Arturo Barría Araneda, soltero, Profesor de Música, militante del Partido Comunista, fue detenido el 28 de agosto de 1974, cuando se presentó -junto a otros tres colegas y un alumno del Liceo Darío Salas- a la Escuela de Suboficiales del Ejército, luego que fuera citado por el Rector Delegado de ese establecimiento educacional, Capitán Luis Pavez.
Esta citación se debió a que el día 26 de agosto de ese año se realizaron los funerales de un alumno del Colegio, en donde se había cantado «La Internacional» y gritado consignas políticas. El Capitán Pavez fue informado de estos hechos por la Directora del Liceo y el Inspector Paradocente Mario. Por tal razón, citó verbalmente a los profesores Nieves Piedad Pizarro del Río, Rosa Amelia Camacho Parra y la víctima, más el alumno de 4° Medio de ese Liceo, Roberto Meneses Gaete, para presentarse ese día, a las 14:30 horas, al recinto militar indicado anteriormente.
Los afectados concurrieron a la Escuela de Suboficiales tal cual les fue ordenado, donde fueron interrogados separadamente por el mismo Capitán Pavez y otro Oficial.
Alrededor de las 18:00 horas, les fue comunicado a los acompañantes que los cuatro requeridos serían trasladados al Comando de Institutos Militares, ubicado en las dependencias de la Escuela Militar en Apoquindo con Vespucio.
En este lugar fueron recibidos por un General de apellido Hidalgo, el que les señaló que serían interrogados y en seguida liberados, dado que el hecho que se les atribuía no tenía mayor gravedad.
Sin embargo, no fue así, ya que el Comandante encargado de interrogarlos los envió a la Escuela de Telecomunicaciones, donde pasaron la noche. Al día siguiente, 29 de noviembre, fueron conducidos nuevamente al Comando de Institutos Militares esta vez iban esposados donde fueron interrogados e incomunicados entre sí. Permanecieron en el subterráneo de este recinto hasta alrededor de las 21:00 horas, luego de lo cual fueron sacados violentamente, se les vendó la vista y los trasladaron a un lugar desconocido, antes de lo cual alcanzaron a escuchar que eran transferidos a la DINA.
Después, se pudo establecer que este recinto se trataba de Cuatro Alamos, el cual estaba bajo tuición de la DINA y donde se mantenía incomunicados a los presos del exterior, pero sin ser interrogados.
Efectivamente fueron entregados a la DINA, lo que quedó estampado en el Oficio N°3550/303, de fecha 29 de agosto de 1974, firmado por el Comandante de Institutos Militares, con el que se hizo entrega de los prisioneros.
En Cuatro Alamos, el profesor Barría y el alumno Meneses fueron ubicados en la Pieza N°13, donde también se encontraban otros presos. Las profesoras en una pieza donde estaban ubicadas las mujeres.
Días después, el 4 de septiembre, los cuatro fueron sacados de este lugar y trasladados a un recinto secreto de la DINA, vendados, donde fueron interrogados, regresando a 4 Alamos en horas de la noche. Según él mismo contó a Juan Ramírez ex detenido con el que compartió en Cuatro Alamos el interrogatorio versó sobre un viaje que había efectuado a Cuba años antes, donde había participado en cursos relacionados con su profesión. Según Ramírez, Arturo Barría fue sacado en dos oportunidades a interrogatorios.
Según el testimonio de otra prisionera, María Antonieta Castro, en septiembre de 1974 ella vio a la víctima en Villa Grimaldi muy torturado. Es posible que se trate de una de las veces en que fue sacado a los interrogatorios.
El 12 de septiembre, el joven Roberto Meneses fue dejado en libertad y las mujeres fueron traspasadas a Tres Alamos, donde permanecieron varios meses recluidas y posteriormente dejadas en libertad.
Entre los prisioneros que recuerdan la estadía del profesor Barría en Cuatro Alamos, además del ex dirigente sindical de MADECO Juan Ramírez, se encuentran Cristián Van Yurick, Manuel Salinas, Mario Aguilera y Blanca Rosa Bustos.
Aguilera y Ramírez expresan que Barría formó un Coro con los presos y participaba en los shows que hacían, con autorización de los guardias. En una ocasión, este Coro cantó en el pasillo para las detenidas. Blanca Bustos recuerda haber escuchado en una oportunidad que alguien cantaba el Ave María de Schubert y que las otras prisioneras le contaron que quien cantaba era Arturo Barría.
Tanto Aguilera como Ramírez coinciden también en señalar que guardan un grato recuerdo de la víctima, quien se destacaba por su cordialidad, su orden y una actitud protectora y levantadora de ánimo hacia su alumno Roberto Meneses hasta que éste salió libre.
Mario Aguilera manifiesta que Arturo Barría fue sacado de Cuatro Alamos, junto a otros prisioneros, el 30 de septiembre de ese año y nunca más volvió a saber de su persona. Esta fecha coincide con la señalada por las profesoras detenidas con él, como la última vez que tuvieron comunicación con su colega. Familiares suyos recibieron una tarjeta postal, fechada el 8 de enero de 1975, enviada desde el Balneario de Quinteros, según timbre de Correos y lo indicado en la misma tarjeta. La escritura adolece de errores ortográficos y firma «Arturín», apelativo con que llamaban amigos y familiares al afectado.
En julio de 1975, su nombre apareció en una nómina de 119 chilenos muertos en Argentina, según información publicada por el periódico brasileño «O’DIA» y la revista argentina «LEA». Los medios de prensa que publicaron esta falsedad no eran conocidos en sus países y sólo salieron a la luz pública en esa oportunidad, con el indudable objetivo de propagar esta infamia.
Las autoridades argentinas y brasileras señalaron oficialmente desconocer estos hechos. Por otro lado las autoridades del gobierno militar chileno, se vieron en la obligación de informar a los Tribunales de Justicia que no había constancia de estas muertes, como tampoco de la salida del país de las 119 personas que componían esta nómina.
Todas las personas mencionadas habían sido detenidas por efectivos de seguridad chilenos y se encuentran desaparecidos desde entonces, al igual que la víctima.
El profesor Arturo Barría vivía con dos ancianas tías de 71 y 83 años a la fecha, las que lo habían criado luego de la muerte de su madre. Ambas dependían principalmente de los ingresos que él recibía.
http://www.memoriaviva.cl/Desaparecidos/D-B/barria_araneda_arturo.htm
A 39 años del golpe militar, las violaciones a los derechos humanos, el destino de los detenidos desaparecidos y el dolor de sus familiares vuelven a golpear la conciencia nacional. Volver a recordar y revivir nuestro pasado traumático es una tarea difícil. Las posibilidades del perdón personal gratuito no son transferibles al ámbito público sin el paso obligado por la verdad y la justicia.
Exigimos Justicia para Arturo Barría Araneda.
A 39 años del Golpe de Estado
PRESENTE AHORA Y SIEMPRE.
Felipe Henríquez Ordenes.
Agrupación Familiares Detenidos Desaparecidos.
Comentarios
10 de septiembre
La cago,,,JUSTICIA WEON ¡¡¡
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21 de febrero
El apellido del paradocente informante era Diaz. Su nombre era Mario Diaz
+1
01 de octubre
Ese miserable era un soplón al igual que el guaton Davico y uno que llamaban el Perro.
Infames infiltrados como varios más….y dónde están ahora esos malditos???