La tarea de rehabilitación del Instituto, la institucionalidad pesquera, las poblaciones de peces, mariscos y algas marinas de todos los chilenos, debe ser prioridad nacional del Estado de Chile, y del nuevo gobierno de Michelle Bachelet.
Ante la pregunta quién es el “Dostor” hoy en día en el Instituto de Fomento Pesquero, la respuesta nos lleva a recordar al personaje del programa televisivo, “El Club de la Comedia”, que representaba un doctor inescrupuloso, preocupado sólo de cobrar su consulta médica, imponiendo sus saberes legitimados ante un paciente entregado a este sanador. En este relato entenderemos como paciente social al Instituto, con un diagnóstico de enfermo crónico ya terminal y que ha representado a ejemplares del mundo natural, tipo peces, mariscos y algas marinas, cuyos estados de salud, lamentablemente, también están críticos a esta fecha.
En el caso clínico que nos convoca en esta oportunidad, el “Dostor”, Director Ejecutivo designado en forma exprés, está haciendo su tercera estadía clínica en este centro y su receta prescrita este año electoral 2013 es colocar paños fríos al enfermo crónico social. Esto implica el cogobierno sanativo con el sindicato más numeroso, algunas hosannas dirigenciales para los iluminados que brotan al borde de una mejor jubilación y algo de picadillo humano con despidos arbitrarios, sin que se note mucho. Todo para intentar lograr sobrevivir en un nuevo gobierno de Michelle Bachelet.
En otra sala aislada, los “dostores” del consejo médico no son consultados para nada sobre las prescripciones médicas del nuevo “Dostor” exprés, que transgrede las directrices institucionales, cada vez con mayores costos económicos y de imagen, para el instituto. Tal vez, ya colgaron las batas y se preparan para otros pabellones, sólo hay ecos de silencio tras sus huellas.
También los trabajadores han sufrido por años el miedo a perder sus empleos y han ungido a dirigentes gremiales con años de experiencia en resolver alergias políticas, colon irritable, meteorismo explosivo, creando su conveniente orden social, de tipo clientelar.
Entre tanto experto “dostor”, se oculta el diagnóstico clínico crudo de una enfermedad crónica lamentable, que afecta a este tejido social, que ha deteriorado nocivamente el respeto de los derechos humanos básicos y tal vez en parte, a sus representados, los recursos naturales pesqueros de todos los chilenos.
Este año electoral, el orden social institucional es de tipo hemorroidal, a la cual se le pone compresas frías. Lo que importa este año, es bajarle la temperatura al enfermo social-natural y dejar la operación y rehabilitación del enfermo para el próximo gobierno. La tarea de rehabilitación del Instituto, la institucionalidad pesquera, las poblaciones de peces, mariscos y algas marinas de todos los chilenos, debe ser prioridad nacional del Estado de Chile, y del nuevo gobierno de Michelle Bachelet.
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