Bajo desempleo y tareas pendientes

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Necesitamos no nublarnos con las cifras del desempleo y hacernos cargo de tantas chilenas y chilenos que siguen necesitando una mano para salir adelante. Apoyo en capacitación, educación y fortalecimiento de las agrupaciones sindicales, son algunas cosas necesarias para terminar definitivamente con la pobreza en Chile.

Según las cifras entregadas por  la Encuesta Laboral de la Universidad de Chile, el desempleo en el Gran Santiago disminuyó en 1 punto porcentual en diciembre, respecto del mismo mes de 2011, situándose en el 5,2%, el nivel más bajo en 40 años.

Sin embargo, no debemos olvidar que para estar en la categoría de desempleado, la personas no deben haber trabajado la semana anterior a ser encuestados; haber buscado trabajo las últimas cuatro semanas; y estar disponibles para trabajar.

Por lo tanto, no saquemos conclusiones rápidas de que todos los chilenos estamos hoy bien económicamente sólo por que hay bajo desempleo.  Tenemos una población inactiva (no trabaja ni estudia)  que no sale reflejadas en estas cifras.
A esto debemos agregar que el sueldo promedio de los hogares en Chile de los dos primeros quintiles es de $228.621 (CASEN 2011) y la desigualdad de ingreso es la más alta de los países de la OCDE. Sumado a que la pensión básica de jubilación que recibe un adulto mayor, por parte del Estado,  es de $80.528. ¿Cómo podría alimentarse, comprar remedios y pagar sus cuentas una persona de edad, con ese ingreso mensual?

Necesitamos no nublarnos con las cifras del desempleo y hacernos cargo de tantas chilenas y chilenos que siguen necesitando una mano para salir adelante. Apoyo en capacitación, educación y fortalecimiento de las agrupaciones sindicales, son algunas cosas necesarias para terminar definitivamente con la pobreza en Chile.

Ojalá podamos dar pasos para medir no sólo el desempleo como se mide actualmente, sino incluir variables de calidad de los empleos y  número de personas que siguen fuera de la fuerza laboral. Sin contar con que actualmente llamamos pobres a los que ganan menos de $72.098 (CASEN 2011), una vergüenza para un país que tiene un ingreso per cápita de US$18.000 (FMI, abril 2012).