De que la Concertación no lo hizo todo mal, nadie lo niega. El problema es que ésta fue elegida, recibió el apoyo popular, fue depositaría de las esperanzas de un pueblo no para gobernar “en la medida de lo posible", sino que para cambiar el sistema neoliberal, y eso no lo cumplió. No porque no pudo, sino que porque sencillamente no lo intentó, porque sus prohombres se hicieron parte del sistema y, por tanto, se transformaron en parte del problema.
No han sido meros "errores republicanos" ni "La Oficina", ni la militarización del Wallmapu, ni las leyes laborales, ni la mansa cagada en la salud, la educación, los endeudados hasta el cuello,…. ni Luis Miguel cobrando un millón de dólares por un par de canciones mientras hay ayseninos que no saben si tendrán plata para la leña en este invierno.
No son ni han sido meros errores el trato despótico, inhumano, miserable que se le da al pueblo-nación mapuche. ¿Cómo le vamos a devolver las tierras? ¿Cómo se les va a dar autonomía? Así es cómo se tapan las cosas y se le quita el poto a la jeringa. Para empezar realmente a conversar es necesario respeto por el pueblo-nación mapuche, por sus tradiciones, su cosmovisión, su historia.
Durante siglos se han tomado decisiones como si el mapuche no existiera, como si fuese un mero objeto. Hasta ahora el "diálogo" ha sido a balazos, reprimiendo, aplicando las mismas leyes que Pinocho usó en dictadura.
¿En qué se diferencia una bala "pinochetista" de una bala "democrática"? Ambas causan heridos, mutilan, provocan muertes, le demuestran al mapuche lo que "vale" para el sistema. Pero lo que hace a las últimas más aberrantes es que las órdenes de dispararlas provenían, la más de las veces (sobre todo en los veinte años concertacionistas), de "autoridades" que en algún instante fueron "compañeros de causa, de lucha y utopía". Que en éste gobierno se continúe con la represión y se ordene encarcelar y si es necesario masacrar al mapuche y a todo aquel que osé mostrar descontento o rebeldía, no debería de extrañarnos. ¡La derecha está defendiendo sus intereses y su Estado!
Y ahora ese pueblo medio adormilado por decenios comienza a levantarse y pasamos de "montones y montoneras" a "grupos y colectivos", a "muchedumbre y masas", a pueblo que se empieza a tomar en serio, que comienza a tomar real conciencia de su situación y de su rol. Un pueblo que se plantea barrer con este sistema de mierda y que sabe que a la vez ha de barrer con aquellos que lo hicieron posible, los que han permitido su prolongación en el tiempo: las dos derechas.
Hoy se está produciendo un tremendo despertar, un despertar con rabia, un despertar emputecido, un despertar de un pueblo que lo tenían "adormecido" y que sencillamente "se cabrió" y dejó de creer en los "flautistas". Y junto a esto y por lo mismo, están surgiendo nuevas alternativas, iniciales, germinales, pero en todas partes, que se ramifican, se comunican, se conectan, conforman redes y colectivos, asambleas ciudadanas y convocan a embrionarios cabildos.
Lo estamos viviendo de sur a norte, "del campo a la ciudad". Son los pobres, los ninguneados, los mapuche, las mujeres, hombres y jóvenes "sin perspectiva", la tercera edad que clama y exige dignidad, los pobladores "marcados" como vagos y narcos, delincuentes y amorales por esa "casta de cuicos" podridos que se han adueñado por decenios y por siglos de nuestro país, de este Chile que es de todos y no sólo de los Golborne, Piñera, Zaldivar y Ominami, Matte, Paulmann, Schaulsohns, Larraines, Edwards y cómo quieran llamarse todos ellos. Y mucho menos propiedad de partidos que, hoy por hoy, se representan sólo a sí mismos y a sus direcciones dueñas del poder y que dan dadivas y conceden favores a costa de callar y seguir siendo serviles. Y cómo dijo el Chicho "serán otros hombres (y mujeres)”
Y no se trata sólo de "obviar o cubrir" el problema reduciéndolo al "dilema" del voto o de votar nulo (craso error), ya que hay que utilizar ese instrumento, que por lo demás no fue un regalo, sino que también costo decenas y centenares de muertos.
Ahora se trata de exigir claridad en las propuestas y sobre todo ser parte de su elaboración, ser sujeto y objeto de las luchas que se dan. Y si bien en la lucha no sobra nadie, aquí no hay lugar para "iluminados" ni "líderes carismáticos". Es el pueblo el que quiere y está representándose a sí mismo. Ese es el mensaje que se lee del "Puntarenazo", de las movilizaciones estudiantiles y de trabajadores, de las movilizaciones de los marginados, de los pescadores artesanales y ahora de Aysén.
El Chile que se pone hoy de pie es el Chile de las nanas y de los obreros, de aquellos a los que no se les permite caminar por las mismas veredas ni bañarse en las mismas aguas que los ricos, casta a los que, calladamente y sin chistar, deben de "servir" (¡que verbo más maldito!).
Es el Chile de los Rapa Nui, de los Mapuche, de los Aymara, de nuestros hermanos inmigrantes, de los habitantes de la Patagonia, ayseninos, coyhaiquinos, de los habitantes de Calama y Tocopilla, de Puerto Montt y Punta Arenas, de las poblaciones marginales y marginadas, del Wallmapu herido y agredido, de las tegiones y sus habitantes olvidados.
El Chile que se levanta es el del "pobrerio" y las "capas medias" hastiadas, un Chile tan lejos de Dios y tan cerca de la explotación y la miseria.
Por eso, "…..agárrate bien Catalina, que ahora……. ahora sí que vamos a galopar".
Comentarios