El terremoto de pasado 27 de febrero, junto con devastar gran parte del centro sur de nuestro país, además de acarrear daños enormes, logró mostrar el verdadero Chile, ése del que a diario se habla en la prensa, radio y televisión, sin que nada se haga por cambiarlo. Un Chile lleno de esas desigualdades sociales que son el mejor negocio para los políticos y la iglesia.
¿Qué pasaría si un día se acabaran esas desigualdades? Ya no tendríamos promesas de campaña a los sectores más vulnerables. Tendríamos políticos haciendo propuestas concretas para el desarrollo nacional. Un país con más camas que enfermos, con más escuelas que centros de rehabilitación. Una Iglesia más preocupada de satisfacer espiritualmente a sus fieles que de pedir dinero para levantar templos. Un país con verdadera proyección de futuro.
¿Y por qué no se hace? Simple: Los pobres y la clase media siguen siendo un “producto rentable” para el logro de aspiraciones políticas.
Hoy en día, nuestro país tiene la oportunidad única de terminar en parte con esta gran brecha social. Hoy existe la oportunidad de reconstruir, remodelar y repensar el país sin tanta burocracia, de entregar soluciones verdaderamente dignas a los más necesitados (incluida la clase media), de entregar un apoyo real a las Pymes, haciendo que Banco Estado vuelva a cumplir el rol social para el cual fue creado. Hoy tenemos la oportunidad de reconstruir nuevas ciudades, comunas y pueblos con verdadera identidad y sin tantas diferencias. Todo lo anterior es posible, si existe la voluntad política, si se dejan de lado aspiraciones personales y nos convertimos de una vez por todas en un país verdaderamente solidario y sin soluciones de parche.
Así como la placa Sudamericana y la de Nazca se siguen acomodando después del mega sismo, es el momento de que nuestra clase política también lo haga, reformulando no sólo sus directivas, sino también la forma de ver el país y sus electores. Hay que dejar de lado el actual pensamiento político: “Una caja de alimentos = Un voto”. Es hora de dejar los individualismos y ponernos todos a trabajar por un futuro esperanzador, con un nuevo pensamiento que permita trazar el sello de un país desarrollado
Reconozcamos que Chile esta partido en dos desde su independencia y que hoy, después de 200 años tenemos la oportunidad única de comenzar a unirlo y no parcharlo. Hace decenas de años Albert Einstein dijo: “No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos”.
Comentarios
16 de abril
El mundo desde que el hombre aparecio, ha estado dividido en dos….y asi será siempre..es nuestra naturaleza. Podemos disminuir la brecha, pero la division siempre estará.
La Justicia y la Democracia es una ilucion creada por los que tienen, para que se conformen los que no.
Lo bueno es que algunos de los que no tenemos, podemos dar la lucha…los que tienen solo reposan en sus poseciones.
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