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De Gutemberg a Steve Jobs: Enseñar y Aprender a Leer en el Siglo XXI

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El texto escrito es la principal herramienta de preservación y transmisión de la cultura. Este proceso se realiza a través de la lectura, la cual es definida por Mabel Condemarín (2001) como “el proceso de comprender el significado del lenguaje escrito… que constituye indudablemente el logro académico más importante de los estudiantes”. En este sencillo pero vital precepto, se centra el argumento de que el desarrollo de las habilidades lectoras es uno de los objetivos principales del proceso educativo moderno. Sin embargo, no podemos obviar el hecho de que la lectura de los textos contemporáneos es mucho más compleja que aquella que se realizaba en los manuscritos del medioevo.

Este fenómeno, producido principalmente por el desarrollo tecnológico de nuevas plataformas de lectura, ha propiciado el surgimiento de un nuevo tipo de lector que requiere, dentro de su proceso formativo, de nuevas estrategias metodológicas. Por esto, podemos afirmar que no es lo mismo enseñar a leer a los niñ@s de hoy, que a las generaciones que nacieron bajo el alero del mítico Silabario.

Ante este escenario surgen preguntas de necesario análisis para todos quienes centramos nuestro estudio en los procesos educativos del país. ¿Qué características tienen estos nuev@s lector@s?, y más aún, ¿qué habilidades deben desarrollar l@s docentes para lograr el aprendizaje de un código que evoluciona de manera vertiginosa?

 Los Procesos Históricos
No hay dudas de que la forma en que leemos ha cambiado radicalmente a través de la historia de la humanidad. Desde la escritura cuneiforme grabada en planchas de cerámica, hasta el hipertexto de la web 2.0 (prontamente obsoleto por cierto) existen muchos más siglos que los que resultan del simple conteo regresivo de años.

La unificación y masificación de los alfabetos en grandes porciones de territorio, permitió que el hombre compartiera e impusiera su cultura a los pueblos conquistados; usando para ello los libros y, principalmente, los de índole religiosa. Así, los procesos de expansión y asentamiento de culturas dominantes produjo un doble efecto en los lectores: por un lado, los dominantes debían ser ciudadanos alfabetizados; y por otro, los dominados debían ser instruidos en la decodificación de la lengua de los conquistadores. Este fenómeno se evidencia en los procesos de colonización y conquista de Latinoamérica, en donde los religiosos de diferentes congregaciones fueron la segunda línea de batalla de la armada española. La Biblia ofrecía la verdad sobre el mundo y la vida eterna, y la única forma de acceder a este conocimiento era a través de la palabra escrita. Así, miles de misioneros católicos tenían como objetivo la evangelización a través de la palabra, proceso que debía comenzar con la alfabetización de los mal llamados indios.

Por otra parte, y como proceso subsidiario de la masificación de la lengua, el desarrollo tecnológico provocado por la necesidad aumentar exponencialmente la producción textos; originó también un profundo cambio en las plataformas a través de las cuales es distribuida la literatura contemporánea. Hoy, el papel es sólo una de las plataformas que nos permiten consumir literatura, el cual compite (en términos bastante desiguales) con los hipertextos digitales multimedia a los que nuestros niñ@s tienen acceso gracias a internet.

Auge y Caída del Lector de Papel
Antes del desarrollo y masificación de la cultura de la web 2.0, surge un particular tipo consumidor de literatura, cuyas características esenciales nos permitirían definirlo, básicamente, como un lector lineal. Es decir, se trata de un lector que decodifica un mensaje, lo reconstruye y es capaz de generar procesos de pensamiento como análisis, reflexión, crítica, entre otros. Todo esto a partir de un texto determinado y escrito en una plataforma rígida (papel) que no permite feedback o interacción con su autor.

La hegemonía del lector de papel moldeó los procesos educativos modernos, generando con ello una serie de estrategias didácticas asociadas a la enseñanza de la codificación y decodificación del alfabeto.  La enseñanza de la lengua y sus aplicaciones básicas se transforma uno de los ejes fundamentales del proceso de escolarización; en el entendido que dicho proceso permite al ser humano insertarse en una sociedad determinada. Y es aquí donde surge la primera pregunta que da origen a este trabajo: considerando que vivimos en la llamada sociedad del conocimiento, ¿qué características tienen estos nuev@s lector@s?

Nace el Hiperlector
El lector del siglo XXI posee necesidades definidas por el entorno social y tecnológico en el cual se desarrollan. Hoy, la plataforma digital ofrece gran parte del conocimiento codificado en formato multimedia, cuya principal diferencia del texto lineal es el hipertexto. Este término fue acuñado por Theodore Holm Nelson en 1965 y se define como la presentación de información como una Red de nodos enlazados a través de los cuales los lectores pueden navegar libremente en forma no lineal. Permite la coexistencia de varios autores, desliga las funciones de autor y lector, permite la ampliación de la información en forma casi ilimitada y crea múltiples rutas de lectura. Estas nuevas posibilidades para el lector, plantean desafíos en término de habilidades a desarrollar durante su proceso formativo. Todo lo anterior, conspira para que los nuev@s lectores del S.XXI posean las siguientes características:

Decodifica sub-códigos derivados de la lengua materna (chat, emoticones, etc.). Muchas veces el nuevo lector no diferencia los contextos de uso del lenguaje, llevando estos sub-códigos a su producción discursiva en contextos de formalidad o semi-formalidad escolar. Este fenómeno provoca grandes problemas en la práctica docente, pues distancia al profesor del estudiante inclusive en contextos coloquiales. XD significa equis dé para el profesor, pero para el alumno significa risa.

Recibe y procesa mensajes simultáneos gracias a la Multimedia. Esta capacidad le permite leer un libro digital mientras escucha música y chatea con sus amigos a través de Facebook. Esta característica, vista por mucho docentes como problema, debe comenzar a ser considerada como una capacidad y no como un defecto. La potencialidad que entrega la multimedia debe ser aprovechada en su totalidad con el fin de contribuir a los procesos educativos de las nuevas generaciones.

Confunde la virtualidad digital con la realidad tangible.  El nuevo lector confunde ambos términos, lo cual representa un problema para su desarrollo humano pues establece relaciones interpersonales basadas en la web 2.0, dejando de lado la corporalidad. Su avatar o perfil se transforma en su identidad, lo cual se traduce en un problema ético.

Reemplaza memoria biológica por memoria digital. Esta característica, positiva en términos que le permite el desarrollo de otras habilidades cognitivas además de una infinita capacidad de almacenamiento, transforma al nuev@ lector en dependiente de accesorios tecnológicos o gadgets pendrives, discos duros, tarjetas de memoria, etc).

Privilegia lo visual por sobre lo literal. L@s lector@s del S.XXI le dan gran protagonismo al Diseño Gráfico y la interactividad de los textos a los que se enfrentan. Esto provoca un efecto directo en la práctica pedagógica, pues desafía al sistema escolar a producir más y mejores herramientas digitales para apoyar la labor docente, pues los textos planos ya no están llamando la atención de los estudiantes.

Al respecto, Pianfetti (2001) señala que los textos digitales que incorporan hipertexto requieren que lectores y escritores desarrollen nuevas habilidades, más allá de las requeridas hasta ahora para enfrentar los medios impresos. Internet demanda conocimiento para navegar los enlaces, para comprender las ventajas y desventajas asociadas con tener el control de la dirección en la que se progresa por el texto, así como para inferir y diferenciar un tipo de enlace de otro. El autor destaca que “Nunca antes fue tan necesario que los niños aprendan a leer, escribir y pensar críticamente, al punto que la definición de alfabetismo se ha expandido desde las nociones tradicionales de lectura y escritura hasta incluir la capacidad para aprender, comprender e interactuar con la tecnología de manera critica y significativa”.

Es en esto último en donde debemos concentrar nuestros esfuerzos: desarrollar en nuestros niñ@s la capacidad de interactuar con la tecnología de manera crítica, parece una tarea urgente. Para ello, el Proyecto ENLACES (2013) ha generado una matriz de habilidades tecnológicas para estudiantes con el fin de orientar el trabajo de l@s docentes chilenos, así como también una reforma curricular para la asignatura de Educación Tecnológica.
Estas nuevas habilidades son definidas por el Gobierno de Chile como esenciales para el aprendizaje de las nuevas generaciones de compatriotas. Tamaña tarea debe ser ejecutada por profesionales altamente capacitados en el uso de la tecnología, en las implicancias éticas de su utilización y en la comprensión de los procesos de enseñanza-aprendizaje bajo el alero de la sociedad de la información.

Dicho esto, se hace urgente la formación de un nuevo tipo de docente, capaz de dar respuesta a las demandas de l@s nuev@s lectores del hipertexto.

Nunca antes fue tan necesario que los niños aprendan a leer, escribir y pensar críticamente, al punto que la definición de alfabetismo se ha expandido desde las nociones tradicionales de lectura y escritura hasta incluir la capacidad para aprender, comprender e interactuar con la tecnología de manera critica y significativa. (Pianfetti, 2001)

Nace el Hiperprofesor
Steve Jobs, una de las figuras más influyentes en el desarrollo del paradigma tecnológico contemporáneo, creía que firmemente que el éxito de su compañía en la sociedad del conocimiento no estaba en el desarrollo de tecnología de punta, sino que en la calidad y funcionalidad de sus gadgets. Fue el primero en desarrollar el concepto de experiencia tecnológica y produjo aparatos que se comunicaban entre sí, creando un microsistema sincronizado. Así, Jobs diseñó un aparato para escuchar música (Ipod) que podía ser sincronizado con la que almacenas en tu computador (MacBook) y que podías comprar en línea en la tienda Itunes. Es decir, los aparatos interconectados le entregan al usuario todo lo que necesita consumir. Esta es la razón por la que los usuarios Macintosh no migran a otras compañías.

Adaptar este concepto a la educación contemporánea, es decir, crear un microsistema que entregue a l@s estudiantes una experiencia tecnológica que mezcle el currículum, las herramientas tecnológicas y adecuadas estrategias metodológicas; parece ser una buena receta para enfrentar el desafío de acercarse al lenguaje de los nuev@s lectores.

Sin embargo, y aún considerando que esta receta pueda ser aplicada en las aulas chilenas, existe un factor fundamental que no debe ser olvidado: l@s docentes.  Y cuando nos referimos a que deben incorporarse a esta ecuación, hablamos que deben estar capacitados para participar de este microsistema desde un rol protagónico. Para ello, deben contar con la formación adecuada, porque como mencionamos en un principio, no es lo mismo enseñar a leer a l@s niñ@s de hoy.

Una vez más, el Proyecto ENLACES Mineduc (2011) entrega algunas luces acerca de las competencias que deben poseer l@s docentes para implementar correctamente el currículum en la sociedad del conocimiento. Para ello propone un Mapa de Competencias TIC en la Profesión Docente, las cuales se han agrupado en 5 dimensiones.Según ENLACES (2011), “las 5 dimensiones se trabajan a través de competencias, criterios y descriptores y refieren al Marco para la Buena Enseñanza a través de considerar funciones de planificación y preparación de la enseñanza, la creación de ambientes propicios para el aprendizaje, la enseñanza propiamente tal y la evaluación y la reflexión sobre la propia práctica docente, necesaria para retroalimentar y enriquecer el quehacer incorporando las TIC”.

Desde la teoría, las dimensiones abordan efectivamente las habilidades necesarias para optimizar los aprendizajes en el contexto de las aulas de nuev@s lectores. Sin embargo, su relevancia es relativa por cuanto la alfabetización digital de los docentes no ha sido medida, por lo que no se tiene información respecto del estado del arte en lo que respecta a las competencias básicas de l@s docentes.

Es por ello que los cambios en cuanto a la formación docente deben ser estructurales. Es necesario que este Mapa penetre en la formación de pre grado, pues es la única manera de asegurar el impacto de la política pública diseñada por ENLACES. Para ello, iniciativas como la medición de Competencias TIC que hoy impulsa tibiamente el Ministerio de Educación entre los docentes chilenos, debería ser parte importante de la prueba Inicia, por ejemplo.

Conclusiones
Existe consenso de que la lectura es el medio fundamental de transmisión y preservación de la cultura. Por ello, cualquier iniciativa tendiente a mejorar el desarrollo de habilidades lectoras en nuestros niñ@s es prioritaria para el sistema escolar chileno.

Hoy, y gracias al enorme desarrollo tecnológico, l@s estudiantes chilenos están expuestos a experiencias de lectura diferentes a las de antaño. El hipertexto les brinda posibilidades que el papel no podría siquiera imaginar. Ahora bien, estas nuevas condicionantes han provocado un cambio sustancial en las características del lector del siglo XXI. Estas características deben ser escuchadas por el sistema escolar con el fin de acercar la brecha digital entre docentes y estudiantes.

Para aminorar los efectos de la brecha, es necesario atender a las necesidades de l@s lectores multimediales, así como también procurar una buena formación docente en el ámbito TIC. De esta manera, los profesionales de la educación podrán hacerse cargo de atacar las áreas sensibles del aprendizaje del siglo XXI.

Bibliografía:

·      Condamarín, Mabel (2001),  “El Poder de Leer”,  División de Educación General, Ministerio de Educación de Chile, Litografía Valente Ltda, Santiago de Chile.

·      Pianfetti, E.S. (2001). Profesores y Tecnología: Alfabetismo digital a través del desarrollo profesional (Teachers and technology: Digital literacy through professional development). Language Arts, 78, 255–262. Citado en “Hipertexto: Qué Es Y Cómo Utilizarlo Para Escribir En Medios Electrónicos”, Magazine Digital Eduteka, en http://www.eduteka.org/Hipertexto1.php, revisado el 25 de junio de 2013.

·      Proyecto Enlaces Mineduc, (2011), “Competencias y Estándares TIC para la Profesión Docente”. Publicado en  Sitio ENLACES en http://www.enlaces.cl/libros/docentes/index.html, revisado el 20 de junio de 2013.

 

 

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iedusal

iedusal

Se agradece el tema.
Este larga columna-ensayo parece impulsar la tesis de que comprender en un entorno digital es diferente de hacerlo en un entorno análogo, y que esa comprensión digital es necesaria como habilidad para el «siglo xxi».
Creo que hay un supuesto implícito que le da mucha importancia al factor tecnológico como gatillante de cambios pedagógicos. Me parece que esa visión es un poco sesgada, pues adolece de la debilidad asociada a los determinismos tecnológicos, en este caso, un determinismo de la idea de aprender y enseñar a leer.
Sin entrar más en detalles, creo que es importante considerar los factores más humanizantes de la actividad lectora, básicamente la capacidad de crear relaciones con el contenido escrito. El hypertexto no es un instrumento que produce esa relación de forma mecánica, sino que es simplemente un aparataje -tecnológico- que explicita interpretaciones sobre las conexiones del texto escrito con otros soportes. Esa mediación instrumental no me parece suficiente como excusa para dirigir las tareas pedagógicas hacia la comprensión del hypertexto. Me parece que el factor humano, en este caso la capacidad del grupo en que se establece la relación con la lectura, sigue siendo un precedente más vital que un producto como el hypertexto para promover la alfabetización y una relación saludable con la lectura.

Saludos.