Resulta complicado ver el espectáculo que nos toca presenciar desde el sillón ciudadano, el actuar de los partidos políticos en la búsqueda del poder. Sorprenden a una ciudadanía incrédula con las verdades que salen a relucir semana a semana, demostrándonos a los ciudadanos de a pie que nada ha cambiado a fin de cuentas. Los políticos se desdicen todos los días y demuestran que los discursos de campaña son falsos y solo son una fachada ideológica para lograr objetivos políticos.
Lo que vemos en la actualidad es simplemente a los viejos estandartes en contra de la renovación de los liderazgos y no dejan que las nuevas generaciones puedan establecerse y marcar el ritmo. Además, son sexistas. Si nos fijamos bien, en toda la oferta de candidatos son muy pocas las mujeres que han logrado un cupo y sin duda no deja de sorprender en una sociedad que dice haber superado ciertos complejos.
Es indudable que los candidatos independientes intentan interpretar al mundo ciudadano. De no ser así no serian viables, no serían escuchados y no serían tomados en cuenta por el mundo ciudadano que no le interesan los partidos políticos y que se siente fuera de contexto ante la realidad. Pero es indudable que existe una falta de vitalidad en las propuestas y en los discursos, al pretender en caso de ser elegidos llevárselas a la practica de acuerdo a la realidad del parlamento actual, con un mundo político que no quiere cambiar y que hace todo por impedir la renovación.
La idea que queda en el subconsciente ciudadano con la realidad actual, que lo que esta sucediendo es más que nada un saludo a la bandera para posicionarse como siempre en puestos de liderazgos y seguir como siempre engañando a los votantes, haciendo caso omiso de una ciudadanía que no se siente representada y esta subyugada por un modelo político que no da para más y que solo quiere llegar a marzo.
El gran problema es que los partidos políticos no se han puesto la camiseta de Chile, solo están preocupados de sus propios intereses y es imposible de esta manera lograr el cambio que necesitamos.
En definitiva, el gran problema es que los partidos políticos no se han puesto la camiseta de Chile, solo están preocupados de sus propios intereses y es imposible de esta manera lograr el cambio que necesitamos.
Los candidatos alternativos a pesar del esfuerzo por aparecer en los medios y de sustentar una teoría agradable de escuchar, que en muchos de los casos es lo que se necesita, no tienen la capacidad de llegar a la gran masa de votantes y sus planteamientos quedan por el momento dentro del mundo intelectual-universitario mayoritariamente. Pero estos grupos no son los que en definitiva ganan las elecciones.
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peon
Sin democracia se puede dar toda clase de show… Le dicen a la gente que el sistema político que tenemos es una democracia y ellos se lo creen y votan y zacazonapa que el gato otra vez atrapó al ratón,, o que el ratón se comió al queso, porque la ciudadanía valida, al votar, una vez más al sistema político sin poderle hacer cambios.
Aunque se votara, que es lo que se hace, así y todo, se requiere definir un modelo democrático que aplicar,
o bien, se requiere una institución democrática que represente al ciudadano.
Por lo tanto, se necesita, consecuentemente, que esto se pida.
No que se pida educación, o regionalismo, o nacionalismo, o mejor salud,
sino que se pida un instrumento para ejercer la democracia.
Las ideas o demandas razonables y humanitarias están en el colectivo de todos y en la consciencia de cada ciudadano, de cada político y de cada gobernante y aspirante al gobierno, sin embargo, lo que tenemos es el instrumento para ejercer la democracia. ç
Hoy el Presidente invitaba a los ciudadanos a votar, porque esto rejuvenece la democracia, decía, sin embargo, si democracia fuera lo que tuviéramos, también estaríamos discutiendo y votando por ideas de un Programa de Gobierno colaborativo, que construyésemos
partidos de oposición a la oposición que se opone cuando gobierna el otro lado de la mafia, o el otro lado de la fuerza,
gobierno, candidatos a toda clase de votación parlamentaria, senatorial y presidencial
aspirantes a cada uno de los 300 cargos de confianza del Presidente, para que sean de la confianza del pueblo chileno,
y la ciudadanía,
de forma que hayásemos puntos medios a todos los requerimientos de una nación que pretende mantener un desarrollo neoliberal que impone determinadas restricciones, respecto de la idea de un surgimiento socialista técnico y organizativo que nivele el acceso a las oportunidades y los servicios estatales que puedan recibir los hijos de la patria.