Pierre Bourdieu, el gran sociólogo Francés de las últimas décadas, analizó en su famoso artículo crítico en contra las encuestas, las cuales son encargadas por profesionales de la política con el fin de influenciar la opinión pública.[Bourdieu, l’opinion Publique n’existe pas, 1972]. Por ésta razón, lo dicho por Beatriz Sánchez tiene mucho de cierto, las encuestas, intencionalmente favorecieron al candidato Piñera, si hubieran hecho un trabajo empírico serio, objetivo, otro gallo hubiese cantado, —el Frente amplio hubiese pasado a segunda vuelta—.
En el otoño parisino, lluvia, frío y hojas caídas. El 19 de noviembre, día simbólico para mí y muchos de mis compatriotas radicados en el exterior, a quienes se nos prohibió votar desde el antidemocrático 11 de septiembre de 1973. Felizmente, ahora, nuestro voto también cuenta, y podría ser decisivo en la cerrada segunda vuelta del próximo 17 de diciembre. Ese día me levanté pensando en las elecciones parlamentarias y presidenciales en Chile, con esas ganas de hablar con mi familia para intercambiar ideas, tenía nostalgia, deseaba estar junto a los míos, pero sentía al mismo la gran la responsabilidad de votar por un camino que iba marcar el futuro de mi país.
Después de tomar mi desayuno, salí a tomar el metro, saqué mis auriculares y puse la playlist de música chilena, de ésas que atraviesa todas las épocas de nuestra sociedad. Tenía fe que ese día algo cambiaría, que el poder del dinero no se impondría sobre un pueblo soberano en busca de su libertad por ser una mejor sociedad—menos individualista; menos competidora; más solidaria; más justa; con derechos sociales inherentes al ser humano—.Desvirtuaron la realidad y le hicieron nuevamente un gran daño a la democracia. Las encuestas están al servicio del poder, son la herramienta perfecta del marketing político, con el objetivo de influenciar o manipular a la ciudadanía.
Llegando a la embajada de Chile, la policía resguardando las elecciones, una persona a la entrada me pide el pasaporte, verifica si estaba inscrito, luego de corroborar mi inscripción me indica que mi mesa de votación es la número dos, saludé a los vocales de mesa, me pasaron la papeleta, me dirigí a la cabina electoral y voté. Saliendo de la embajada, justo al frente, en la plaza Salvador Allende, estaba el infaltable stand de chilenos con un menú de esos que hacen echar de menos la patria: Café, pan con queso y un rico pebre. Me acerqué, un poco por esa nostalgia que nos agarra a veces cuando se está lejos y les pregunté: ¿Cuánto cuesta?, como buenos chilenos me respondieron en dos tiempos —es gratis— dependiendo por quién votaste: Beatriz Sánchez, respondí.
Así, durante todo el día estuve pendiente de las elecciones leyendo la prensa, ya a eso de las 22:00 hrs de aquí comenzaron a publicar los resultados, tenía la certeza que el candidato de Chile Vamos no iba a pasar el 40% de los votos. Lo había escrito en facebook hace una semana, las encuestas mienten. Mi intuición y mi lecturas sobre las encuestas no me fallaron, nos mintieron otra vez. Desvirtuaron la realidad y le hicieron nuevamente un gran daño a la democracia. Las encuestas están al servicio del poder, son la herramienta perfecta del marketing político, con el objetivo de influenciar o manipular a la ciudadanía.
Por otro lado, las verdades del poder fáctico deformaron la realidad. Claro, la derecha con todo el poder de sus medios de comunicación y sus encuestas, tuvieron el poder de crear sus propias verdades: la retroexcavadora, que las reformas del actual gobierno y la propia presidenta Michelle Bachelet eran impopulares. Los resultados electorales de la primera vuelta desenmascararon la manipulación de los mismos de siempre, no cambian, no han aprendido nada de la historia, siguen con las mismas prácticas de los 70 y los 80.
Michel Foucault, otro gran filósofo francés, trabaja la relación entre la política y la verdad—el poder de la derecha Chilena en transformar mentiras en verdades— sus armas, al no tener ideas, al no tener un proyecto progresista, son los principales medios de comunicación. Los poderes económicos, dueños y amos de éstos últimos. La repetición de discursos e ideas falsas, hacen que las personas terminen creyendo las verdades inventadas que se les imponen: seremos como Venezuela si no gana tal candidato; no creceremos; tendremos penuria —Campaña del terror— las encuestas mienten, los medios de comunicación mienten, los/as ciudadanos/as debemos liberarnos de éstos, buscando libremente nuestra propia verdad, leyendo, debatiendo con nuestros pares, intercambiando información seria y no limitarnos a los medios de comunicación que obedecen a intereses económicos de las finanzas y de las grandes empresas.
En definitiva, el 56% que no votó por Piñera en primera vuelta, nos da una gran esperanza —el poder de los poderosos— de inventar realidades paralelas, pueden ser derrotados el próximo 17 de diciembre. Si es así, Chile será un ejemplo mundial, el poder fáctico con todo su dinero, con sus serviles medios de comunicación y encuestas, serán derrotados por la democracia, que emerge desde la ciudadanía por intermedio del voto, consciente del futuro de la patria.
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