El gobierno presentó al Congreso un proyecto que crea un Plan de Salud Universal “PSU”, justamente cuando se protestaba contra la segregación clasista de esta prueba en educación. Ironías de la vida. Básicamente, el proyecto se trataría de una “radicalización” del AUGE-GES. Pero, si la autoridad ya puede modificar las actuales garantías, ¿por qué solicita atribuciones para crear un gran “paquete”, dentro del cual el GES estaría incluido?
A nuestro parecer, la novedad es la siguiente: hasta ahora las prestaciones no garantizadas han quedado despriorizadas, configurando las “listas de espera no AUGE”. Con el proyecto, nada de lo que esté por fuera del plan será considerado: “Chilenxs, rogemos que nuestra enfermedad sea aprobada vía PSU”. Además, mantiene la puerta abierta para que prestadores privados con fines de lucro tengan el mismo estatus que la red pública y que se le deriven personas cuando los plazos de atención sean excedidos. Privatización no tan encubierta de la atención a la enfermedad. Nada acerca de la Promoción de la Salud.
Las compras de prestaciones a privados es un mecanismo “normalizado” y supuestamente a la ciudadanía no le importaría cómo obtener una solución a sus necesidades de atención, solo el resultado y no el camino. Sin embargo, las voces que se levantan en la calle, cabildos, etc. no dicen exactamente aquello. El suponer que la ciudadanía es diferente de las organizaciones y movimientos sociales que están demandando más justicia social, menos discriminación, menos privilegios, es una visión a lo menos tendenciosa. Las peticiones de más dignidad e igualdad están sustentadas en que llevamos 4 décadas de implantación de un sistema que se sustenta en principios tales como: salud para unxs y otra para otrxs, gratuidad para lxs más pobres, meritocracia dada por ingresos económicos, etc.
Todo se aprecia como una profundización del sistema actual con la esperanza de “tiempos mejores”. Tanto el proyecto del gobierno como la actual prueba de admisión forman parte de lo denunciado por el estallido social: segregación, clasismo e individualismo.
El suponer que la ciudadanía es diferente de las organizaciones y movimientos sociales que están demandando más justicia social, menos discriminación, menos privilegios, es una visión a lo menos tendenciosa.
Mario Parada L. – Profesor titular Universidad de Valparaíso / Miembro ALAMES Chile
Fabián Moraga – Miembro de ALAMES Chile
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anysur
Descaradamente, mayor privatización de la salud. Ley cenabast, venta de medicamentos a cadenas coludidas, venta de medicamentos por mercado libre, sigue el negocio con la salud y el dinero de la clase trabajadora.