Cuando la mayoría simple de los ciudadanos opta por no emitir su sufragio, cualquier Gobierno que resulte electo estará obligado a avanzar sobre su propio programa, el que no necesariamente representará el bien común, pues no cuenta con información suficiente. De allí la importancia del sufragio mayoritario.
Tradicionalmente se considera que los elementos constitutivos de un Estado lo conforman tres elementos: el pueblo, el territorio y el Gobierno. Este último tiene el objetivo de administrar los recursos del Estado para alcanzar el bien común.
Por bien común se entiende, en general, aquello que es considerado como beneficioso para la mayoría de los miembros de una comunidad. En democracia, se define generalmente en cada proceso electoral, donde los ciudadanos escogen entre distintos programas de Gobierno aquel que consideran más cercano a sus propias ideas de aquello que es beneficioso para sí mismo y su grupo familiar.
Por ejemplo, si la mayoría de los ciudadanos vota por un Programa de Gobierno que incluye el Apoyo al Matrimonio Igualitario, se entiende que es la sociedad en su conjunto la que ha señalado que el Matrimonio Igualitario pasa a ser parte del concepto nacional de “Bien Común” y por lo tanto, quien resulte electo tiene la obligación de avanzar en dicha dirección.
Cuando la mayoría simple de los ciudadanos opta por no emitir su sufragio, cualquier Gobierno que resulte electo estará obligado a avanzar sobre su propio programa, el que no necesariamente representará el bien común, pues no cuenta con información suficiente. De allí la importancia del sufragio mayoritario.
Si usted desea que el Gobierno considere su propia opinión respecto de lo que debe ser entendido como bien común en este momento en particular de nuestra sociedad, pues entonces vaya y emita su sufragio este 15 de diciembre. Escoja entre las alternativas existentes y defina cuál de los programas representa mejor su sentido de lo que es correcto y mejor para el país. Si ninguna opción le satisface, pues vaya y vote nulo, de manera que su rechazo y descontento sea categórico y nadie pueda siquiera imaginar que se trata de pereza, desidia o falta de educación cívica.
En esta elección en particular, si usted considera que, independientemente de quien resulte electo, las reglas del juego no son las adecuadas y que se requiere un profundo cambio en la Constitución Política del Estado, de manera que las transformaciones más importantes para la sociedad se puedan hacer realidad, al momento de sufragar por uno u otro candidato, nulo o blanco, marque su voto con las letras “AC” en la parte superior derecha de su voto.
Un voto marcado “AC” será válido y se contará en favor de su candidato, pero permitirá identificar adecuadamente el porcentaje de la población que apoya la idea de realizar una Asamblea Constituyente. Este gesto no significa que ello vaya a ocurrir, pero es una señal política que debiera ser considerada por el Presidente Electo, el Congreso Nacional, la Corte Suprema de Justicia y el Tribunal Constitucional, a efectos de avanzar en el desarrollo del proceso Constituyente que se ha iniciado en Chile.
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