El diputado Hugo Gutiérrez justificó haber tratado de idiota al presidente de la República, aludiendo al sentido griego del término. Más allá de la burda explicación, sería bueno revisar que decían los helenos sobre el ejercicio de la Política.
Efectivamente, el término idiotes, significa aquel que no participaba de los asuntos de la Polis, de la Política. Pero, algo que olvida el diputado, es que los idiotas estaban entre aquellos considerados legos en los asuntos de la polis, y por tanto no eran considerados políticos (polítes). Es decir, eran los excluidos de la Política y la Democracia en Atenas. Los extranjeros, las mujeres y los esclavos.
Un detalle más importante, generalmente los idiotes eran aquellos miembros de la ciudad, considerados incapaces de usar la palabra, es decir, de ejercer la Isegoría en el ágora (por no saber deliberar o no conocer el idioma). Por tanto, los idiotes eran los que quedaban fuera de la isonomía, los que tenían derechos pero no derechos políticos. Los no ciudadanos. Es más, aquellos que no eran considerados animales políticos, es decir, no eran polítes, eran entonces considerados bárbaros, salvajes, bestias carentes de virtud política (politiké areté).
Por eso la apelación del diputado Gutiérrez es un tanto contradictoria con lo que dice promover políticamente, pues finalmente justifica sus dichos en base a un concepto clásico muy elitista, donde no todos deberían ser participes de la democracia ni ser considerados ciudadanos. Argumento similar al de quienes defienden el voto censitario, como Benjamín Constant, por ejemplo.
¿Es ese tipo de criterios políticos, el que quiere promover el diputado Gutiérrez con sus palabras? Aristóteles decía que la prudencia era una virtud práctica necesaria en el buen político, cuyo fin era apuntar a la eudaimonia (el buen vivir). En la politiké areté, se debía unir la acción y la palabra (su buen uso), porque somos animales políticos capaces de tener discurso.
Por eso, cuando los políticos –del color que sean- comienzan a mal utilizar el lenguaje en el debate público, a insultarse y desprestigiarse mutuamente mediante injurias, calumnias o infundios; o promueven o justifican la violencia contra otros mediante la palabra, finalmente comienzan a corromper la Política misma.
Por eso la apelación del diputado Gutiérrez es un tanto contradictoria con lo que dice promover políticamente, pues finalmente justifica sus dichos en base a un concepto clásico muy elitista, donde no todos deberían ser participes de la democracia ni ser considerados ciudadanos. Argumento similar al de quienes defienden el voto censitario, como Benjamín Constant, por ejemplo.
No por nada, Aristóteles también decía que la demagogia es la degeneración de la democracia –o mejor dicho la politia-, donde el demagogo es un mero adulador del pueblo. Es decir, es aquel que hace un mal uso del discurso y de la palabra, para granjearse el apoyo popular y así obtener poder. Irremediablemente esa adulación descontrolada nos lleva a la oclocracia (concepto usado por Polibio), que es el gobierno de la muchedumbre, de la turba, donde es imposible el diálogo, donde hay ausencia de la palabra, donde prolifera el caudillaje. Por ende, surge el linchamiento, la barbarie y la tiranía.
Entonces, si queremos apelar al sentido griego clásico de los conceptos políticos, sería bueno empezar a promover la política en tal modo, como uso deliberativo y por tanto libre de la palabra. Sobre todo en estos tiempos donde proliferan muchos vociferantes incapaces de dialogar.
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Mistika
Pero qué debate más siútico…
emilbarra
Independiente del debate siútico que apela Mistika, vale la pena dejar en claro que «las sacadas de pillo» de nuestros representantes, tienen que ser bien, muy bien argumentadas.
Gutiérrez reprueba griego clásico en esta pasada.
ajonetto
Interesante columna sobre la etimología de «idiota» aplicada a los títeres de la política chilena actual. Personalmente, me gusta más el latinismo «imbecile»: es más directo, franco y le baja varios puntos de IQ al interpelado, dejándolo KO.
vasilia
Mas que Piñera sea idiota, lo grave del discurso del 21 de mayo fue que nos creyera a los chilenos unos idiotas, en el sentido griego y en el sentido actual.
Alejandro Muyshondt - Idiota y el sentido griego – J. Gómez Arismendi
[…] Fuente […]
Socrates Esculapio
Piñera es sacoweas en el sentido chilenismo.
Arturo
Recuerdo hace años que me contaron de una polémica parecida con la palabra «conchudo»….en la RAE significa «astuto, sagaz»….por lo que, en una discusión, algún político la usó contra el otro y después argumentó el sentido enciclopédico en su defensa.
Hay palabras que cambian de significado en el tiempo, y hay que aceptarlo. Hace algunos días vi una serie de misivas entre Giorgio Jackson y otro personaje, respecto a temas educacionales; en este, se hablaba de la educación como bien público. En el sentido real de la palabra, un bien público es aquel que no puede ser excluido su uso a nadie, como característica física; pero el término ha variado en las discusiones, y por bien público se entiende como aquel que debe ser entregado a todos sin distinción, como un derecho. Y creo que esta segunda acepción tenderá a superponerse sobre la primera.
Agustin
Idiota es el que hace idioteces como mostrar el papelito de los 33 en todos lados, como escribir una frase nazi en un libro de visitas, como mandarse un chiste machista en el extranjero, el bono opus dei, esas son idioteces de un IDIOTA. Además super cursi la conversación, ya que Sr Gutierrez solo dijo lo que muchos pensamos, un idiota que hace idioteces, el resto de esta columna es una opinión del escritor con respecto al Diputado, y una interpretación antojadiza de sus palabras. Fuerza Marcel Claude..estamos contigo tiembla la oligarquía..
Manu el Eurovisivo
Erasmo explicó así, ciertas palabras del filósofo Diógenes: “Los Griegos cuando maldicen a alguna persona suelen decir: Que se vaya a los cuervos. A esto solía Diógenes decir que mucho más peligroso es caer en las manos de los lisonjeros que no en los cuervos. La gracia del dicho está en la semejanza de las palabras, que los Griegos a los cuervos llaman Coracas, y a los aduladores o lisonjeros Colacas.” (Apotegma 263. Apotegmas de la sabiduría antigua. Erasmo de Rotterdam).
Ignatius
Gracias, J. Gómez.
Ilustración es lo que falta (sobre todo en un edificio de Valparaíso)