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¡Compañera Presidenta!

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Hoy la cosa es distinta, compañera presidenta, y permítame seguir llamándola así, porque aunque usted no me conoce, somos militantes de la mismo partido, sin embargo tenemos diferencias que le explicaré más adelante.

Se preguntará, compañera, porqué escribo esta carta pública, y debo aclarar que no me mueve más que mis propias convicciones, las mismas convicciones que debe, o debería, tener nuestro pueblo.

Si la llamo compañera es porque en sus manos está el destino de nuestro país, nuestros derechos postergados, nuestros anhelos más profundos, nuestros sueños.

En usted, compañera, hemos puesto nuestras esperanzas de que este país debe cambiar de una buena vez por todas, pero escúcheme bien, debe cambiar, no maquillar, no redestinar, no reubicar, no rediseñar ni mucho menos, compañera, olvidar.

También está en sus manos cambiar su propia biografía, compañera, tiene la oportunidad de ser eterna, pasar a la prosperidad no como la primera presidenta de Chile, ni como la primera presidenta reelecta de Chile, tampoco como la primera mujer socialista presidenta de Chile; en sus manos está ser reconocida como la estadista que cambió los cimientos de este país.

He leído su programa, compañera, más de una vez para ser sincero, escuetamente trabajé en su programa y créame que pienso que no está mal, pero entienda que no será suficiente.

Los jóvenes queremos participar en política, aunque los estudios digan lo contrario, pero en las condiciones que estamos actualmente se hace imperioso poner fin al sistema binominal que ha generado segregación durante décadas. ¿Se ha dado cuenta usted que no tenemos representantes de nuestra gente en el congreso? ¿Ha visto un Mapuche en el congreso? ¿Un pescador? ¿Un obrero? ¿Una dueña de casa? Claro, no los hay porque no se puede, nadie puede competir contra un pulpo gigante siendo un zooplancton. ¿Le cabe duda alguna que lo debemos cambiar?

Compañera Presidenta, torturada, encarcelada y exiliada, ¿No le pesa regirse bajo una constitución ideada por quienes se tomaron con las armas el país? ¿No siente que debemos limpiar de toda la sangre que mancha esa constitución que por más de 30 años nos oprime? La alternativa, la única alternativa es una asamblea constituyente, y usted lo sabe compañera, cualquier otra fórmula resultará sólo maquillaje, y usted ni yo compañera, somos muy fanáticos del maquillaje.

Aún no conozco Caburga, compañera, ese bello lago en que usted tiene una casa, inmersa en la naturaleza, donde se puede levantar escuchando las aves, el viento, los árboles y el agua, donde respira un aire puro ese que anhelamos en Santiago, Temuco y tantas otras ciudades. ¿Qué pasaría, compañera, si de un día a otro le instalan una represa a menos de un kilómetro de su casa? ¿Si una termoeléctrica amenazara con secar las napas subterráneas y, además, contaminar el aire puro que respira? ¿Y si instalaran una chanchería, como en Freirina, o cualquier otra empresa que emanara putrefacción?

Creo que concuerda conmigo, no podría vivir tranquila, no podría vivir en paz. ¿Y si analizamos la situación ambiental en nuestro país? Le propongo que sea pionera, que sea reconocida por implementar la mejor institución ambiental de la región y, por qué no, del mundo. Una legislación acorde a las necesidades de cada región, de cada pueblo, de cada individuo. Todos, compañera, tenemos mucho que aportar, tenemos la obligación de cuidar nuestras aguas, nuestros aires, nuestros mares, nuestros árboles, nuestros animales, todos nuestros recursos y de producir energía de manera limpia.

¡Y cómo no hablar de la educación compañera! Si ha sido el modelo más macabro ideado en el mundo, donde los que tienen pueden estudiar, el resto se tiene que endeudar y los más numerosos deben comenzar a trabajar. Usted y yo, compañera, sabemos que es la injusticia más grande que ha ocurrido y se agradece que en su programa aparezca incluida la gratuidad en todos los niveles, que, en este momento, es lo más necesario, pero ¿Será solamente la gratuidad lo que convierte en revolucionaria una reforma educacional? ¿Qué le parece si intentamos hacerla de calidad, de la mejor calidad? ¿Y si nuestros profesores son reconocidos por fin como los formadores de todos los profesionales y los situamos en el escalón que les corresponde?

Si hacemos un esfuerzo pequeño podemos tener una revolución inmensa ante nuestros ojos, esa revolución que usted anhelaba cuando tenía mi edad y que la puede hacer posible, ahora, cuanto antes.

Pero hablamos de educación y de su financiamiento, ¿Ha pensado en los obreros compañera? Esos que hace 40 años defendían el gobierno popular de nuestro compañero presidente, pero que ahora no sólo no participan de la política, sino que están relegados como los parias de la sociedad, la última escala de este país lleno de millonarios. Ellos son los que luchan para llegar a fin de mes para recibir la remuneración que alcanza para pagar las cuentas básicas, para la canasta familiar mensual, más básica de la que usted pueda creer compañera, con menús monotemáticos.

Pero la mayoría puede lidiar con el hecho de saber que, por lo menos, tienen para comer, pero usted y yo compañera sabemos que no solamente tenemos que comer para vivir, ¿Qué pasa con los medicamentos que las familias tienen que pagar? ¿No tienen derecho también a abrigarse? ¿Será posible con el sueldo mínimo ahorrar para el futuro? Compañera presidenta, usted y yo sabemos que no es así. ¿Y si aumentamos el sueldo mínimo a $300.000? Podrá decir que económicamente es imposible, yo le pregunto, ¿Acaso no lo merecemos? ¿Desde cuando el trabajo de un legislador se transformó en una carrera  rápida hacia ser millonario y dejaron postergados nuestros anhelos de un sueldo más justo?

No lo anhelo sólo yo compañera, lo anhela su pueblo, ese pueblo que la eligió dos veces, que está esperanzado en que cumpla su programa, pero más esperanzados en que vaya más allá, sin límites, hacia un cambio rotundo de nuestra sociedad, así, sólo así, las voluntades de su pueblo se harán realidad, así, sólo así, volveremos a confiar en las instituciones, así, sólo así, tendremos una sociedad de derechos y, así, solo así, podremos llamarla compañera presidenta.

Porque ya con lo que anteriormente relaté, compañera presidenta, nos damos cuenta que las prioridades más básicas son sumamente difíciles de cumplir,  hablar de vivienda nos parece un sueño que sólo podemos cumplir bajo un estricto canon; el arriendo, o en el mejor de los casos, una vivienda pequeña, muy pequeña, situada en la periferia de la periferia y un poco más allá. ¿No deberíamos ser capaces de hacer una nueva política de vivienda y urbanismo que nos beneficie a todos? ¿Por qué el centro de las ciudades es relegado a las inmobiliarias que construyen para inversionistas y muy pocas veces para las familias autóctonas de los barrios? ¿Los barrios tienen que seguir destruyéndose para que las constructoras puedan levantar cuantos edificios quieran?

Compañera, usted y yo sabemos que hay, a pesar de estar el la OCDE y todos esos clubes bonitos, en nuestro país, hacinamiento, favelas, campamentos y miseria. ¿Le parece que lo cambiemos? Que veamos el real impacto de la reconstrucción también  debe ser vital.
Compañera Presidenta, doctora; ¿Qué me dice usted de la salud que tenemos?

Pero no usemos estadística ni hablemos de salud pública, usted y yo sabemos que tenemos altos estándares internacionales, no tenemos desnutrición, hemos erradicado muchas enfermedades de nuestro país, el sistema, en teoría funciona, sólo en teoría.

¿Por qué los que pagan solamente tienen la mejor salud? ¿Se imagina usted compañera, levantarse a las 5 de la mañana para hacer fila en el consultorio u hospital para tener una ficha y luego partir rumbo a la moneda a trabajar durante la mañana y asistir puntualmente al control solicitado en la tarde?

Esa es nuestra realidad compañera, usted y yo lo sabemos, y por cierto que nos llena de cólera, y estoy más que seguro que usted más que nadie quiere cambiarlo ¿Y si partimos regularizando las isapres? Entiendo que cada uno debe elegir el sistema público o privado para atendernos y que la gente no se siente muy protegida en Fonasa, ¿Qué le parece si fortalecemos el servicio público y le ofrecemos la mejor alternativa a los usuarios?

Me alegro tanto, compañera, que en su programa exista la creación de tantos hospitales, CRS y CESFAM, pero ¿De verdad serán suficientes? ¿Cómo incentivar a los profesionales a que trabajen en el sector público? Usted y yo, compañera, sabemos que en las clínicas están concentrados la mayoría de los especialistas pero, ¿Por qué están ahí quienes han sido becados por el Estado para completar su especialidad?

Moralmente deberían dedicarse al servicio público, pero ¿Por qué no lo hacen? Compañera presidenta, ya no podemos esperar más, hay que hacer un cambio lo antes posible, porque no queremos más muertos, queremos menos enfermos crónicos, menos listas de esperas, menos farmacias coludidas, menos desigualdad compañera, menos desigualdad.

Compañera presidenta, tiene una gran tarea por delante, y estoy seguro que esto que acabo de escribir es la punta de un iceberg, un iceberg que esconde los más sentidos anhelos de justicia, igualdad, compromiso y fraternidad.

No lo anhelo sólo yo compañera, lo anhela su pueblo, ese pueblo que la eligió dos veces, que está esperanzado en que cumpla su programa, pero más esperanzados en que vaya más allá, sin límites, hacia un cambio rotundo de nuestra sociedad, así, sólo así, las voluntades de su pueblo se harán realidad, así, sólo así, volveremos a confiar en las instituciones, así, sólo así, tendremos una sociedad de derechos y, así, solo así, podremos llamarla compañera presidenta.

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Foto: Gobierno de Chile / Licencia CC

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3 Comentarios

carolina nunex

Excelente…..

consuelo.valencia.98

Estimado Rodrigo, colega y compañero, soy enfermera y docente universitaria… No sabes como me emociona leer tu carta, comparto cada una de tus ideas y me enorgullece tu lucidez. Mantente conciente y crítico, la enfermería y Chile necesita gente joven como tú….un abrazo, colega.

    RodrigoNunez

    RodrigoNunez

    Gracias compañera, se agradece el comentario! Hoy más que nunca hay que trabajar en los temas que afectan directamente a todos los chilenos.
    Si te interesa trabajar en temas de salud, hemos formado un grupo de compañeros socialistas que trabajamos las temáticas de salud. Si te interesa, bienvenida!!!