Como pocas veces en la historia de Chile, un líder cuenta con tanto respaldo popular en las urnas, para acometer las transformaciones que todo un país espera. El amplio respaldo a Bachelet es proporcional a la trascendencia de su programa de gobierno.
Desde los años finales de la Concertación, pasando por todo el período de Píñera, el país maduró en lo social y luego en lo político, para resolver que los cambios sociales reclamados en la calle, contaban con la simpatía de la creciente clase media, que traspasaban las fronteras partidistas y que este era el momento para abordarlos.
No es un dato secundario que incluso hijos de dirigentes de la derecha y buena parte de sus votantes, en el 2011 también estaban de acuerdo con las demandas estudiantiles de educación pública, gratuita y de calidad. Encuestas de ese año, nos entregaban datos reveladores, que reflejaban que las demandas contaban con más de un 85% de apoyo, mención aparte de los métodos de movilización.
La demanda que hacían los estudiantes, o las igualmente populares protestas de los vecinos de Aysén o Freirina, eran contra la falta de solidaridad estructural del Estado de Chile, que no consagraba derechos mínimos de protección ni de calidad de vida, que la inmensa mayoría de los chilenos acogió con sentido de urgencia. Esta demanda contra el Estado fue el propio gobierno de Piñera que lo convirtió en su problema y, de seguro, quedará como uno de los errores estratégicos más profundos de la derecha en su historia.
El nuevo cuadro político hoy nos brinda oportunidades para lado y lado. Por una parte, la Nueva Mayoría se podrá reconciliar con su misión de sentar las bases de la igualdad de oportunidades y derechos, y por otro lado la derecha podrá sopesar debidamente la necesidad de favorecer esas transformaciones, que algunos de sus líderes más jóvenes aprueban off the record.
Cada tiempo tiene a su líder y Michelet, como cariñosamente algunos la llaman en el campo, fue llamada por la gente misma para unirnos en el más transformador sueño colectivo. Si nos sumáramos todos, ¡sería un sueño perfecto!
¿Qué se debe esperar de la nueva mayoría parlamentaria? Pues, ejercerla con decisión y grandeza, llamando a la unidad de todos los sectores a un proyecto que el país respalda y que el Estado no puede obviar. ¿Saltos al vacío? ¿Inestabilidad en la Economía?, aún pregonan los que aún no entienden, pero nada de eso vendrá. En tal sentido, cada tiempo tiene a su líder y Michelet, como cariñosamente algunos la llaman en el campo, fue llamada por la gente misma para unirnos en el más transformador sueño colectivo. Si nos sumáramos todos, ¡sería un sueño perfecto!
————-
Foto: Michelle Bachelet / Licencia CC
Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad
Luis De Conce
Por favor estimado,!! guarde las proporciones y no entre en la demagogia,… Mandela nunca dobló sus rodillas ante los poderes ecónomicos, si lo hubiese echo, los blancos aún gobernarían en sudafrica… No se olvide que bachelet le debe favores hasta al pc.
cindy-iriarte
El sistema de afp en decadencia, avalados por directores lobbistas, parte importante de ellos politicos concertacionistas. La rabia del pueblo en un mensaje hacia una mesias, a la cual espero le de el ancho, para hacer que el crecimiento económico y el pib, llegue al ciudadano.
Anibal Dominguez
El programa de la nueva mayoria es criminal, tiene en sus puntos legalizar el aborto en 3 casos. Criminal. Estilo Hitler y los nazis. Como dijo el cura Hasbun: Hitler no esta solo, lo acompaña la nueva mayoria…. o nueva pilleria.
Felipe Valverde Rios
Michelle Bachelet, tiene la gran posibilidad de unir a los chilenos, realizando los cambios sociales que Chile entero clama. Mandela pudo, Bachelet también.