Sin duda éste es un año especial, 40 años en los que podemos revisar con dolor pero con claridad lo ocurrido, para decir con fuerza y convicción nunca más, nunca más de crímenes ni horrores, nunca más perder la libertad y la democracia.
En estos últimos días hemos oído pedir perdón desde Hernán Larraín a Camilo Escalona, hemos escuchado en voz de Ballesteros a una Corte Suprema señalar “graves omisiones y dejación de obligaciones” durante la dictadura, algo parecido a un perdón, sin embargo el amplio sector de la derecha aún está en deuda con el país al no reconocer los horrores de los cuales fueron protagonistas o cómplices pasivos, para algunos el perdón no ayuda a la reconciliación. Tengo la convicción que para poder sanar el primer paso es asumir y reconocer lo que queremos sanar, es por esto que es necesario dar éste paso, ya que si la dictadura atroz y brutal no se ve como un error ni hay arrepentimiento por parte de quieres la ejercieron, perfectamente se puede recurrir a lo mismo, como una forma válida para mejorar una inestabilidad político-social.
Los jóvenes, independiente de las responsabilidades que deben asumir los mayores, tenemos hoy que comprometernos a crear el convencimiento y la seguridad de que el proteger la Democracia es una tarea de todos, independiente del lado político en que nos ubiquemos, cada uno de nosotros como jóvenes tenemos la misión de proteger todas las instancias de democracia en las cuales estamos inmersos, cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de no volver a cometer los mismos errores que se cometieron en el pasado.
Tenemos la misión de proteger todas las instancias de democracia en las cuales estamos inmersos, cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de no volver a cometer los mismos errores que se cometieron en el pasado.
Comprendemos enormemente el dolor de los familiares de las víctimas de una de las dictaduras más inclementes de Latinoamérica, muchos de ellos sin obtener justicia a 40 años de lo ocurrido, pero sin embargo, creemos que debemos mirar el pasado sin ánimo de revivir las confrontaciones, de dividir ni de traspasar a nuevas generaciones una verdad sesgada, si no por el contrario, el objetivo es juntos recordar para obtener las lecciones de haber perdido la democracia y desde ahí construir con voluntad de futuro un mejor país.
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ana maría muñoz muñoz
Concuerdo en la importante tarea que tienen las generaciones actuales de cuidar la democracia, como una misión superior y trascendente, por encima de dolores, posturas políticas y recuerdos que aún hieren el alma.
Creo que es posible construir, a pesar que las heridas no estén sanas completamente. Tal vez muchas personas que cometieron atrocidades en la dictadura jamás reconozcan su actuar errado, por lo tanto, puede que jamás pidan perdón…entonces qué queda?…las personas con mayor capacidad de amar, perdonan aunque el perdonado no tenga la capacidad de pedir perdón. Tal vez, las nuevas generaciones avancen en conciencia, coherencia y capacidad de perdonar.
Virginia
Muy buena reflexión!
Reconocer el pasado más allá de las diferencias políticas, para entender y mejorar el presente de Chile y construir un futuro más humano y justo