#Educación

Investigación educativa en Chile

Compartir

¿Es la inversión por sí sola el camino para mejorar los niveles de equidad y calidad en la educación? Si bien nuestro país incrementó sustancialmente su inversión en esta área durante los últimos 22 años, basta realizar un breve análisis de sus repercusiones y detectaremos que su avance ha sido más bien de forma, pero no de fondo.

Las políticas educacionales se preocuparon por aumentar fuertemente la cobertura, pero descuidaron los niveles de calidad. Esto no sólo provocó una fuga de matrícula desde sistema municipalizado, sino que también incubó un descontento generalizado que se tradujo en manifestaciones sociales. La pregunta es entonces: ¿cómo logramos enfocarnos en mejorar la calidad de la educación chilena? ¿Basta con inyectar más recursos a los colegios y entregar más atribuciones a los directivos, o es necesario ir más allá? La respuesta parece estar, más que en la generación de políticas a nivel nacional, en la generación de estrategias que combinen una correcta dirección central con un fuerte enfoque local. Es decir, la formulación de una estrategia educacional enfocada desde la perspectiva de lo que Antonio Bolívar (2001) definió como Glocalización; esto es “la mezcla que se da entre los elementos locales y particulares con los mundializados o globalizados”. El desafío para las administraciones locales es de qué manera obtenemos los datos necesarios para el diseño de estas estrategias. Así, podemos configurar la siguiente ecuación: investigación de la realidad local – desarrollo de Políticas Educativas – educación de Calidad.

La “Concertación” de políticas educacionales

Sería mezquino desconocer los sustanciales avances realizados durante los gobiernos de la Concertación. Durante sus 20 años en poder se implementaron programas tendientes a aumentar la cobertura de becas Junaeb, mejorando la calidad de vida de los estudiantes; se creó el proyecto Enlaces, el cual acercó la tecnología a las aulas. Además, se impulsaron potentes planes para mejorar la gestión de los establecimientos como el proyecto Montegrande y 900 escuelas. Sin embargo, los logros más importantes de la Concertación son, sin dudas, la Reforma Constitucional de 2003, que garantizó doce años de escolaridad gratuita y obligatoria; y la reforma de la LOCE y su reemplazo por la LGE. Todo anterior configura lo que Sergio Bitar (2011), ex ministro de Educación llama “la base sobre la cual corresponde ahora emprender nuevas iniciativas para acelerar el paso, acortar distancia con los países desarrollados y generar más igualdad de oportunidades entre los jóvenes chilenos”.

¿En qué fallamos?

Pese a todos los logros y avances a nivel macro, la deuda está en el impacto que éstas tuvieron en el aprendizaje de los estudiantes a nivel micro, pues no se consideraron las realidades locales al momento de construir modelos educativos que fueron dictados desde el nivel central. Ahora bien, ¿a qué podemos atribuir esta falta de conocimiento? La respuesta es simple: a la falta de investigación. Mauricio Farias (2009), ex jefe del Departamento de Estudios y Desarrollo del Mineduc, señala que “…la investigación (educativa), en general, es un ámbito débil en Chile. Mientras los países de la OCDE invierten en promedio 2,2% del PIB en I+D, nuestro país en la actualidad invierte sólo 0,7%.”  El autor sostiene que a nivel mundial se llevan a cabo una serie de acciones para fortalecer la investigación y el desarrollo en educación. “Estados Unidos creó el Instituto de las Ciencias de la Educación, entidad dedicada a proveer evidencia rigurosa sobre la cual fundamentar las prácticas educacionales y la política. En Europa, la OCDE realiza sendas investigaciones a cinco países (Nueva Zelandia, Inglaterra, México, Dinamarca y Suiza) sobre sus políticas de Investigación y Desarrollo en Educación (I+DE).” El no contar con una robusta base de datos que permita la creación de políticas públicas aterrizadas a las diferentes realidades del país, genera incertidumbre y desorientación, lo cual nos lleva a pensar en una vía alternativa: la generación de conocimiento a partir de estudios ad-hoc a nivel local.

Hacia el diseño de investigación local

Generar investigación científica local que entregue evidencias para crear más y mejores estrategias educacionales centradas en cada comunidad, pero sin descuidar las tendencias mundiales en I+DE no es una tarea fácil. El primer paso es sortear una serie de barreras relacionadas con el paradigma educativo chileno:

a) La falta de liderazgo de los Departamentos de Administración Municipal en el área de investigación.

Durante los últimos 22 años, Chile ha sufrido profundos cambios en su educación pública. Aquellos relacionados con el marco legal, las garantías constitucionales y la infraestructura, han sido exitosos. Sin embargo, el ámbito de la calidad de la educación y el nivel de penetración de las políticas públicas, ha sido insuficiente. Gran parte de estos cambios son producto de la imitación de sistemas educacionales exitosos en otras latitudes; obviando las identidades locales, sus necesidades y sus pretensiones.

b) La débil formación docente en el área de investigación.

c) La incidencia de la opinión pública en la toma de decisiones.

Resolver estos inconvenientes tiene que ver con un cambio estructural respecto de los objetivos que cada municipio pretende lograr. Así, y gracias a una voluntad política glocalista, sería posible la instalación de la investigación científica educativa local como la principal fuente de evidencias para respaldar la toma de decisiones serias y efectivas.

Durante los últimos 22 años, Chile ha sufrido profundos cambios en su educación pública. Aquellos relacionados con el marco legal, las garantías constitucionales y la infraestructura, han sido exitosos. Sin embargo, el ámbito de la calidad de la educación y el nivel de penetración de las políticas públicas, ha sido insuficiente. Gran parte de estos cambios son producto de la imitación de sistemas educacionales exitosos en otras latitudes; obviando las identidades locales, sus necesidades y sus pretensiones. Esto último se debe, sin dudas, a la falta de investigación educativa que presenta nuestro país. De aquí la urgencia de implementar un robusto sistema de investigación científica que provea a las autoridades locales de la evidencia contundente para el diseño de planes estratégicos educacionales efectivos y adecuados a su propia realidad.

Debido a la casi nula información que las administraciones locales poseen respecto de su mercado, las investigaciones deberían comenzar desde una perspectiva exploratoria, para luego dar paso a correlacionales, explicativas, etcétera. Por último, el impacto que podría generar la incorporación de la investigación científica educativa en la toma de decisiones de los departamentos de educación comunal es evidente. No solamente en términos de la posibilidad de medir constantemente los resultados de sus políticas, sino que también en términos de credibilidad, confiabilidad y desarrollo.

—–

Foto: Escuela Arturo Alessandri Palma, Los Ángeles – Chile Ayuda a Chile / Licencia CC

Tags

3
25

Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad

Comenta este artículo

Datos obligatorios*

3 Comentarios

Manuel Carrasco

Obvio que la investigación educativa esta en pañales. El gusto que nuestros políticos tienen por los gurus la hace imposible. Me temo que eso no va a cambiar.

    pedropablobravo

    pedropablobravo

    Estimado Manuel,

    Muchas gracias por su comentario. Así es, nuestras autoridades tienen una fijación con los gurús. Si realmente queremos provocar algún cambio debemos generarlo desde las municipalidades. Por eso planteo la importancia de generar políticas glocalistas.

    Un abrazo!

marcela1801

Ahora resulta QUE LOS COLEGIOS MUNICIPALIZADOS generan efectos negativos…..Linda manera de mejorar la calidad de la EDUCACIÓN.