Manuel Contreras Sepúlveda murió. Los medios de comunicación, con todo su aparataje mediático, emotivo e interesado, transmitieron las manifestaciones que, ante su muerte, se produjeron; informaron, además, que sus restos fueron cremados, entre la noche y el amanecer, vestido con el uniforme del ejército de Chile.
Para muchos esto fue una bofetada más ante las atrocidades vividas y de las cuales Contreras fue responsable. El anhelo de justicia parecía ser, una vez más, burlado. ¿Cómo es posible que un personaje como este sea cremado vistiendo un uniforme que es causa de orgullo y testimonio de actos heroicos? La verdad es que en un primer momento pensé lo mismo: ¿cómo es posible que esto haya sucedido?, pero, al pensar con mayor tranquilidad, recordé el sentido que el fuego tiene y que, ante lo acontecido, nos puede iluminar. El fuego es, para la mayoría de las culturas, expresión de purificación y sanación.Quizás, la cremación de este uniforme militar dé la luz necesaria para encontrar los cuerpos de tantos que hoy -por temor, cobardía o pactos de silencio- no pueden ser hallados.
Para los griegos, el fuego es causa y origen de una realidad nueva: Anaxímenes reconocerá en él el principio de todo; para el pueblo de Israel, Dios se manifestará en la zarza ardiente como el que es: origen, sentido y fin de todo lo creado, dando, con ello, la génesis de una historia nueva de salvación; para la cultura cristiana el fuego es signo de purificación y origen de una nueva vida; para quienes tienen una mirada inmanente de la realidad, el fuego es el inicio de una nueva época, siempre capaz de superar lo adverso y abierta a lo nuevo.
El cadáver de Manuel Contreras, vestido con el uniforme militar del Ejército de Chile, fue consumido por el fuego. ¡Qué importa entonces si fue con este ropaje o con otro! La purificación del uniforme militar, que por el fuego se dio, podrá dar esperanza a muchos que buscan respuesta. Quizás, la cremación de este uniforme militar dé la luz necesaria para encontrar los cuerpos de tantos que hoy -por temor, cobardía o pactos de silencio- no pueden ser hallados.
El fuego purifica. Confiemos, entonces, que desde sus cenizas encontraremos nuevas y esperanzadoras respuestas. El fuego es también signo de sanación. Una herida abierta puede ser sanada con el ardor que provoca el fuego. El calor del fuego salva a quien está atormentado por la brutalidad del frío. El fuego limpia y sana las heridas. Confiemos que el fuego que cremó los restos de un hombre atravesado por el sufrimiento de tantos, sane el dolor de muchos y libere la conciencia de otros que buscan vivir en paz y libertad. La sanación de la conciencia pasa por la liberación de las culpas.
Comentarios
11 de agosto
Me gusto mucho esta reflexión «Para los griegos, el fuego es causa y origen de una realidad nueva: Anaxímenes reconocerá en él el principio de todo; para el pueblo de Israel, Dios se manifestará en la zarza ardiente como el que es: origen, sentido y fin de todo lo creado, dando, con ello, la génesis de una historia nueva de salvación; para la cultura cristiana el fuego es signo de purificación y origen de una nueva vida; para quienes tienen una mirada inmanente de la realidad, el fuego es el inicio de una nueva época, siempre capaz de superar lo adverso y abierta a lo nuevo. para vivir en paz.» la verdadera Iglesia es la que Arde……
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11 de agosto
Estoy de acuerdo con su comentario Padre, pero en este caso no creo que la intención de Contreras haya sido su purificación sino más bien no ser objeto de manifestaciones en su tumba en caso que hubiese elegido la sepultura. Lo peor de todo es que Contreras se fue sin pedir perdón y sin entregar información de lo que El sabía; y pudo (debió) hacerlo. No era difícil sin embargo eligió no hablar. Por eso creo que su muerte refleja lo que fue en su vida, un ser humano cuya única trascendencia fue el dolor que dejó a su paso, y que lamentablemente quedará grabado para siempre en tantas personas.
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11 de agosto
Muy de acuerdo. La reflexión sobre la purificación del fuego es una lectura personal que busca sanar, de algún modo, el ultimo acto perverso de Contreras.
15 de agosto
No, no creo que el fuego purifique nada, el fuego simplemente destruye, parece ser que quién lo invoca muchas veces olvida eso, el fuego muta los cuerpos a partículas sin ligazón, a humo que se lo lleva el viento, finalmente la nada, lo que purifica en estos casos de acciones humanas equivocadas, tristes, de maldad, es el arrepentimiento sincero, desde el alma, desde las células mismas del ser, en el pleno convencimiento que se hizo el mal, que se hizo daño, que se actúo con crueldad no importa el escenario, ello puede traer desde la otra orilla el perdón, el perdón sincero, el que acepta que la desgracia no sólo a caído en la víctima, entre esos dos actos podría haber un acto de purificación , una redención, pero siempre quedará una cuenta abierta que debe cerrar algo superior e incognoscible , una realidad que sabe que es la maldad, que es el arrepentimiento, que es la purificación.
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