La Ley 20.500 sobre “Asociaciones y Participación Ciudadana” representaba la esperanza de generar una mayor vinculación entre ciudadanía y gestión pública, dándole por primera vez a la comunidad organizada la posibilidad de orientar las políticas municipales y públicas en general, compartiendo así el eje del poder y las decisiones.
Lamentablemente, la forma final en que esta ley resultó promulgada no respondió al Marco Conceptual del 2001: no se hacen vinculantes los diagnósticos y prioridades de la comunidad con el diseño de programas y políticas públicas. Se sigue dependiendo así de la voluntad de la autoridad política.
Obviando estas limitantes, las siete comunas agrupadas en la Asociación de Municipalidades Ciudad Sur (*), han decidido tomar la promulgación de la Ley 20.500 como una oportunidad para profundizar la participación de la comunidad en la gestión de sus municipios. Para ello se encuentran llevando adelante un trabajo de redacción participativa, en conjunto con dirigentes vecinales y sociales, de la Ordenanza Municipal y del Reglamento, para la conformación de los nuevos Consejos Comunales de Organizaciones de la Sociedad Civil (antiguos CESCOS).
Se busca así consagrar la voluntad política de estos alcaldes y de la alcaldesa de construir una sociedad inclusiva, asumiendo que la ciudad y su territorio son una construcción colectiva. Ello mediante la regulación e institucionalización de un trabajo territorial, donde la comunidad se reúne a nivel de sus barrios y sectores, planifica y prioriza participativamente sus necesidades y elige a sus representantes al Consejo Comunal de Organizaciones de la Sociedad Civil, los cuales deben tomar esta planificación sectorial como su mandato a representar. No hacerlo implica –lo cual debe estar contemplado en la ordenanza- que la comunidad pueda revocar su representación.
La ordenanza y el reglamento crean condiciones para que todo consejero o consejera esté debidamente mandatado(a) por sus bases y represente a la comunidad. El objetivo es que esa comunidad incida en los diseños de presupuestos, políticas y programas públicos, otorgando cierto carácter vinculante al proceso participativo.
El presidente de Ciudad Sur y Alcalde de El Bosque, Sadi Melo, ha expuesto en reiteradas ocasiones que la Ciudad Sur debe constituirse en un paradigma nuevo que dé cuenta del déficit de participación que los proyectos políticos actuales tienen. Todo ello se consolidará en un proceso de planificación estratégica participativo de desarrollo, cuya novedad consiste en que serán los ciudadanos organizados desde sus barrios quienes formularán las líneas principales a partir de los diagnósticos territoriales, generando una agenda para la definición de los futuros proyectos estructurantes de alto impacto.
Esta manera de entender la vinculación con la comunidad no es sólo nueva, sino que imprescindible para abordar los complejos desafíos locales.
* Ciudad Sur es una asociación de municipalidades conformada por El Bosque, La Granja, Pedro Aguirre Cerda, Lo Espejo, San Ramón, San Joaquín y La Pintana. Todos municipios encabezados por alcaldes democratacristianos, PPDs, socialistas, comunistas e independientes, que lideran comunas con altos niveles de pobreza del sur de Santiago, con una población total aproximada de un millón de personas.
Comentarios
24 de julio
Lo interesante de la participación ciudadana es incidir sobre las políticas nacionales y no precisamente sobre las locales…
La filosofía de Rico Mcpato era «cuida los centavos y deja que los dólares se cuiden solos»…
Si la aplicásemos sobre el tema de la participación ciudadana debiera decir algo así como «cuida las políticas nacionales y deja que las locales se cuiden solas»…
Hasta aquí, si eso debiera funcionar correctamente, desde algún punto de vista, quien lo está aplicando es el Gobierno, que cuida las políticas nacionales y deja, con la Ley de Participación Ciudadana, tal como está, que las políticas locales se cuiden solas y todo ello a favor del establishment, ya que los cambios al sistema político y económico sería insignificantes…
El que debe cuidar la carne en la carnicería de las políticas nacionales es el pueblo (y no el gato), porque de esa forma controlaría la democracia y el sistema económico…
Para algunas personas es probable que tal cosa pudiera parecer imposible o una fuente de caos impracticable en su mente, sin embargo, para que las cosas funcionen como queremos, se deben crear prototipos y ver qué tal funcionan y luego corregirlos hasta que funcionen como debieran…
Si la Ley de P.C. no permite a los ciudadanos cambiar el sistema político ni el económico, entonces, no es precisamente el prototipo que se necesita para desarrollar la justicia social…
Lo que podría hacer la Ley de P. C., tal como aparenta que funcionaría, no es menor, sin embargo y a pesar de ello, sigue siendo necesario modificar el sistema político y el sistema económico, por lo tanto, a la Ley de P.C. le sigue haciendo falta tomarse la leche para crecer y concederle al pueblo el sitial que debe tener…
Hasta aquí, es ridículo que se plantee una Ley de Part. Ciud. precisamente sin la PARTICIPACIÓN CIUDADANA, lo que demuestra que el gato sigue a cargo de la carnicería…
Quien quiera creer lo contrario y que la mentada Ley es una oportunidad para mejorar el país, su democracia y sus mecanismos de desarrollo, tal vez debiera abrir los ojos, o dejar de consumir los alucinógenos televisivos y de anuncios parlamentarios y gubernamentales con los que se les vende, a crédito por su puesto, toda clase de pomada a los esclavos que están obligados a usar grilletes en sus manos y en sus pies para no salirse de la fila en la que harán su raya en un voto, con el que nuevamente venderán la patria, frente al nombre de alguien, no importa quién sea, ni las ridiculeses que diga…
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