Chile y el mundo en general siguen sumergidos en las crisis, las que todos analizan, deliberan y desde las cuales también surgen las llamadas teorías conspirativas.
Vivimos en Chile, por otro lado, un importante e inédito «momento constituyente» o «proceso constituyente», el cual no ha estado exento de las naturales controversias y dificultades.
No obstante lo anterior, la Convención Constituyente que reemplazó, gracias a la clase política a la «Asamblea Nacional Constituyente» que pedía la ciudadanía, sigue su trabajo, haciendo esfuerzos por superar las dificultades y obstáculos del camino.
Su quehacer se ve a diario sometido a críticas y apoyos. Se aprecia a la vista la discordancia de los propósitos de la mayoría de los constituyentes, frente a lo que desearía la tradicional «clase política».Diversos estudios entre otros del PNUD, muestran que la población si está preparada para ejercer Poder, y participar plenamente en el ejercicio de este.
Uno de los aspectos que causa discrepancias evidentes, es el propósito, de la mayoría de la Convención, de introducir criterios de Democracia Directa en su quehacer, lo cual se traduce en la permanente intención de incorporar la «participación ciudadana» en sus deliberaciones, algo naturalmente bastante dificultoso.
Hay amplios sectores que, a propósito del proceso constituyente, se plantean una suerte de «refundación de el Estado», frente a lo cual sectores conservadores, temen lo peor para el país.
No se presentaba una situación parecida desde los años 1822-1828, de acuerdo a los historiadores sociales, período en el cual se enfrentaron las posiciones de O»Higgins y Freire. Momento histórico en el cual se inicia la confrontación de posiciones mercantilistas y social productivistas. Habiendo predominado a la larga las primeras, que de alguna manera se expresan hoy en el denominado neoliberalismo.
En el transcurso de cientos de años, los ciudadanos de Chile no han podido ejercer su Poder Constituyente, el cual se transfirió en algún momento a la clase política, que, en la práctica no recibe ningún mandato de la ciudadanía como fue en algún momento y como muchos postulan que hoy debiera ser.
Diversos estudios entre otros del PNUD, muestran que la población si está preparada para ejercer poder, y participar plenamente en el ejercicio de este. Así también ha sido evidente que desde antes del Estallido Social, esta lo ha reclamando, lo cual se expresa en el afán de la mayoría de los integrantes de la Convección Constituyente de facilitar la participación ciudadana en el proceso constituyente.
En el marco de lo anterior el tema de la participación, es un tema que desde la perspectiva de la salud y en el contexto de los paradigmas actuales de ella nos interesa opinar y analizar.
Como lo hemos expresado en anteriores entregas, la participación , no ha estado ausente en el sector Salud en nuestro país. Muy por el contrario justamente salud puede mostrar a diferencia de otros sectores, ejemplares muestras de Participación, aunque insuficientes. Es así como dentro de estas experiencias es notable la denominada» Foros Construyamos Juntos una Mejor Salud para Todos y Todas» realizado en los años 2009 al 2011.
A este respecto la OPS (Organización Panamericana de la Salud) ha distinguido en Salud lo que se entiende por Participación Comunitaria, Participación Social y Participación Ciudadana en Salud.
Por otro lado, el tema de la participación, en las últimas décadas ha sido destacado por historiadores y analistas como un tema muy importante para todos los sectores relacionados con el poder. Este interés va desde los sectores progresistas de izquierda hasta los representados por ejemplo del Banco Mundial. Siendo el tema uno difícil de entender , manejar y desarrollar.
Hoy en pleno trabajo de la llamada Convención Constitucional o Constituyente, el tema se ha puesto en el tapete, a propósito de la opinión de la mayoría de los Convencionales de incorporar elementos de Democracia Directa al desarrollo de esta y para el futuro, frente a la opinión de la mayoría de la Clase Política de prescindir de estos y limitar la Democracia a solo lo representativo.
Este problema o dilema en todo caso viene enfrentándose a nivel mundial desde hace mucho y parece estar lejos de solucionarse.
Es así como historiadores sociales y expertos internacionales hablan de la llamada «Sinergia Local», relacionado con lo comunal , territorial y con el primigenio concepto de Espíritu Republicano , asimilable al concepto de «Capital Social», que está directamente relacionado con la » Participación Ciudadana», que hoy por hoy todos parecen propiciar pero con distintos fines.
En el marco de lo expresado, en entregas anteriores hemos hecho mención de algunos conceptos como que:
Respecto a los discursos contrapuestos sobre la Participación
» Cabe destacar, primero el discurso neoliberal esgrimido por el propio Banco Mundial». Para este la Participación consiste en » movilizar el potencial de los pobres» para reducir su pobreza y vulnerabilidad.
Esto implica reconocer y promover los «activos «que los pobres tienen en su hogar, en sus mujeres y en sus relaciones comunitarias.
Al examinar con mayor detalle los activos mencionados, de los pobres, el Banco Mundial, distingue cinco items sobre los cuales puede imprimirse la potenciación:
- La actividad laboral asalariada o de autoempleo.
- El capital humano (habilidades, estudios)
- Los activos productivos ( la casa , el taller)
- Las relaciones internas del grupo familiar
- Y el capital social (redes comunitarias con capacidad de producir soluciones colectivas).
- Es evidente que el Banco Mundial restringe el concepto de participación a la movilización del activo social de los pobres(que no se podrían movilizar sin participación), pero a la vez reduce el concepto de pobreza a sus contenidos dinámicos, sustrayendo del mismo sus contenidos pasivos(los factores estructurales que la generan). La exclusión de las dimensiones estructurales de la pobreza deja por tanto el concepto de participación sin ninguna connotación política.
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