"La comuna de La Florida hoy es el fiel reflejo de lo que se ha transformado la actividad política en Chile: traiciones, negocios, falta de ética, travestismo político, falta de compromiso, pasadas de cuenta y, por sobre todo, la gran incapacidad política de la Concertación y Alianza para satisfacer las demandas ciudadanas. Esas lógicas son las que mantienen al 99% de los chilenos fuera de las decisiones importantes para su día a día".
Jorge Gajardo es un personaje que todos conocemos como el "Pelao" de Los Venegas, hace un par de años dió el batatazo y le arrebató a la UDI el tercer municipio más grande de Chile, que representa el 2% de la votación nacional. Gran logro para una Concertación que viene en caída libre – ideologicamente sobre todo -.
He conocido desde diversas miradas y diversos sectores de la gestión de Gajardo. Algunos me decían que se aproximaba mucho a un gobierno ciudadano -como ese que Bachelet vendió pero que nunca ejerció- donde el alcalde hacía partícipes a los vecinos en la gestión comunal, democratizando las decisiones más influyentes en su vida diaria, en la creación de los presupuestos, y un largo etcétera. Por otro lado, oí que era un "aparecido", un populista, y epítetos varios que ya imaginarán por donde van.
Bien por él, de impulsar esta forma de crear y dar sustento desde las bases a la agenda comunal, conociendo todos nosotros los beneficios de ese modo de gobernar la comuna. Mala idea para la Concertación que ve todas estas prácticas democráticas con temor, pues para ellos, matener a la ciudadanía alejada de las decisiones fundamentales, es lo primordial para mantener a raya sus políticas y que estas se queden entre las cuatro paredes que adornan con lemas como "porgresistas" y con fotos de Allende (políticas como beneplácitos económicos para empresas y transnacionales, como las del carbón… ¿O no Sr. Tokman?, o las del oro… ¿o no, señora Michelle?).
Si la Concertación no hubiera, primero mandado para la casa a los movimientos sociales que ganaron en la calle la lucha contra la dictadura, y luego no hubieran cooptado en pos de su beneficio cuanto gremio de trabajadores, sindicatos, organizaciones de estudiantes, y otros, me sorprendería que hubieran intentado boicotear la gestión de Gajardo.
Pero allá ellos, y su concepción de democracia en la medida de lo posible. Ante este escenario, la decisión de Gajardo no me sorprende en lo absoluto, sabiendo con qué tipo de "compañeros" y "camaradas" cuenta dentro de la concertación. Tampoco me sorprende que una Concejala PPD le entregue su apoyo a un Concejal UDI para que este se quede con la Alcaldía -por secretaría-, es el fiel reflejo de un partido sin ideología ni proyecto como el PPD.
Y por el lado de la UDI, la continuación de su herencia política de comprar votos. Lo que me sorprende es la liviandad con que tomamos nuestra "democracia" y nuestro supuesto derecho a elgir. Hace unas semanas, Carlos Larraín, el Presidente de RN, llegó por secretaría al Senado. Hay que ser muy astuto para llegar al Senado sin ningun voto, incluso burlandose del Sistema Binominal. Hoy en La Florida la cosa se repite, y nuevamente se elegirá al alcalde por secretaría, donde los ciudadanos no tienen ni pito que tocar, porque en este modelo de democracia -observador en procesos eleccionarios en otros países de nuestra región- el ciudadano existe solo cada vez que hay elecciones y punto. Al resentido social que no le gusta, que se vaya a Venezuela, a Ecuador o Bolivia, donde desde el presidente hasta los alcaldes hacen consultas ciudadanas para dirimir.
¿Qué hacer? ¿Seguiremos bajo ese dominio que aparenta diferencias pero que en la realidad no existen? Yo solo me decido a exigir una democracia de verdad, a participar por la democratización de todos los espacios, desde las decisiones hogareñas hasta las que nos involucran a todos los chilenos, decidir si queremos o no ser miembros de la OCDE. O si seguimos entregando nuestros recursos naturales y depredando la naturaleza. Debatir, definir, y elegir lo que queremos, pero decidir de verdad qué país queremos construir: si uno al servicio del 1% más rico de la población, y dirigido por menos del 1% de la población, o uno para los 16 millones de habitantes de hasta ahora, esta copia infeliz del edén.
Me aventuro a ir más allá, ser más puntúo, y pedir que se vayan todos, y levantar la voz por una asamblea constituyente, donde los comunes y corrientes nos representemos a nosotros mismos para tener alguna vez que defender algo, que no sean las migajas que defienden y por las que se sacan los ojos quienes hoy están en el poder, local y nacional.
(*) Lee también a Elinett Wolf en "Me duele La Florida".
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Foto: alpuerto / Licencia CC
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