En el mundo desarrollado nos enfrentamos a dos grandes modelos de salud: en USA uno que predominan los seguros privados, que gasta el 17% del PGB y que tiene excluídos a cerca de 45 millones (No se sabe exactamente el impacto de la nueva reforma). El otro modelo es el europeo que es un modelo socializante sin carencias que gasta cerca del 10% del producto. Ambos imperfectos de manera distinta.
En Chile estamos en el peor de los mundos, el sistema público gasta cerca del 2,5% del PGB para atender al 82% y el sistema privado gasta el 4,3% para el 17% de la población. Cuando se discute se pone como paradigma de eficiencia al sistema privado, lo que significaría que para cumplir las metas de atención igualitaria, requeriría invertir cerca del 20% del PGB. Es indudable que el paradigma es falso porque la eficiencia de los privados es sólo dada por ventajas comparativas (una aspirina se cobra 100% su precio, hecho que no puede hacer el Servicio Público con prestaciones subvaluadas).
Es altamente probable que por economía a escala basta subir el presupuesto público a un 8%, con alta gestión, convirtiéndolo en muy competitivo y de calidad. La tarea es tomar la determinación política junto a fortalecer una atención primaria bien acoplada a los niveles de complejidad, hoy disociados por la municipalización.
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Foto:http://www.flickr.com/photos/carbonnyc/4386861133/in/photostream/
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