Ya el célebre relato bíblico, donde el más grande de todos llegó de forma humilde y no tuvo donde tener techo, tan sólo un pesebre, precario para la dignidad de cualquier persona…
Quizás con los siglos, las formas del pesebre han cambiado, pero en lo medular mantienen aquel potente mensaje de los que no alcanzan a tener las mismas condiciones que los demás en la satisfacción de sus necesidades.
Ese pesebre de los que no tienen empleo de calidad, de aquellos sin vivienda digna para tener dónde celebrar, aquellos sin techo, aquellos sin cama, esos que no pueden dormir, a aquellos que pasan carestías económicas, físicas, de salud o también del espíritu.
Ese pesebre del desamparo, del abandono, que en muchas ocasiones, con diversos rostros, están más cerca nuestro de lo que creemos. Que nos invita a ser más acogedores, solidarios, fraternos.
Ese pesebre de los que no tienen empleo de calidad, de aquellos sin vivienda digna para tener dónde celebrar, aquellos sin techo, aquellos sin cama, esos que no pueden dormir, a aquellos que pasan carestías económicas, físicas, de salud o también del espíritu
El pesebre tiene algunos mensajes esperanzadores ocultos, que a pesar de su extrema humildad, la vida logra prevalecer, la vida sigue, siempre sigue y así se hace más fuerte. Que independiente de los contextos el amor en sus diversas formas prevalece.
Aprendamos a ver los pesebres que nos rodean…
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Sergio A Godoy
Un llamado a la conciencia de quienes tienen una vivienda y un trabajo decente para ser solidarios con aquellos niños y familias que no han tenido la misma suerte. Del Gobierno poco se puede pedir pero la conciencia del hombre chileno sabra mostrase en esta ocasion una vez mas.