El 4 de septiembre de 2022, más de 15 millones de ciudadanos chilenos – de manera obligatoria en el territorio nacional y en forma voluntaria en el extranjero – estaremos habilitados para votar por el Apruebo o el Rechazo a la propuesta de nueva Constitución. Si se rechaza, la Constitución de Pinochet, modificada parcialmente en algunas ocasiones, seguirá vigente, no obstante que miles de personas participaron en el estallido social de 2019 exigiendo una nueva Carta Fundamental. Además, el casi 80% de los votantes en el plebiscito del 25 de octubre de 2020 se pronunció en el mismo sentido. Si así ocurriera, habría una contradicción.
En cumplimiento de este mandato, 154 convencionales fueron elegidos democráticamente, en votación popular, para redactar un nuevo texto. La Convención Constitucional, organismo paritario con igual representación de mujeres y hombres y con la participación de 17 miembros de los pueblos originarios, concitó el interés de un gran número de ciudadanos de otros países. Es el caso de Quebec y de Canadá donde vivo y fui diputado federal.De todas maneras, la propuesta constitucional es moderna, bastante completa, que recoge las grandes aspiraciones del pueblo chileno. El hecho de residir fuera de las fronteras nacionales, nos permite conocer y compararla con otras leyes fundamentales
Lucha larga y difícil por el Voto Exterior
Desde el retorno de la democracia, en 1990, los y las chilenas del exterior hemos estado luchando por el reconocimiento de nuestros derechos cívicos y políticos. Incluso antes, en el plebiscito del 5 de octubre de 1988, se realizaron votos simbólicos en Montreal y en varias otras ciudades del planeta. Chile fue uno de los últimos países latinoamericanos en reconocernos el derecho a voto en las primarias presidenciales, presidenciales y plebiscitos nacionales. Solo en 2017 pudimos votar por la primera vez, gracias a la iniciativa y apoyo de la Presidenta Michelle Bachelet. Fue emocionante ver por la televisión a un compatriota residente en Nueva Zelanda, el primero en votar en elecciones chilenas después de casi 50 años.
Sin embargo, nuestro actual derecho a voto es limitado y parcial. Los partidos de derecha y el gobierno del Presidente Sebastián Piñera nos excluyeron de la posibilidad de sufragar y de elegir a nuestros propios representantes en las elecciones de constituyentes en 2021. Votaron en contra de un proyecto de ley en este sentido, presentado, entre otros, por el entonces diputado Gabriel Boric. La moción obtuvo la mayoría de los votos, pero no el quórum de los 2/3 requerido por la actual Constitución. Ahora la derecha dice que la nueva Constitución debe ser la casa de todos, pero dejaron afuera a más del 5% de la población chilena que vive en el extranjero, la que ascendía, en 2016, a 1.037.346. Esta exclusión arbitraria y discriminatoria produjo un gran malestar y mucha frustración en el exterior
Nuestras demandas
A pesar de no haber podido votar ni ser elegidos a la Convención Constitucional, pudimos participar y presentar nuestras demandas en las distintas comisiones de la Convención, conversatorios y a través de las iniciativas populares de norma constitucional. No obtuvimos todo lo que solicitamos, como la creación de una región exterior, la que debía adaptarse a la situación, realidad y especificidades de la diáspora chilena, bajo los principios de igualdad y de no discriminación, que nos permitiera el pleno ejercicio de nuestros derechos cívicos, políticos, económicos, sociales y culturales.
En la iniciativa popular de norma no. 71.642, que presenté, sugerí a la Convención Constitucional que se inspirara del ejemplo de varios países, tales como Francia, Italia, España, Argelia, Ecuador, Colombia y República Dominicana. Algunas naciones permiten a sus nacionales en el extranjero elegir diputados, senadores y a los miembros de asambleas que pueden adoptar resoluciones vinculantes.
No obstante lo anterior, obtuvimos logros apreciables : el derecho pleno a la nacionalidad y a la ciudadanía. Nuestros hijos y nietos nacidos en el extranjero obtendrán el derecho a voto, sin necesidad de avecindarse en Chile; la prohibición del destierro o exilio; el derecho a buscar y recibir asilo; el derecho a la protección diplomática y a la reunificación de la familia, y el retorno voluntario al país. El logro más importante es, sin duda, la creación de un distrito electoral especial en el exterior que hará posible la elección de nuestros propios diputados. La implementación de esta disposición será materia de ley.
De todas maneras, la propuesta constitucional es moderna, bastante completa, que recoge las grandes aspiraciones del pueblo chileno. El hecho de residir fuera de las fronteras nacionales, nos permite conocer y compararla con otras leyes fundamentales. En este contexto, una intensa movilización se desarrolla actualmente en las comunidades de chilenos en el extranjero, lo que deja prever que el Apruebo triunfará en el exterior. Se han creado comandos en numerosas ciudades. Se organizan asambleas, encuentros con ex constituyentes, conferencias, paneles, conversatorios, cuecazos, peñas folklóricas y otras actividades tendientes a sensibilizar, informar y convencer a los compatriotas sobre la necesidad de concurrir a las urnas el 4 de septiembre, ya que el voto en el exterior será voluntario.
En el padrón exterior 97.239 personas están habilitadas para votar en el plebiscito de salida. Los cuatro países con mayor número de electores son Estados Unidos, con 14.658; España, 11.660; Argentina, 11.595, y Canadá, 7.197. Siguen en orden decreciente: Alemania, Australia, Francia, Suecia, Inglaterra, Brasil, Nueva Zelanda, Italia, Suiza, Irlanda, México, Holanda, Perú, Bélgica, Ecuador, Venezuela, Bolivia y otros. El padrón electoral podría aumentar las cifras, si el SERVEL facilitara el cambio de domicilio, abriera nuevas circunscripciones y se utilizaran los medios electrónicos.
Plebiscito del 4 de septiembre
El pronunciamiento sobre esta propuesta de Constitución será un evento histórico. Este documento establece que »Chile es un Estado social y democrático de derecho. Es plurinacional, intercultural, regional y ecológico». Pone el énfasis en los derechos sociales, en la autonomía de las comunidades indígenas y en la paridad de género. Tiene 388 artículos permanentes y 41 artículos transitorios. Estos últimos establecen la gradualidad y los procedimientos para la implementación de las nuevas normas constitucionales.
Mirada desde el extranjero, este texto constitucional coloca a Chile dentro de los Estados a la vanguardia en muchas materias, especialmente en los aspectos ecológicos y de género . En mi opinión, servirá de inspiración para otros países que busquen modificar o dotarse de una nueva Carta Magna.
En la eventualidad de un rechazo – para lo cual trabajan los partidos de derecha, los grandes medios y la burguesía – se mantendrá la Constitución redactada en 1980 por la dictadura de Pinochet, lo que puede generar nuevos estallidos ciudadanos y atentar gravemente contra la cohesión y la paz social. La derecha ha tenido un sinnúmero de oportunidades para efectuar los cambios urgentes y necesarios en materia constitucional. No lo ha hecho. ¿Por qué estaría obligada a realizarlos posteriormente?
En el caso de los chilenos del exterior, los logros, aunque limitados, que hemos adquirido, corren un gran peligro, pues los sectores conservadores se han mostrado siempre hostiles a sus compatriotas que, por diversas razones, tuvieron que partir al extranjero.
En suma, aunque se pueda tener algunos reparos, el texto constitucional recoge los anhelos y las esperanzas de la inmensa mayoría del pueblo chileno.
Comentarios
04 de agosto
Sabiendo que la mayoría de los chilenos que votan afuera son de izquierda, esperamos que los chilenos de buena fe vayan y voten rechazo. Hay una esperanza de que Chile pueda sobreponerse a los cánticos de sirena refundacional.
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