Las palabras del director nacional de Instituto de Desarrollo Agropecuario Carlos Recondo durante una actividad en Olmué, bromeando con la grave situación de falta de agua en Petorca, son sintomáticas de algo. Aportan a una sensación que trasciende a la del exabrupto de una autoridad en el momento y lugar menos indicado. Apuntan a una forma de pensar, por decir lo menos, que no empatiza con el sufrimiento de tantos.
Es necesario reconocer y destacar las disculpas públicas que posteriormente manifestó el ex diputado UDI, al señalar que los suyos fueron dichos “insensibles” y “fuera de lugar”. Sin embargo, esto no puede obviar el fondo de la discusión: más allá de las palabras de buena crianza la broma devela que en Chile existe entre compatriotas una divergencia de prioridades sobre la vida y la sociedad.
[texto_destacado]Lo que muestra el chiste de Recondo es que la crisis hídrica no le es prioritaria. Quizás porque ni él ni el sector al que representa la vive en carne propia. Nadie echa la talla con lo que le duele en el alma. Algo al menos paradójico considerando que es director nacional de un organismo del Estado cuyo principal insumo es precisamente el agua.
En síntesis, la dramática situación que viven miles de chilenos y chilenas no solo por el calentamiento global o la falta de obras de infraestructura, sino por una institucionalidad hídrica que permite el acaparamiento, especulación y mercantilización de un bien fundamental como el agua, no es prioridad para Recondo, en cuyas manos el Presidente de la República dejó las políticas públicas del sector agropecuario. En eso algo de su militancia proclive a la propiedad privada a ultranza debe estar involucrada.
Este alcance es pertinente más aún en un día como hoy. Este 11 de septiembre se cumplen 45 años desde el golpe de Estado que en 1973 instaló la dictadura cívico militar de Pinochet. Y aún así, luego de casi medio siglo y conocidos los horrores de 17 años de régimen de terror, existen aún quienes no consideran tan grave lo ocurrido. No les complica su recuerdo, no les convoca a rechazar la sola posibilidad de su reiteración, no les sale de la boca el nunca más.
Lo más complejo es que dichos ciudadanos no se encuentran solo en la televisión, un sector político o son parte de una elite que hace pocas semanas vio caer a uno de sus ministros de Cultura ciego en la negación de lo que el mundo da por hecho.
Lo más complejo es que dichos ciudadanos no se encuentran solo en la televisión, un sector político o son parte de una elite que hace pocas semanas vio caer a uno de sus ministros de Cultura ciego en la negación de lo que el mundo da por hecho. El repudio a las violaciones a los derechos humanos no debe ni puede tener matices. Y en eso comparto lo que se ha dicho desde la propia izquierda: tampoco fuero por territorio o nacionalidad.
A quienes no interesa este debate están hoy en muchos hogares, barrios, trabajos, universidades, cuestionando constantemente a los que se niegan a olvidar. Rechazando a los que tienen la convicción de que existen umbrales que no es posible traspasar. Ni por ideología, contexto, economía o productividad material.
A ellos hay que hablar. Que aunque no vayan a marchas, mitines o concentraciones en rechazo de lo ocurrido hace 45 años siempre tengan tal claridad y se sustenten en tales principios que nunca se sientan llamados a bromear con los profundos dolores y desdichas de los demás.
Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad
psegura
Precisamente por comentarios y justificaciones a las violaciones a los derechos humanos como los que planteas, es necesaria esta columna.
Saludos.
Casius
EL tema del agua se lo reconozco, es algo que no a todos les preocupa, en especial a los 20 años continuos de gobierno «democratico» que tuvo chile después de la dictadura. La mayoría de las regulaciones pudieron haberse establecido de manera de beneficiar a tanta gente que hoy sufre esa parsimonia legislativa que tuvieron personajes que hoy rasgan vestiduras con temas tan importantes como éste y otros. Si quiere hablar de gobierno militar y dictadura deberá informarse aun más ya que sus apreciaciones son bastante sesgadas y polarizadas, denotando que Ud no vivio en esa epoca en un Chile convulsionado y polarizado, donde el Presidente de la República era un instigador del odio con sus declaraciones en actos publicos (eso es real y esta registrado), donde hoy estaría preso y destituido. Si está pensando «eran otros tiempos y otras situaciones», correcto, lo eran, pero nada absolutamente nada puede justificar actos que atenten contra la dignidad y seguridad de una nación cuyas autoridades estaban llevando alocadamente a una guerra civil. Después, ya todo es sabido, golpe militar, junta militar, gobierno militar o dictadura, llámala como quiera, lo cierto es que trajo algo de orden y reestablecimiento de una vida cotidiana que llevó a muchos chilenos culpables o no a morir y ser enjuiciados y ejecutados por sus crimenes, faltas o equivocaciones, sin que se les haya realizado un justo proceso, pero debe tener presente que para hablar de ello tiene que haberlo vivido en 1ra pers.