El proceso constituyente avanza con bastante lentitud. La Constitución actual, impuesta por la dictadura, ya tiene más de 40 años. Varias generaciones han solicitado su reemplazo por una nueva Carta Magna, adoptada en democracia y con la participación popular. La resistencia de los sectores conservadores había impedido la implementación de esta iniciativa. Pero frente a la revuelta social no tuvieron otra alternativa.
Algo similar ha pasado con el sufragio de los chilenos del exterior que luchan desde el retorno de la democracia, en 1990, por adquirir este derecho humano fundamental y ampliamente reconocido por los países del mundo, incluyendo las naciones latinoamericanas. Los chilenos residentes en el extranjero solo pudimos votar en 2017, después de haber modificado la Constitución y dos leyes relativas al sistema electoral. Fue necesario un gran estallido social para que se aceptara la idea de iniciar un proceso hacia una nueva Constitución. Desde el exterior, podemos notar que Chile sigue siendo una sociedad muy conservadora donde los cambios son muy difíciles. Aparece increؙíble que haya que reformar la Constitución para todo, en circunstancias que en países democráticos, donde vivimos, se hace a través de leyes simples. También, es sorprendente que el órgano constituyente se llame convención constitucional y no asamblea constituyente.
El derecho a sufragio de los y las compatriotas que vivimos fuera de las fronteras nacionales es claramente limitado y discriminatorio. Está restringido a las elecciones primarias presidenciales, presidenciales y plebiscitos nacionales. Por ello, aunque más de 80% votamos por el Apruebo el 25 de octubre de 2020, no pudimos sufragar en las elecciones de convencionales, en abril pasado, lo que es totalmente ilógico. Los partidos de derecha pusieron su veto al proyecto de reforma constitucional que permitía este voto. Los quorums calificados, de los cuales se abusa en Chile, constituyen un atropello a la democracia y a las mayorías. El rechazo de la minoría parlamentaria a nuestro derecho a elegir y ser elegidos como integrantes de la convención ha suscitado un profundo malestar y una gran cólera entre los y las compatriotas residentes en el extranjero. Es una confirmación más del hecho que el Estado nos trata como ciudadanos de segunda categoría. Es lamentable igualmente que el tema de los emigrantes chilenos haya estado ausente de las franjas publicitarias y de los debates de los candidatos a la convención constitucional y durante las elecciones primarias presidenciales. No se puede ignorar que la nueva Constitución afectará directamente nuestros derechos y deberes.Una de las demandas centrales es la creación de una Región Exterior, con tres distritos electorales: a) Las Américas donde reside más de la mitad de los migrantes chilenos; b) Europa y Africa, y c) Asia y Oceanía.
Yo fui diputado federal en Canadá y aunque este país no es modelo en muchos aspectos, basta el voto mayoritario de la Cámara de los Comunes para adoptar las leyes. El Senado, compuesto por personas no elegidas, herencia del régimen inglés, posee facultades muy limitadas. Por eso, Canadá es un país moderno que se adapta rápidamente a las nuevas realidades. En este sentido, aprovecho de pronunciarme por un parlamento unicameral en Chile, lo que constituye una tendencia actual en el mundo.
PARTICIPACION NECESARIA EN EL PROCESO CONSTITUYENTE
Nuestra lucha continúa y se intensificará solicitando participar de otras maneras en la redacción de la nueva Carta Fundamental. Es así como el 9 de julo de 2021, cerca de cien organizaciones chilenas del exterior enviaron una carta abierta a los y las integrantes de la Convención Constitucional planteando la necesidad de estar representados en el debate constitucional, como parte de la sociedad civil y en igualdad de condiciones con quienes residen en el interior. El documento indica que podemos contribuir con aportes que recojan las múltiples experiencias y aprendizajes que hemos capitalizado gracias al hecho de estar viviendo en diferentes países, con sistemas políticos y modelos de desarrollo alternativos. Entre las organizaciones firmantes se encuentran el Comité Internacional Chile Somos, la Red Europea de Chilenos por los Derechos Cívicos y Políticos, la Red Que Chile Decida – Extranjero, la Red Chile Despertó Internacional y la Coordinadora de Mujeres Chilenas en el Exterior.
Numerosas organizaciones y personas que residen fuera de las fronteras nacionales han solicitado participar en las audiencias públicas destinadas a recoger las propuestas respecto a la elaboración del Reglamento de la Convención Constitucional. Hemos pedido crear un espacio, que podría ser un comité, comisión o subcomisión destinada a recoger y tratar las demandas de los y las chilenas residentes en el extranjero. El funcionamiento de este espacio se realizaría especialmente a través de internet. A este respecto, es importante mencionar que existe ya un precedente relativo a la formación y funcionamiento del Consejo de la Sociedad Civil del Ministerio de Relaciones Exteriores, creado en base a la ley 2050 sobre participación ciudadana, que cuenta con tres integrantes elegidos por las comunidades chilenas del extranjero.
Según el registro efectuado por el INE-Ministerio de Relaciones Exteriores, en el año 2017, los y las chilenas del exterior éramos 1.037.346, es decir el 5.5% de la población total. Forman parte de esta población grandes deportistas, académicos de prestigiosas universidades, escritores, poetas, hombres y mujeres de negocio, cuerpo diplomático, profesionales destacados, estudiantes, trabajadores y técnicos.
La diáspora chilena realiza una tremenda contribución financiera al país, que nunca ha sido cuantificada, como se calcula periódicamente en México, El Salvador y muchos otros países. Las remesas de dinero enviadas a los familiares, a obras de beneficencia, a las personas damnificadas por los frecuentes desastres naturales y a proyectos comunitarios, son muy importantes. También las inversiones y la adquisición de inmuebles. Lamentablemente, el Banco Central no evalúa estos aportes, pero sí le preocupan las remesas de dinero que los inmigrantes radicados en Chile envían a sus países de origen.
Por otra parte, el Estado y la sociedad chilena debieran valorizar en lo que corresponde todo que hacemos por nuestro país natal en términos de consumir y publicitar sus productos en el extranjero, realizar y promover el turismo hacia nuestro país, promover la cultura y el folclor, y mejorar su imagen fuera de las fronteras nacionales.
ALGUNAS PROPUESTAS
Las demandas y propuestas de los chilenos y chilenas del exterior se han ido precisando. Diferentes grupos y organizaciones están invitando a integrantes de la Convención Convencional a participar en conversatorios, via zoom o través de otras plataformas, a pronunciarse sobre los temas de interés para nosotros. Esperamos que dispongan de asesores competentes y comprometidos para incorporar nuestras propuestas en la nueva Constitución. Sin embargo, notamos que los sectores conservadores y recalcitrantes siguen cerrados a nuestras demandas y también a modelos progresistas de Constitución vigentes en otras naciones.
Una de las demandas centrales es la creación de una Región Exterior, con tres distritos electorales: a) Las Américas donde reside más de la mitad de los migrantes chilenos; b) Europa y Africa, y c) Asia y Oceanía. El número de escaños debe tener en consideración la cantidad de chilenos radicados en los diversos continentes. Algunos han pensado en cuatro parlamentarios en el continente americano y dos en cada uno de los otros distritos mencionados. Es útil señalar que Ecuador elige seis diputados en el exterior. En consecuencia, la nueva Constitución debe permitir el ejercicio del pleno derecho a voto y la elección de nuestros propios parlamentarios.
Es necesario reconocer la nacionalidad y la ciudadanía a todos los chilenos del exterior incluyendo a los hijos y descendientes nacidos en el extranjero. Además, se debe consagrar el derecho de migrar a otros países y de retornar cuando se desee; establecer el voto electrónico, postal y por anticipación; obtención de la clave única, inscripción y cambio de domicilio electoral por via electrónica; adoptar una ley de retorno, aumentar los locales de votación en el exterior; constituir los consejos consultivos consulares; crear un ministerio o, al menos, una subsecretaría de migraciones; poner en marcha un sistema adecuado de reconocimiento de títulos, etc. Naturalmente, muchas de estas propuestas son solo materia de ley o de políticas públicas, pero es importante que la nueva Constitución establezca los principios.
En un próximo texto, trataremos de analizar con mayor profundidad las demandas y propuestas de las y de los chilenos del exterior.
Comentarios
11 de agosto
No quiero aparecer como discrepando con usted, porque concuerdo en casi todo, pero en el tema del parlamento monocameral sí difiero. En realidad, si Canadá tiene un senado, entonces es bicameral, solo que ese senado tendría atribuciones distintas y disminuidas respecto a la camara baja, en un «bicameralismo imperfecto», con ambas camaras asimétricas. En las monarquias el monocameralismo es frecuente (Canada por lo que entiendo es una monarquía), porque existe un monarca, y una «camara alta» aparecería ya como demasiado conservador o aristocratico. Pero las repúblicas parlamentarias suelen tenerla, porque el parlamento debe elegir un presidente, y si hay una sola camara esta eligiría al presidente y al primer ministro a la vez, y concentraría demasiado poder. Por eso Alemania, Austria, Suiza, Italia, son bicamerales, no siempre con dos camaras iguales. No me parece democrático un tribunal constitucional, y si implantáramos un parlamento monocameral más un TC, solo obtendríamos un bicameralismo. Sería mejor simplemente meter el TC dentro del Senado y llamarle «Consejo de Estado», quitarle la iniciativa de ley, y tal vez integrar otros organismos autónomos dentro. Perú es semipresidencial y monocameral, y haber tenido tantos presidentes en poco tiempo no es porque sea semipresidencial, es porque es monocameral, y esa sola camara ha destituido a todos los presidentes. Nuestro sistema, con cámara de diputados, senado y TC no es bicameral, es tricameral. Saludos
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12 de agosto
Me gustaría tener el correo de ustedes para poder envíales un artículo que escribí en Australia, lugar donde resido desde el año 1974. Se trata de un aporte sobre las FF.AA. y Carabineros en la nueva constitución de Chile.
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24 de agosto
Hola Gustavo Martin. Yo soy parte de Chile Despertó Internacional y vivo en Australia también. No estoy segura de si el autor pertenece a alguna de las redes que menciona en este articulo, pero si quisieras compartir tu articulo con nosotros, estariamos agradecidos, ya que ahora empiezan los debates de fondo y el tema de FFAA se ha tocado mucho en nuestros encuentros. Nuestro correo es [email protected]. saludos!