Podemos enlazar el proyecto Apolo con la próxima COP25 que se realizara a fin de año en nuestro país y para ello voy a destacar uno de los legados menos conocidos de los viajes a la Luna, que lo relacionan a los grupos medioambientalistas.
Recordemos que el Apolo 11, si bien fue la primera misión que descendió en la superficie lunar, es solo el 3er viaje de una nave tripulada a nuestro satélite natural, los primeros que la orbitaron fueron los astronautas Frank Borman, James Lovell y William Anders en el Apolo 8 y luego los astronautas Thomas P. Stafford, John W. Young y Eugene Cernan en el Apolo 10, cuando testeaban el Modulo Lunar.
De estos dos primeros vuelos, el más arriesgado fue el del Apolo 8, ya que, y a modo de analogía, fue igual a saltar en paracaídas sin uno de reserva, como se hace siempre, es decir, si fallaba o sufrían el mismo grave accidente del Apolo 13 y al ir sin un Modulo Lunar de respaldo, simplemente morían. Como premio al alto riego que corrían o mejor dicho como regalo de navidad, ya que viajaron entre el 21 y 27 de diciembre del año 1968. Les toco ser los primeros en salir de la órbita terrestre, los primeros en ver la Tierra completa desde el espacio y los primeros en ver el lado oculto de la Luna.
[texto_destacado]Para enlazar los viajes a la Luna con los movimientos medioambientales me referiré a una fotografía tomada durante el vuelo del Apolo 8, al salir del lado oculto de la Luna, por el astronauta William Anders. En ella se ve a nuestro planeta/hogar a 386 millones de kilómetro de distancia, elevándose por encima del gris horizonte lunar, la escena hace decir al astronauta que «Vinimos a explorar la luna y lo que descubrimos fue la Tierra«.
Esta simple y al mismo poderosa fotografía, tomada un 24 de diciembre de 1968 y que lleva por nombre «Earthrise«, dio una perspectiva nunca antes vista de nuestro planeta/hogar, mostró por primera vez su belleza dentro de la vastedad y soledad del espacio, revelando nuestra fragilidad e insignificancia cósmica. La imagen causo gran impacto en la sociedad norteamericana y dio un renovado impulso a los movimientos medioambientalistas, que habían comenzado a manifestarse desde inicios de la década de los 60, junto a los que protestaban contra la guerra de Vietnam.
Lo que ocurrió después podemos explicarlo con «una imagen vale más que mil palabras«, ya que el presidente Nixon declara el 22 de abril como día de la Tierra y su símbolo es precisamente esta imagen. Su primera celebración, el año 1970, logró reunir a más de 20 millones de personas. Por la gran convocatoria y presión social, durante ese año se promulgan una serie de leyes medioambientales, entre ellas la Ley de Aire Limpio, la Ley de Educación Ambiental para satisfacer la necesidad que veía Nixon de una alfabetización ambiental. Y, en diciembre del año 1970, crea la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos.
Un dato anecdótico, la imagen también impresionó a los grupos que creen en una Tierra plana, quienes expresaron la intensión de reconsiderar sus ideas.
Para concluir, Earthrise confirma una idea expresada por el astrofísico inglés Fred Hoyle quien predijo, el año 1948, que cuando los vuelos espaciales nos revelaran la Tierra en su totalidad, su visión nos cambiaría para siempre, es decir, nos debiera llevar a reflexionar y ver con humildad el lugar que ocupamos en el conjunto del universo.
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