¿Quién podría decir que no conoce a algún Sebastián, como el candidato, alguien de derecha pero definida como una persona “no política”, un trabajador incansable o emprendedor pero por sobre todo un gran luchador de la vida?
Estoy seguro que existen cientos de Sebastianes y que fácilmente cada uno puede recordar.
Como vemos este Sebastián está en nuestros núcleos cercanos, vive cerca de nosotros o incluso es parte de nuestra familia, presentan un perfil similar y nos venden la historia de superación como algo tan sencillo
Este tipo de Sebastián es más común de lo que se cree, es el compañero de la escuela pública que luego de mucho estudio y sacrificio pudo entrar a la universidad y desarrollar una carrera profesional exitosa, pero que si le vuelves a mencionar su escuela con número puede que se horrorice.
Este Sebastian también está en el que sin estudios superiores desarrolló algún tipo de negocio, un emprendimiento que le permitió comprar una casa, un auto del año y vestir de ropa de marca, lo que le permite olvidar sus orígenes y por sobre todo, alejarse de ese mundo tan popular ahora para él.
Este Sebastián también es el que luego de años de militancia en algún partido político tradicional, se va al lado oscuro y sin más estudios que los que cualquier persona de su edad podría tener y muchas menos capacidades también, destaca como “asesor” de cuánto político lo pueda apadrinar, abultando sus bolsillos sin escrúpulos y defendiendo a sus padrinos pese a que comentan actos que van en contra de su corriente de pensamiento.
¿Qué es lo común de estos Sebastianes? Es que todos vienen de sectores populares, padres obreros, nacidos en algún pasaje de cualquier población, la cual el día de hoy dista mucho de su vivienda en condominio en un barrio de bien, carencias económicas y afectivas pero por sobre todo ambición, mucha ambición.
Este Sebastián no duda en renegar de su pasado o por el contrario, explotarlo como señal de superación. No es extraño tampoco que se identifique con las ideas de derecha y piense que el resto es pobre porque quiere todo gratis.
También puede ser común el cambio de nombre (porque en las clases sociales que ahora le gusta rondar, es mal visto su nombre británico acompañado de apellido mapuche) o sencillamente y sin pudor alguno, cambiar de raíz el apellido que no hace juego con el de sus nuevos amigos del colegio particular en el que van sus hijos.
Como vemos este Sebastián está en nuestros núcleos cercanos, vive cerca de nosotros o incluso es parte de nuestra familia, presentan un perfil similar y nos venden la historia de superación como algo tan sencillo, que les parece extraño que aún sigamos empobrecidos: creen que nos falta voluntad.
Es por esta razón que estos Sebastianes le hacen tanto daño a nuestro país, a nuestra democracia, a nuestros sueños, porque de un momento a otro se junta con otro Sebastián y comienza una cruzada en contra de todo lo que sea reivindicativo de derechos y ya vemos lo que el Sebastián presidente ha hecho con las protestas sociales.
Poco a poco está empezando a caer el Sebastián candidato, pero es cosa de tiempo en el que otro Sebastián tome la misma bandera de batalla y aglutine a otros Sebastianes sedientos de poder.
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