Uno de los principales debates que se están produciendo debido a la reforma educacional que está impulsando el gobierno de Bachelet se relaciona con la posibilidad de que el Estado deje de “subsidiar la continuidad de doctrinas religiosas” en colegios particulares subvencionados.
Me pregunto si es deber de los colegios ser una prolongación de «la labor de la familia» y permitir así la «transmisión de una forma de vida«.
Hecha la pregunta, mi postura es que se requiere una separación de responsabilidades clara respecto de quién debe entregar educación moral y doctrinaria a los niños y jóvenes. Esta discusión es, a mi juicio, central en lo que a calidad se refiere.
Casi no existe discusión en Chile respecto al rol e importancia de la familia (cualquiera sea su tipo) en la educación de los niños. Esto mismo ha llevado a discutir (insanamente) si existen mejores tipos de familia o no. Sin embargo, no existe consenso respecto al rol que el Estado debe jugar o hasta donde llega su responsabilidad en este ámbito.
Si bien el Estado está llamado a garantizar el derecho a la educación, esto no implica que sea su deber entregar todos los contenidos en forma directa. Sí podríamos esperar que facilite su adquisición y que entregue las herramientas para formar personas críticas y responsables de su propia formación. En un país que aspira a la innovación y al desarrollo económico, la capacidad de las personas de pensar por sí mismas es requisito básico.
Veamos al aborto como un ejemplo de discusión ética y moral, en boga gracias su actual discusión en el Congreso. ¿Cómo se abordaría el tema del aborto en un sistema educacional de calidad? Dos posibles posturas y aparentemente antagónicas serían:
En mi opinión, un sistema educacional de calidad debería ser capaz de compatibilizar ambas posturas. Sin duda existen cientos de problemas éticos en la ciencia que no están resueltos desde el punto de vista moral y que la educación pública podría abordar sin fijar una postura propia.
La educación pública está llamada a proveer las capacidades con que cada estudiante investiga, facilitando la reflexión sobre las creencias propias y familiares con lo que se discute en el ámbito público, fomentando así la convivencia social.
Si se asume que es la familia la principal responsable de entregar educación moral a las personas, tenemos que preguntarnos por qué no establecer que sea la única responsable. Libertad educacional clara y sin ambigüedades, con responsabilidades repartidas y bien definidas.
En este escenario, la educación pública está llamada a proveer las capacidades con que cada estudiante investiga, facilitando la reflexión sobre las creencias propias y familiares con lo que se discute en el ámbito público, fomentando así la convivencia social. Lamentablemente, hoy en día los colegios no integran las distintas materias y éstas son evaluadas independientes entre sí.
¿Cómo me imagino una educación de calidad? Proponiendo temas de investigación transversal, como es el caso del aborto. Cada estudiante, acorde a su edad, elige un tema multidisciplinario que requiere conocimientos de varias materias (para el aborto serían al menos religión, biología, historia y matemáticas) y se podrían entregar puntos extras en cada materia bien utilizada.
Para facilitar la integración entre moral (familia) y ética (discusión científica y filosófica), debería ser requisito que cada estudiante entreviste a sus padres y referentes respecto a cuál es su postura en relación al tema seleccionado. Posteriormente, el alumno debería profundizar cada materia atingente al tema de investigación y obtener conclusiones propias que pueda defender o simplemente exponer en un ensayo.
Un sueño demasiado grande tal vez, pero dicen que no hay límites en lo que uno puede soñar.
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meriadox
Estoy totalmente de acuerdo con lo que señalas. El ejemplo del aborto fue lo mejor que pude sacar en una hora de inspiración que me pude dar. Justo me avisó el Senador Virtual que estaba en discusión.
En los niños pequeños las temáticas serían «es mejor jugar a la pelota o andar en bicicleta» y cosas por el estilo, no veo de qué otra forma inculcar el gusto por aprender. El fondo del planteamiento es proponer una forma de enseñar que no sea tan uniforme ni formal, que mediante temas libres o planteados por el profesor-guía puedan aprender a leer, matemáticas, historia y lo que sea que queramos.
Yo creo que entregar más libertad y el gusto de aprender es el camino, pero debe ser acorde a la edad, aprender jugando en la niñez y crecer en complejidad hasta que en 4 medio puedan escribir ensayos, presentaciones y cosas por el estilo.
La funcionalidad de lo que se quiere entregar a los niños es un tema que requiere una nueva columna, pues se trata de otra discusión importante. Yo creo que con el solo hecho de enseñar a aprender, el cambio ya sería revolucionario. Lo complejo es cómo lo haces, cómo enlazas esto con nuestra sociedad, con nuestro sistema económico. Hoy se ve bastante lejano un cambio utópico como el que discutimos aquí. Ni hablar de lo complejo que sería una reforma docente que pudiera poner en marcha un sistema educacional como el que planteamos.
Respecto a la religión, creo que se debería enseñar de todo, junto con filosofía, humanismo, historia. Hay gente que cree que ciertos temas no deben ser tocados en el colegio y otros como yo que se inclinan porque sea el colegio el que permita a las personas enfrentar todos los temas (entregar herramientas).
Si los papás van a misa, los niños irán a misa (en alguna tarea del colegio le tocará ir a misa para después contar lo que le pareció). Sino van a misa, practicarán rezando en la noche antes de dormir y cosas así. Si los padres no hablan con los hijos, ese es un problema social que no se aborda con doctrina en los colegios, se enfrenta con una política de Estado específica, de atención al menor, de apoyo a los padres, ya sea a través del Ministerio de Desarrollo, de MINSAL, etc. Este es otro temón.
Saludos y gracias por comentar.
Patrick Fisk
Lo primero, ya con tu cuenta rockmeza ya me caíste bien. Dicho esto.
No creas que es tan difícil, basta sólo armonizar relación horas lectivas con horas de planificación y mejorar las competencias de directores y jefes de utp.
Me explico.
En general los profesores son creativos, poseen gustos variados y hasta cierto punto son inquietos en si vida cotidiana, pero, al ser tan agobiante el sistema, se tienden a mecanizar en las planificaciones; por su parte, los jefes de utp en realidad son burócratas, analizar si se cumple o no el objetivo de cada cosa que hacen los profes a su cargo; en este cargo, gana siempre el más organizado o quien goce de más experiencia y menos deseo de aula.
Finalmente, los directores.
Objetivamente hablando el director no es autónomo. En colegios privados y particulares subvencionados, su función es la de hacer el papeleo para el sostenedor; en el sistema municipal, el cargo es un premio de renta que exige obediencia al jefe DAEM que es obediente al alcalde. Así de simple.
Por tanto, un profe sin tiempo no tiene tiempo para ser creativo, hacer ensayos y emprender; pero si lo tuviera, probablemente gastaría tiempo vital en explicarle al jefe de utp, quienes igualmente, mandaría a explicar todo al director y esa reunión duraría como 3 horas. Y lamentablemente, todo quedaría sujeto a la opinión del sostenedor que por nada del mundo quiere alterar a los apoderados.
Entonces que se necesita, tiempo para que los profes creen con premios a la innovación, capacitación a los jefes de utp para propiciar y estimular estos experimentos (y que sepan evaluar impacto potencial) y directores que sean capaces de pensar en los estudiantes y la institución, superando el miedo al cambio que siempre existirá.
Al final del día, todo esta en el Congreso y el MINEDUC, y porque no, en la MONEDA, pero si se lanzan a la picina, LA ROMPEN!
Patrick Fisk
Varias cosas.
Las ciencias sociales hace rato establecen que la escuela es una segunda instancia de sociabilización en el desarrollo humano, teóricamente debiese ser compatible con la familia que es el primero, pero la verdad es que el ritmo de la sociedad, las exigencias laborales y todo lo demás, muchas veces le da un rol protagónico. Más en estratos vulnerables. Ahora bien, dentro de esta misma lógica, los contenidos de la educación debiesen entrenar las competencias más que enfocarse en los contenidos. Y he aquí un primer problema. Muchas veces se cree que la formalidad y uniformidad es la única se potenciar a un estudiante, cuando en realidad son sus necesidades el eje central.
Siendo más claro, yo no partiría haciéndolos investigar y debatir del aborto, yo en cambio, los haría investigar y debatir sobre superhéroes, selecciones de fútbol, autos y destinos turísticos. Una vez que aprendan a dialogar, fundamentar e investigar, recién ahi me meto con temas más sensibles.
Los contenidos por tanto deben ser funcionales, eso es calidad.
Respecto a la religión, me agradaría que existieran dos líneas formativas, cristianismo y humanismo, donde analizar lideres universales traspasara valores; sin embargo, hoy se pide que se saque algo y no que se incorpore otra cosa, por eso mjos niños saben quien es Hitler y muy pocos quien es Gandhi.
Respecto al aborto en si, no voy a agregar nada, creo que la educación sexual es por lejos lo más necesario? Desde la prevención de abusos, hasta el auto cuidado. Quien hable de abortos, aborda consecuencia y no génesis.
Así que si, hace falta calidad en la educación, pero, sin considerar todos los aspectos, es un tanto
Fundamentalista