A falta de carnaval y con mundial sólo cada cuatro años, me parece muy bien que nos riamos de todos, partiendo por nosotros mismos y, por supuesto, también de nuestras autoridades. De hecho, a Frei y Lagos les quedaron debiendo unas cuantas parodias que tal vez nos habrían liberado de varios dolores posteriores.
Claro, hay formas y espacios, pero en un programa misceláneo y a cargo de un cómico, me calza perfecto. Que haya “molestia presidencial” sobre la imitación de Kramer resulta exagerado, aunque natural en un contexto en que el Presidente ha recibido una suma de "desaires” este último tiempo. Pero, lamentablemente, querer ser siempre “el cumpleañero” tiene riesgos evidentes y aunque algunos todavía no lo entiendan: la gente no es tonta.
Tal vez, el parecer “víctima” puede ser una estrategia para conseguir cierto apoyo e intentar que otros temas pasen desapercibidos. Ya sabemos que salud y educación se retuercen en la agenda de estos días. Particularmente, me parece un chiste de pésimo gusto que el humor tenga tanta centralidad en la agenda de palacio, mientras en el sur la reconstrucción sigue siendo un pendiente en rojo.
Este pataleo presidencial con poca gracia, también puede ser el primer acto de la nueva estrategia para cambiar el rumbo de la imagen presidencial. Tal vez un golpe de autoridad que intente frenar las burlas constantes. Peor aún, un intento por influenciar la línea editorial de TVN, quién hoy más que nunca debe reforzar su rol como televisión pública.
Seguro, los días nos seguirán dando sabrosuras. Una a la que habrá que estar atentos es al próximo programa “Halcón y Camaleón” ¿se hará una parodia de Michelle Bachelet y Piñera aceptará la invitación a una conversación distendida? Espero que no. Seria un empate fome. El humor hace bien y pone en juego la inteligencia. Espero que reírse no se vuelva delito.
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Comentarios
07 de julio
El humor es una herramienta útil para medir cuán democrático y respetuoso de las libertades es un régimen o gobierno…Incluso más útil que otras mediciones más técnicas.
Sí el humor está bajo asedio del gobierno, entonces todo el resto de nuestras actividades están a merced del despotismo…lamentablemente.
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08 de julio
Buena idea, tal vez podemos incorporar el humor como indicador de calidad de nuestra democracia…no si hacemos malos o buenos chistes, sino si somos capaces de aceptar y promover la libertad de expresión en todas sus dimensiones.
08 de julio
Me parece totalmente fuera de lugar sobredimensionar un episodio que no pasa de ser una humorada que, por lo demás, se le ha hecho a muchos otros personajes. Comparto lo que señalas en cuanto a que la reacción tal vez tenga más que ver con los «desaires» de ha protagonizado el presidente pero que, en mi opinión, son consecuencia del mismo estilo mediático y sobreexpuesto que ha venido trabajando comunicacionalmente.
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08 de julio
Claudio ¿Y qué rol crees que nos toca como ciudadan@s ante un Presi sobreexpuesto? ¿cuáles son los temas que a ti te interesaría fueran tema de «palacio»? cariños!
12 de julio
BBBBBB; 6B, esa nota le pongo:
1 B = Muy bueno el artículo
2 B = Muy buena la autora
3 B = Muy bonito el artículo, es elegante, sencillo y fácil pero con profundidad
4 B = Muy bonita la autora (sorry, soy varón y no puedo dejar de fijarme…)
5 B= Brillante el artículo, la pregunta que hace es una aplanadora al sr. Presidente
6 B= conclusión, brillante la Autora
Victoria, muchas gracias
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13 de julio
De nada bonito! 😉
13 de julio
Más que la distracción de temas relevantes, más que el manejo comunicacional ultra complaciente, y más que la falta de humor, llama la atención cómo en la moneda no vacilan un segundo en poner en juego un derecho tan básico como la libertad de expresión, sobre la base de una pataleta sin sentido. El sólo hecho del trascendido constituye, desde mi punto de vista, un atentado consumado a la referida garantía. Ese autoritarismo, por más que se disfrace en sonrisas, se cuela por los poros de nuestros gobernantes, delatándolos una y otra vez en su soberana incapacidad (entre otras) para advertir el rol que juegan las garantías constitucionales en un Estado de Derecho.
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13 de julio
Carlos concuerdo con que ese es uno de los temas de fondo y quizás «el» de fondo cuando debatimos sobre medios de comunicación, poder y ciudadanía. Agregaría a tu reflexión las consecuencias de que en general no defendamos nuestro derecho a la expresión (mucho menos al de comunicación). Me parece que el desafío es que sintamos su centralidad en todo nuestro quehacer social…