La falta de política orientadora de crecimiento y desarrollo territorial ya ha generado demasiados desaciertos y problemas. Por ello, es imperativo incluir en estos espacios de debate político a las organizaciones ciudadanas del país, para que entreguen sus aportes y propuestas.
A comienzos de abril se conformó una comisión asesora presidencial para elaborar la Política Nacional de Desarrollo Urbano. El Presidente convocó a 29 personas representantes de distintos sectores de la sociedad, pero sin presencia significativa de representantes de la ciudadanía organizada. A casi dos meses de trabajo de esta comisión, es preocupante su ausencia en el discurso del 21 de mayo, considerando la trascendencia de una política nacional para el desarrollo de nuestras ciudades, actualmente carentes de una planificación a escala humana.
Es preocupante también que en los últimos meses hayamos visto que los temas relacionados con la ciudad se relacionan con los inminentes impactos de grandes proyectos y planes que alteran el paisaje, atentan contra el patrimonio arquitectónico, generan problemas viales y vulneran la calidad de vida de quienes habitamos el espacio urbano. Ejemplos de esto vemos en el mall de Castro, el Costanera Center y el Plan Santiago Oriente.
Toda esta situación genera inquietud, pues existen organizaciones ciudadanas que estamos trabajando seriamente temas de ciudad que afectan la calidad de vida de sus habitantes, como transporte y movilidad, salud, educación, infraestructura, espacios públicos, entre otros, que podrían integrar y aportar con conocimiento empírico a un proceso de decisión sobre el futuro de nuestras ciudades, pero que no hemos sido convocados. Somos varias organizaciones a lo largo del país, como Los Ríos Cómo Vamos de Valdivia; Chiloé Cómo Vamos; el Observatorio Ciudadano del Gran Concepción; y Nuestro Valparaíso, entre varias otras, agrupadas en la Red de Territorios Ciudadanos. En la capital nos sumamos a este trabajo con un programa incipiente de monitoreo a la calidad de vida y gestión urbana que hemos llamado “Santiago, Cómo Vamos”.
Queremos trabajar de manera conjunta para una gestión más responsable, justa y eficiente de nuestras ciudades y territorios, en alianzas ciudadanas con el Estado. De esta manera, avanzaríamos por la senda correcta para la planificación participativa de nuestros territorios. Esto, además de fortalecer una ciudadanía activa, promueve la articulación de las distintas reparticiones de gobiernos con competencia en los temas de ciudad.
Respecto a la Política Nacional de Desarrollo Urbano, pese a su importancia, fue una de las grandes ausentes en el discurso del 21 de mayo, frente a lo cual insistiremos que es fundamental la “legitimidad del proceso” de diseño y discusión de esta política. La falta de política orientadora de crecimiento y desarrollo territorial ya ha generado demasiados desaciertos y problemas. Por ello, es imperativo incluir en estos espacios de debate político a las organizaciones ciudadanas del país, para que entreguen sus aportes y propuestas.
* Entrada escrita por Iván Salazar (Avina) y Santiago Cómo Vamos
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Foto: Pablo Trincado / Licencia CC
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