Hace 49 años, un 4 de septiembre asumió la Presidencia de la República el compañero Salvador Allende, líder de la Unidad Popular y el primer Presidente declarado abiertamente marxista en nuestro país.
El triunfo de la Unidad Popular se debió a las décadas de organización de las clases desposeídas, al ingenio de quienes lideraban, a la eficacia de las estrategias planteadas, a la visión científica y realista de la situación chilena y debido a que de su programa y su despliegue territorial emanaba juventud.
El ejemplo de Salvador Allende es muy claro en esto último ya que, aun teniendo 62 años al momento de asumir la Presidencia, demostraba ser el paradigma de los “viejos jóvenes”, es decir, viejos que no han perdido la esperanza, viejas y viejos que no han dado un paso atrás a pesar de las dificultades que conlleva guiar a nuestra Patria a un futuro próspero.
Frente a esto, es digno recordar aquél discurso de Salvador Allende, el día de la victoria, en los balcones de la FECH cuando decía que “la juventud de la patria fue vanguardia en esta gran batalla, que no fue la lucha de un hombre, sino la lucha de un pueblo.”. Palabras sabias y dignas que hoy toman un sentido de desafío, de llamado a las juventudes progresistas y la juventud chilena a retomar el camino, a fortalecer nuevamente la organización, un llamado a recuperar nuestro lugar en la vanguardia.
En estos momentos, en Chile y el mundo, nos enfrentamos a problemas muy graves tales como el Calentamiento Global, la escasez de viviendas, desplazamiento de trabajadores por maquinas, malgasto de los recursos naturales, crisis económicas, etc. Problemas que tienen solución, pero requieren de una juventud completamente formada, profesional, con una moral imbatible y comprometida con la patria, con la humanidad, con el futuro.
Ese es el desafío que nos deja el Compañero Presidente, formarnos, organizarnos y actuar como debe actuar una vanguardia para darle a Chile y a las futuras generaciones la justa vida que merecen
La traba es que en Chile es muy difícil estudiar, tenemos deserción en los colegios, bajas expectativas en las y los estudiantes, suicidio juvenil por doquier y una constante persecución a la organización estudiantil por parte del gobierno. Es por ello que se hace imperativo que, las y los jóvenes que participamos activamente de la construcción de una patria justa, exijamos gratuidad en la Educación, vayamos a buscar a quienes desertan de los colegios, rearticulemos los movimientos estudiantiles y juveniles y convenzamos a estos jóvenes que la esperanza sigue viva, que solamente la unidad de todas y todos nos ayudará a superar este momento gris y amargo.
Ese es el desafío que nos deja el Compañero Presidente, formarnos, organizarnos y actuar como debe actuar una vanguardia para darle a Chile y a las futuras generaciones la justa vida que merecen. La incompetencia, el egoísmo y la deshonestidad deben ser cosas del pasado. Cuando logremos aprender todo esto, no habrá cordillera que detenga nuestro canto de vida y esperanza.
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Javi-Al
Una mirada distinta de quien vivió esos tiempos dice que este politico contribuyó con sus discursos y su acción a una polarización violenta y sangrienta que nos sumió en una dictadura brutal. En síntesis fuímos unos peones de la guerra fria, en un tiempo en que las potencias dominantes mataron millones de seres humanos, capitalistas y marxistas se dieron con todo, en paises como Camboya el marxismo cortó, cercenó de la vida, unos dos millones de personas, en otros como aquí, el anticomunismo asesinó despidadamente unos 40.000 compatriotas, el mundo se tiño de rojo por la sangre de muchos seres humanos. Quiera el destino, la providencia, los chilenos, o quien sea, que este tipo de dirigentes, ni aquellos otros dictadores vuelva nunca, nunca más, pero para que ello ocurra, intentemos controlar a los políticos violentistas, a los dueños de la verdad, a los populistas, a los irresponsables , los que aleonan a las masas con su odio.