Resulta notable y de extrema frescura, que el mismo grupo de políticos desprestigiados y sin credibilidad alguna, se ofrezcan para liderar este debate con el único fin de resucitar una vieja coalición teniendo como objetivo mantener el poder, las regalías y el abuso, que son justamente lo que ha hecho colapsar este modelo basado en el egoísmo y la ganancia.
Un miembro de la ya desaparecida Concertación de Partidos por la Democracia señalaba en una declaración pública en conjunto con otros de sus representantes que «Hay un debate que se ha instalado en la Concertación y en la oposición respecto de la valoración de los últimos 20 años, la perspectiva de futuro, las perspectivas de las alianzas y coaliciones que esto implica, y nosotros valoramos que se plantee este debate de cara a la opinión pública».
Sin embargo esta valoración crítica no es reciente y según muchos causante de la derrota de la Concertación al final del gobierno de Bachelet y que actualmente tiene en el poder a Piñera de manera accidental y no por su liderazgo o capacidad para realizar cambios, señaló el término de un modelo político y económico caracterizado por el abuso y la corrupción en complicidad con los mismos que hoy se mantienen en sus puestos de poder. Generó la suficiente desconfianza y distancia hacia la clase política como para asumir desde hace ya algún tiempo que la Concertación dejó de existir, por que no hay ningún proyecto en común, por una necesaria diversidad y no por «consensos» que a estas alturas nos tienen en un punto de equilibrio del que no es posible salir.
Por su parte, este gobierno, que no se diferencia mucho de los otros cuatro, se ha abocado a realizar una serie de «reformas» que no modifican en lo sustancial las demandas de la gente y que tienen mucho de marketing. Reforma tributaria, educacional, ¿de Salud?, sólo por nombrar las que han tenido mayor notoriedad producto de un manejo comunicacional pero que buscan bajar el perfil y dar por satisfechas dichas demandas. Ni que hablar de la falta de seguridad social solidaria, aspecto fundamental en cualquier sistema y que garantice jubilaciones dignas, acceso a salud que permita salvar vidas, y que las AFPs dejen de vivir de la pobreza de la gente.
Y por otro lado están los estudiantes que seguirán ganando fuerza reclamando por una educación gratuita y de calidad, demanda que pasa necesariamente por el término de este modelo basado en el lucro y el egoísmo, cambiándolo por otro que considere la solidaridad cómo uno de sus aspectos fundamentales, tanto en salud, seguridad social (AFPs), reforma tributaria (hoy los impuestos que «pagan» las empresas les son más beneficiosos a sus dueños que los retiros que realizan), reforma laboral que proteja a los trabajadores (hoy sólo falta terminar con la indemnización por años de servicio y reemplazarlo por ahorro, que ya en parte existe con el AFC o ahorro para la cesantía). Hay máxima flexibilidad y mínimos derechos.
Resulta notable y de extrema frescura, que el mismo grupo de políticos desprestigiados y sin credibilidad alguna, se ofrezcan para liderar este debate con el único fin de resucitar una vieja coalición teniendo como objetivo mantener el poder, las regalías y el abuso, que son justamente lo que ha hecho colapsar este modelo basado en el egoísmo y la ganancia.
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Foto: ego2005 / Licencia CC
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