Mientras no logremos crear la nueva Constitución que Chile demanda, debemos aprovechar al máximo las capacidades que proveen las restringidas leyes vigentes. Debemos tener desde ahora una conducta Constituyente y explicarle a nuestro pueblo, a nuestra comunidad, el derecho que tienen a participar en la construcción de una sociedad más justa y solidaria, y cómo ello se hace a través de una Asamblea Constituyente». Pacto Municipal por la Asamblea Constituyente.
El vacío de contenidos que hoy afecta a la política aparece especialmente patente en las actuales elecciones municipales. Los candidatos eluden cualquier definición de fondo y centran su discurso en aspectos extremadamente concretos: que si se requieren más máquinas de juegos para la plaza, la promesa de la sede nueva para la organización vecinal o la construcción de la cancha de fútbol para el club de barrio. Nadie quiere asumir un discurso que lo identifique ideológicamente, ya sea porque no sabe cómo hacerlo o porque asume que la gente está cansada de la política, que no cree en nada y que lo que menos le conviene es agotar al electorado.
En este contexto el Movimiento por una Asamblea Constituyente ha invitado a los candidatos de los diversos partidos políticos e independientes a hacerse parte de la creciente demanda ciudadana por la Constituyente, pero no lo ha hecho sólo planteando el facilismo de unirse a una lema o consigna, sino que ha planteado un conjunto de criterios y un modelo de acción para el territorio local que ha sido plasmado en su Pacto Programático por una Asamblea Constituyente.
El pacto es un llamado a que los candidatos promuevan instancias reales de empoderamiento ciudadano y considera a el espacio comunal como la instancia primera de organización del poder constituyente. Marca así una enorme distancia de lo que hoy sucede, donde los municipios son meros entes administradores y no de gobierno. «En la actualidad, las autoridadesMunicipales…, están gestionando sus territorios contratando servicios, planificando la inversión y tomando decisiones a espaldas de la comunidad, lo que, por un lado, le quita sentido a su carácter representativo y, por el otro, es un despilfarro de capacidades…», destaca el documento.
Es cierto que lo dicho anteriormente tiene que ver con la calidad de nuestras autoridades, pero también el marco institucional que en el país tenemos influye enormemente. Al respecto el Pacto Programático Municipal nos recuerda que «la Constitución fraudulenta de 1980 impuesta por la dictadura, reforzó el sentido de administraciones locales de lasMunicipalidades. Bajo esa camisa de fuerza, se les quitó la capacidad de crear empresas, obligándolas a la externalización de los servicios, lo que ha incentivado la corrupción. En general, fueron hechas a la medida para controlar y evitar el desbordamiento del descontento por las demandas ciudadanas… LasMunicipalidades fueron sometidas al centralismo estatal, lo que hasta eldía de hoy les impide contar con la autonomía, competencias y recursos necesarios para enfrentar la multiplicidad de problemas de diferente índole que la comunidad padece en sus territorios».
Se proponen así un conjunto de criterios para que el votante también incorpore una nueva visión sobre la influencia que la comunidad puede tener desde el espacio barrial o el comunal. Se rompe así la tendencia de que los «temas país» sólo son resueltos por una casta ubicada en la superestructura de los pasillos del poder y que en nuestros barrios y comunas de estos temas no se habla pues no serían significativos, que no estamos preparados académicamente para ellos, que nada podemos hacer al respecto… Pues aquí hay otra apuesta, una donde el territorio local cuenta y donde la tarea de un nuevo Chile no comienza mañana sino hoy. Una mirada donde todos tenemos una responsabilidad en esta construcción conjunta: «Mientras no logremos crear la nueva Constitución que Chile demanda, debemos aprovechar al máximo las capacidades que proveen las restringidas leyes vigentes. Debemos tener desde ahora una conducta Constituyente y explicarle a nuestro pueblo, a nuestra comunidad, el derecho que tienen a participar en la construcción de una sociedad más justa y solidaria, y cómo ello se hace a través de una Asamblea Constituyente que cambie las reglas del juego a favor de la mayoría…», es la invitación que desde el propio pacto se hace.
Es así como la tarea del político, del candidato, del representante cobra un nuevo sentido en esta visión de la participación ciudadana a la cual nos convoca el Movimiento por una Asamblea Constituyente. Ya no es la simple asistencia social, sino que concejales y alcaldes se convierten en un articuladores de ciudadanía: «Por ello nos comprometemos a hacer todo lo que esté anuestro alcance para que la gestión del Municipio en que seamos ediles, se planifique bajo las metodologías y buenas prácticas reconocidas a nivel mundial en el ámbito de la Planificación Participativa. Ello implica que, con enfoque territorial y en asambleas, levantemos la información acerca de las demandas ciudadanas y sus prioridades mediante la participación directa de la comunidad desde sus barrios o localidades rurales, escribiendo todo lo que la gente diga y generando, a partir de ello, planes de barrio, los que, a su vez, deberán transformarse en el mandato vinculante de la base para sus representantes sociales y políticos»; lo antes dicho es el centro del compromiso metodológico que los candidatos toman al adherir al Pacto.
Más de 50 candidatos a concejales y a alcaldes han adherido a este pacto, ello a pesar de las no siempre favorables condiciones para difundir este tipo de iniciativas. Las adhesiones se han hecho directamente por los candidatos al mail o se han organizado en sus propias comunas en torno a sus asambleas ciudadanas. Este último ha sido el caso de los candidatos que han firmado en Osorno o en Coyhaique.
La información del pacto y sus adherentes la puede encontrar en www.asambleaconstituyentechile.cl y los candidatos que quieran adherir aun están a tiempo en el mail: [email protected]
Link del listado de adherentes.
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