado cada año y a los terroristas que se los roban hay que llevarlos a un espacio reducido e incomunicado)
3.- Que corten la chacota con imponer más impuestos para seguir robando.
4.- Que bajen los impuestos.
5.- Que construyan las casas que quemaron en La Región de Valparaíso con eficiencia.
6.- Que hagan lo necesario para mantener a Huachipato funcionando.
7.- Que la minería chilena sea para los chilenos y no para empresas extranjeras que solo pagan cinco cominos de impuestos por las concesiones mineras.
8.- Que construyan la propuesta de Poder Civil . cl
9.- Que cierren la frontera que descaradamente mantienen abierta y en contra de la Constitución para que ingresen los terroristas de Madurito.
10.- Que logren poner a la delincuencia detrás de las rejas, a dos raciones de pan y agua al día y «a lo Bukele».
11.