En Chile se descubrió una reunión en casa de quien fuera alcalde de las comunas de La Florida y Santiago, Pablo Zalaquett, de la UDI, ahora lobista, esto es, una persona dedicada a influir, interceder por intereses de terceros ante instancias de decisión. Una reunión a la que fueron invitados ministros de gobierno y empresarios. Reunión que fue precedida por otras, entre distintas autoridades de gobierno y dirigentes empresariales. Ahora se supo.
Es la clásica cocina de la que hablaba el chico Zaldívar años atrás cuando afirmó que había problemas cuya resolución no podían hacerse de cara a la opinión pública, porque “en estas cosas no todo el mundo puede estar en la cocina, ahí muchas veces está el cocinero con algunos ayudantes, pero no están todos, no pueden estar todos, es imposible”.No cualquiera puede hacer lobby. Hay que tener cualidades muy específicas, muy buena mano, contacto, influencias en los centros de poder, llegada a personajes que cortan el queque, tener santos en la corte
Para regular esto existe una ley de lobby. Estas reuniones son legales en la medida que se registren, de modo que se transparenten. Sin embargo estas reuniones no fueron registradas. Se descubrieron por una investigación periodística. La vocera de gobierno, Camila Vallejo, del PC, sin arrugarse siquiera declaró que no hay nada malo en esto, que son invitaciones para intercambiar conocimientos, ideas, dialogar, conocerse más, etc. Lo curioso es que en el gobierno no está la derecha, sino que el FA y el PC, que siempre vio con malos ojos este tipo de contactos a espaldas del pueblo, que llegó para cambiar estas prácticas.
A punta de costalazos el gobierno, y las fuerzas que lo respaldan, particularmente las del FA-PC se está percatando que otra cosa es con guitarra. De ahí las contradicciones que de tiempo en tiempo observamos en un gobierno prisionero de sus palabras, de su juventud e inexperiencia que intentan sortearse desde sectores de la Concertación (PS-PPD-PR y DC) sortear no siempre con éxito. Estamos ante un gobierno que nació con propósitos refundacionales y que está sufriendo en carne propia que la necesidad tiene cara de hereje.
Para agregarle sal y pimienta a la política nacional, General Director de Carabineros de Chile, Ricardo Yáñez, está siendo formalizado por su eventual responsabilidad en apremios ilegítimos con resultado de lesiones graves y homicidio cometidos durante el estallido social del 2019. Lo curioso es que esté siendo respaldado por el gobierno y las fuerzas opositoras, en tanto que desde la coalición que apoya y sustenta el gobierno surgen voces que piden su renuncia, su paso al costado.
Hoy, hacer lobby es una profesión más para ganarse la vida, que habla de las gestiones que realizan personas o instituciones para promover, defender o representar intereses particulares, o bien para influir en las decisiones que en el ejercicio de sus funciones deben adoptar autoridades o funcionarios. Se dice lobista a quien hace lobby, expresión inglesa cuyo significado en español es vestíbulo de un edificio público, antesala.
No cualquiera puede hacer lobby. Hay que tener cualidades muy específicas, muy buena mano, contacto, influencias en los centros de poder, llegada a personajes que cortan el queque, tener santos en la corte.
Para regular esto que existe, nos guste o no, existe lo que se llama una ley de lobby que “legaliza” estos contactos en la medida que “se registren” estas reuniones y sus contenidos, aunque nunca se sabrá si fuera de las conversaciones registradas no existen otras, de trastienda. En términos de cocinería hay recetas donde aparecen todos los ingredientes y sus cantidades, acompañadas de los respectivos pasos a seguir para la preparación de la comida. Pero no siempre siguiendo la receta se consigue el sabor del plato que se está preparando. Hay secretos que no aparecen en la receta, pero que le dan la enjundia al plato. Son los secretos de la abuela.
Comentarios
09 de enero
El Lobby existe porque hay alguien con poder de autorizar/prohibir/trancar. Entonces el cuestionamiento se puede hacer de porque alguien tiene la discrecionalidad de determinar ello, y no un proceso que NO depende de una persona. Es un mal diseño de la autoridad.
sld
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