El pueblo chileno es tonto. El político, frase por medio, alude a que «el pueblo chileno es muy inteligente», pero eso es solo una sobada de lomo para que el dedo en la boca (o el pico en el ojo) no duela tanto.
El chileno es inculto, poco leído, tosco, ramplón, de un vocabulario cavernario que trasunta sus pocas o nulas ideas. El chileno aborrece del arte, pero no de la cueca, la bachata, la chela y el tinto. Es fanático del matinal, de Primer Plano, de Morandé y esos compendios de estupideces que obnubilan su juicio y llenan un buen 90% de sus temas de conversación.
Es por eso que el político, sobre todo de derecha, actúa en descampado y sobre seguro sobre la frágil mente del chileno.
«El pueblo chileno es tonto. El político, frase por medio, alude a que «el pueblo chileno es muy inteligente», pero eso es solo una sobada de lomo para que el dedo en la boca no duela tanto.»
Los incendios, espontáneos o producto de negligencia en los camping, fueron inmediatamente atribuidos a los mapuches, mapuches protegidos por el gobierno, gobierno permisivo, gobierno responsable de los incendios. Gol: unos cuantos miles de crédulos votos para Piñera.
El drama del Sename es culpa de la Concertación y la Nueva Mayoría…espere, ¿no gobernó la derecha entre 2010-2014 y algo de responsabilidad tendrán? No, «enviamos muchos proyectos que duermen en el Congreso». Pero, ¿no murieron niños en ese periodo? No: «enviamos proyectos que duermen en el Congreso» Gol: derecha 2 / izquierda 0.
Desde Obama, Cuba ya no es tema para la derecha, pero surgió Venezuela y siempre está el comodín de Corea del Norte. Todo lo que ocurre en Venezuela ocurrió en Chile amplificado al 1.000%, pero ahí están vociferando a diario los mismos que callaron, los «cómplices pasivos», como los denominó aquel camaleónico presidente-candidato para congraciarse con la mayoría de un Congreso adverso y que ahora, para congraciarse con una derecha esquiva, sugiere beneficios a los pobres abuelitos de Punta Peuco.
«Cada día tiene su afán», reza el dicho. Cada día es posible embaucar al ignorante, al triste y patético ignorante chileno.
Y si dudan del contenido de estas líneas, súbanse a un taxi y oirán algo así como: «la cosa ‘ta mal…la cual la señora de la Monea tiene la culpa, en veces porque la puerta giratoria de la delincuencia ¡y la corrupción! Chaaaaa…er caso Caval: ¡cientos de miles de millones de dólares! ¿Y la mamá no sabía? No lo creo, y la cagaita pal sur con los indios, puro meterle bala y se acaba la weá pero la señora de la Monea no lo va a hacerlo na, claro, porque ella fue de la guerrilla, quizás a cuantos se piteó la comadre, ¿está de acuerdo amistad?» Si, bruto, estoy de acuerdo en que si hubieses leído por lo menos el Icarito tendrías capacidad para discernir por ti mismo.
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