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El altruismo que Chile necesita

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Amigos y amigas, este domingo concluyeron los juegos panamericanos, que les correspondió organizar a Chile. Como se ha dicho anteriormente, tres gobiernos de distinto sello político, participaron en la gestión, lo que favoreció la continuidad de las obras necesarias. Los juegos han sido un éxito en cuanto a convocatoria de público, con graderías llenas, en casi todas las disciplinas, desmintiendo que sólo el fútbol convoque a multitudes. La organización contó con la colaboración de cientos de profesionales, de distintas disciplinas, y con más de trece mil voluntarios y voluntarias, que dispusieron de su tiempo, para ofrecer un espectáculo deportivo inolvidable.

Se ha destacado, como la instancia deportiva panamericana, cambió la agenda de los medios de comunicación. Parece que se puede informar verazmente, al mismo tiempo, que se contribuye a un mejor clima interno en el país. Para satisfacción de muchas personas, los eternos matinales, dieron paso a la transmisión de competencias, en ramas del deporte como el remo, el tiro con arco, la esgrima, la equitación, el yudo y kárate, y un largo etcétera. Fue saludable para el ánimo nacional, ver a los y las deportistas, enfrentarse con pasión, dándolo todo por los colores patrios.

La alegría, la emoción, el compañerismo, el esfuerzo personal y familiar, quedaron inmortalizados en horas y horas de transmisión televisiva y por redes sociales. Las historias de sacrificio y coraje, no podían estar ausentes, mal que mal vivimos en Chile, y aún en el siglo XXI, existen muchas barreras que superar. Para que decir, los deportistas que provienen de regiones, más aún los de zonas extremas. La historia que contó nuestro medallista Jorge Pérez, no dejó ojo sin lágrimas. En algo poco usual, el joven magallánico, contó cómo llego a los juegos, gracias al tesón y esfuerzo de él y su familia, pero eso no bastaba, y agradeció especialmente el apoyo personal recibido del gobernador regional de Magallanes y de la antártica chilena, sin el cual no hubiera estado compitiendo en Santiago.

Las bellas historias de coraje y esfuerzo, conocidas ahora en todo Chile, ilustran lo variopinto del team Chile. Hoy más que en décadas pasadas, llegaron a la competencia, muchos deportistas de estratos populares, las disciplinas deportivas, que antes se consideraba patrimonio de una élite, hoy se nutren con los hijos e hijas de una sociedad más diversa. Pero, como dijo el presidente Gabriel Boric, no hay que romantizar, las historias de esfuerzo de estos jóvenes. El Estado tiene el deber de apoyar más, y este debe ser un apoyo continuo, no interrumpido por cambios de gobierno. La prueba más palpable del éxito logrado, cuando trabajamos todos juntos como país, son estos juegos panamericanos. Si somos capaces de ponernos de acuerdo con un propósito común, grandes y buenas cosas pueden pasar.

A quienes me leen o escuchan mis columnas, habrán notado que un tema recurrente, que toco y vuelvo a tocar, es la necesidad de alcanzar un entendimiento en la sociedad chilena. Un puente que atraviese y comunique distintas generaciones, distintos estratos sociales, distintos colores políticos. Debemos convencernos, de que el único camino de alcanzar algún día el desarrollo como país, es construyendo en común. Las personas sencillas son los que mejor saben sobre esto, cuando se ha luchado por años para pavimentar una calle, o para conseguir un proyecto habitacional, o para que se instale un nuevo foco productivo. Desde los proyectos de pequeño alcance, hasta las grandes iniciativas de desarrollo, sólo pueden llevarse adelante, con una comunidad unida, apoyando.

La felicidad que nos regalaron los y las deportistas, durante estas semanas, es un bálsamo para los corazones afligidos y acongojados. Cientos de miles acudieron a los distintos estadios y sedes, y millones presenciamos por TV o YouTube, las competencias. El juego limpio, la entrega generosa y total, son muestras del altruismo, que tanto requiere nuestra sociedad. Necesitamos que más personas se convenzan, de que lo que enriquece realmente la vida, no es la ganancia personal, el interés particular, sino aquello que hacemos por los demás, lo que hacemos sin esperar una recompensa.

El juego limpio, la entrega generosa y total, son muestras del altruismo, que tanto requiere nuestra sociedad. Necesitamos que más personas se convenzan, de que lo que enriquece realmente la vida, no es la ganancia personal sino aquello que hacemos por los demás

La demostración manifiesta, de que Chile, tiene un futuro lleno de esperanzas, de triunfos y de cosas buenas, es el éxito de los juegos panamericanos. Cuando nos ponemos de acuerdo, cuando no miramos ni el origen social, ni el color político, cuando no buscamos la ganancia inmediata, grandes cosas pueden suceder.

Los grandes consensos sociales que Chile necesita, requieren de ese altruismo, que permite pensar la comuna, la región y el país, no desde el interés particular o de grupo, sino desde la comunidad, desde el pueblo todo. Cuando eso falta, los proyectos fallan, los gobiernos fracasan, y las sociedades se estancan.

Hagamos votos, porque el espíritu altruista, que ha recorrido Chile en estas semanas, inspire a quienes detentan poder político, económico o social, a construir juntos nuestro futuro.

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