Desde el 01 de abril y como parte del ingreso al conocido e histórico Lo Valledor, la propia administración determinó que solo quienes tengan cédula de identidad chilena -o se encuentre en trámite- podrán ingresar, debido al alza de delitos en zonas cercanas.
¿Cómo interpreta este hecho el frente amplio? ¿Nuestro análisis incorpora todas las variables socioeconómicas para entender como chilenas y chilenos viven en su contexto?
Nos ha faltado un análisis profundo en varios temas, siendo uno de ellos el fenómeno migratorio. Es patente que no hemos logrado dar una lectura a la percepción de clases medias y bajas sobre posibles choques culturales, el miedo a la perdida de trabajo o si en su comuna no colapsará la entrega de diversos servicios básicos por la misma concentración del flujo migratorio. Dada la lógica focalizada de estos fenómenos, no suelen ser sensibles promedios nacionales. En 2022, 42 comunas tuvieron más de 10mil migrantes a nivel nacional, 26 de ellas concentrándose en la región metropolitana. Santiago es la comuna a nivel nacional con mayor proporción de personas extranjeras (13,7%), seguido de Antofagasta (4,1%) y Estación Central (3,6%) (1).
Sin embargo, más allá del diagnóstico y este caso en particular ¿Cómo fomentamos un acercamiento político que tome en cuenta estas variables? El debate debiese ser muy amplio. Pero quisiera plantear tres puntos que me parecen relevantes y la invitación es a incorporar más:
En primer lugar, debemos gobernar y hacer política considerando a toda la población, es decir, al voto obligatorio. En este sentido, es importante identificar al electorado que se incorporó desde el voto voluntario al obligatorio. Según el estudio “El Chile sumergido. La voz silenciosa de los 5 millones fuera de las urnas” (2) pasamos de elecciones de 7 a 8 millones de votantes, a 12 millones. Si comparamos esos 5 millones nuevos de votantes llamados “votantes obligados” con el total del panel, ellos destacan por: tener una mayor proporción de jóvenes menores de 30 años (27% del panel general versus 32% del votante obligado), una mayor proporción del estrato socioeconómico D y E (30% del panel general versus 45% del votante obligado) y marginalmente más hombres que mujeres.
Además, en el mismo estudio y utilizando encuestas anteriores, se generó un perfil del votante “obligado” y comparó con quienes habitualmente votaban. En el caso de inmigración en el país, señala que el votante “obligado” tiene una visión más pesimista sobre la migración en comparación al votante “habitual”. Por ejemplo, frente a la creencia de que el ingreso de nuevos migrantes afectará la posibilidad de obtener trabajo, el 58% de “votantes habituales” considera que si, mientras que este porcentaje aumenta al 78% para quienes son votantes “obligados”. Frente a la pregunta ¿Cree que el ingreso de nuevos inmigrantes afectará los sueldos? 56% de votantes “habituales” creen que bajarán, mientras que este porcentaje también aumenta a un 70% para el votante nuevo “obligado”. Es decir, existen una serie de miedos que se dan particularmente con mayor fuerza en clases bajas, y donde desde la izquierda, si no entregamos una respuesta empática y realista, puede generar muchos escenarios de conflictividad social.
No hemos logrado dar una lectura a la percepción de clases medias y bajas sobre posibles choques culturales, el miedo a la perdida de trabajo o si en su comuna no colapsará la entrega de diversos servicios básicos por la misma concentración del flujo migratorio
En segundo lugar y rescatando el punto anterior, es necesario que nuestra cultura política logre consensuar metodologías o herramientas de análisis de datos que permitan un debate común sobre insumos como el anterior. Si bien es un hecho que algunas encuestas sospechosamente aparecen solo para elecciones, despreciarlas como herramientas estratégicas nos limita profundamente como proyecto político. Que distinta seria la historia del primer proceso constitucional – y el gobierno del presidente Gabriel Boric- si hubiéramos tomado en serio -y no descalificar- las encuestas que mostraban, ya en marzo del 2022, la histórica derrota del apruebo en el primer proceso constituyente.
Finalmente, es importante destacar experiencias positivas de políticas publicas en donde se ha logrado conciliar una posición transformadora de sentido común en diferentes contextos socioeconómicos. Entre muchas, es interesante la experiencia de la ley “Papito corazón”, donde se estableció un mecanismo de pago permanente de deudas de pensión de alimentos, en base a, entre otros, fondos de ahorro previsional obligatorios del respectivo deudor. Tomar políticas concretas permiten evitar, en parte, la pulsión academicista del debate. Pero por, sobre todo, lo concreto permite también conocer cuál fue el contexto en específico de la ley, negociaciones, ventajas, limitantes, acuerdos y derrotas. Observar la capacidad de dialogo y construcción de mayorías, de la cual debemos aprender mucho de acá en adelante.
Notas:
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Gonzalo vicuña
En todo caso y esto no lo dicen las encuestas, los más contentos con la inmigración son los empresarios. ya propusieron en su día una visa para trabajadores de temporada de cosechas como en eeuu. Fra Fra Errazuriz empresario delincuente fue sorprendido trayendo inmigrantes de paraguay, disfrazados de turistas fue denunciado por trata de personas, en 2011. El empresario los sometió a un trato de casi esclavitud en una de sus propiedades.
Tras el proceso, en 2014 la justicia condenó a Fra Fra a pagar un total de 122 millones de pesos a 54 paraguayos por concepto de indemnización de perjuicios.
Si el votante nuevo “obligado” vota por la derecha y no por el frente amplio, aprenderán, o no, que a la derecha no le importa si bajan sus sueldos. Tampoco le importó a los dueños privados de Huachipato que se queden en la calle 20 mil trabajadores y sus familias. La ganancia de los axionistas es lo principal. Como señalas, la histórica derrota del apruebo en el primer proceso constituyente, no permitió cambiar la constitución, y fue gracias al votante nuevo “obligado” preocupado de que su sueldo baje por la inmigración. El empresario cierra, no hay sueldo, solucionada la preocupación del votante nuevo “obligado”