En las últimas semanas el país se vio atravesado por manifestaciones en distintas regiones en oposición a la aprobación de HidroAysén. Entre los distintos proyectos resistidos, este es el más emblemático, pero no un caso aislado, como muestra el mapeo de conflictos socioambientales elaborado por la Fundación Terram, donde se refleja que uno de cada tres proyectos ingresados en la Comisión Nacional de Energía está generando conflictos con la comunidad.
La causa de esto reside en la ausencia del Estado y en el hecho de que la política energética de nuestro país, se sigue basando en la neutralidad tecnológica, dejando en la iniciativa privada la responsabilidad de definir las necesidades energéticas del país. La política energética vigente en Chile, no incorpora una visión de largo plazo que haya decidido sobre los inevitables trade-offs de las distintas formas de integrar la matriz energética, por esa razón las decisiones sobre estos trade-offs se terminan tomando proyecto a proyecto. Y como no hay un espacio para discutirlos, se recarga injustamente esta decisión sobre los hombros del Servicio de Evaluación Ambiental.
¿Son el Ministro Golborne o el Presidente Piñera los responsables de esto? No, pero esperamos que sean capaces de leer el contexto, la escalada del conflicto y ofrezcan las urgentes soluciones que necesitamos. Como organización latinoamericana y local, llevamos cuatro años incentivando una visión energética de largo plazo para el país. En este marco, impulsamos la creación de la Plataforma Escenarios Energéticos, donde 5 instituciones presentaron una posible matriz energética de Chile al 2030. Este ejercicio demostró que Chile tiene múltiples opciones en materia energética y que todas ellas generan impactos. A su vez, derribó otro mito: que la diversidad de sectores no puede dialogar de forma constructiva y presentar sus visiones acordando principios y respetando una exigente rigurosidad técnica.
Una sociedad armónica, basada en acuerdos y orgánicas de gestión trisectoriales, genera un mejor entorno para la democracia, los negocios y la equidad. En definitiva, avanza más rápidamente y con menores costos, logrando así la dignidad para todos.
* Guillermo Scallan, Responsable Nacional Fundación AVINA Chile
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