En la historia política de Chile, la dictadura militar liderada por Augusto Pinochet representa una herida profunda que aún no ha sanado por completo. Aunque han pasado décadas desde aquel oscuro período, el negacionismo persistente de los horrores perpetrados durante la dictadura sigue siendo una afrenta a la memoria colectiva y una amenaza para la consolidación de la verdad y la justicia. En este sentido, se vuelve imperativo abordar y desmontar esta negación sistemática para construir una sociedad más justa y equitativa.
La memoria, como diría Diego Tatián, es un espacio de disputa. No se trata solo de una cuestión de recordar hechos pasados, sino también de reflexionar sobre sus implicancias en el presente. El negacionismo de la dictadura no solo es una negación de hechos concretos, sino también una negación de las heridas profundas que dejó en la sociedad chilena y de la responsabilidad de garantizar que tales abusos nunca vuelvan a ocurrir.El negacionismo de la dictadura chilena no es simplemente una cuestión de desacuerdo histórico. Es una estrategia ideológica que busca minimizar, justificar o incluso negar los abusos a gran escala cometidos por el régimen militar
El negacionismo de la dictadura chilena no es simplemente una cuestión de desacuerdo histórico. Es una estrategia ideológica que busca minimizar, justificar o incluso negar los abusos a gran escala cometidos por el régimen militar. Esta negación no solo insulta a las víctimas y a sus familias, sino que también socava el proceso de reconciliación nacional y perpetúa la impunidad de los responsables de las violaciones a los derechos humanos.
A estas alturas, se vuelve imperativo que aboguemos por la construcción de una sociedad que repudie la violencia estatal y promueva la justicia social. En ese sentido, la lucha contra el negacionismo es coherente con estos principios. Reconocer el sufrimiento infligido a miles de personas durante la dictadura es un primer paso hacia la verdad y la memoria, que son esenciales para avanzar como sociedad. Sin una base de verdad y justicia, no es posible construir una democracia sólida y resiliente.
Además, el negacionismo obstaculiza la capacidad de Chile para aprender de su historia y evitar la repetición de errores pasados. Al reconocer los abusos cometidos y enfrentar la realidad de la dictadura, se pueden implementar salvaguardias más efectivas para proteger los derechos humanos y prevenir cualquier intento futuro de usurpar la democracia en nombre del orden.
Enfrentar el negacionismo no puede ser considerado como un esfuerzo aislado; es un eslabón en la cadena de luchas que debemos enfrentar por la justicia social y la igualdad. No podemos pensarnos si no es mediante la defensa de los derechos humanos y una mirada crítica de las estructuras de poder que perpetúan la desigualdad. Abrazar la verdad sobre la dictadura y denunciar la negación de sus crímenes es coherente con este compromiso.
En última instancia, superar el negacionismo de la dictadura chilena es un paso fundamental hacia la construcción de una sociedad más solidaria y democrática. Tenemos la responsabilidad de hacernos cargo respecto del germen negacionista que se encuentra in crescendo , basándonos en el compromiso histórico con la justicia y la equidad. Al honrar la memoria de las víctimas y enfrentar el pasado de manera honesta, Chile puede allanar el camino hacia un futuro en el que los derechos humanos y la democracia sean verdaderamente inquebrantables.
Comentarios
11 de septiembre
Como siempre, el sueño de la izquierda es que quede establecida históricamente una superioridad moral en la que la derecha deba renegar del apoyo que le dio al golpe, y la izquierda sea una víctima, que por lo mismo, sea merecedora de reintegros, homenajes y un plus político; de alguna forma, el daño recibido se transforme en un patrimonio que les entregue beneficios de todo tipo. El caso es que prácticamente nadie justifica lo que pasó después del golpe, no así el mismo golpe.
Pero la verdadera pregunta es si, ante un escenario como el del 73, los políticos actuarían igual o no. Para llevarlo mas gráficamente, porque así actuó Allende, pero mas claro sería referenciando caso como el de Chavez en Venezuela: si hay un presidente que empieza a desmontar la República, elimina poderes del Estado, cambia a su arbitrio leyes, en suma consolida una Tiranía, etc…¿Sería legítimo un golpe? Esa es la mayor duda.
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11 de septiembre
Una buena forma de construir justicia social verdadera, Diego, no esa parafrasería tuya.
Estás desenchufado de la realidad.
Si se le paga un sueldo a verdaderos y falsos exonerados políticos, ¿esto es una reafirmación de la negación?
Nopúh don Diego!, esto indica que es una forma de redargüir a quienes se reconoció que tuvieron una pérdida, un daño; un dolor producto de un hecho QUE NO SE NIEGA, y con eso de pagarles, se reconoce!
El primer discurso de Aylwin pide disculpas públicas a todos los atropellados, PORQUE SE RECONOCE que existieron esos atropellos.
El Parlamento también lo reconoce.
El tema es que la izquierda debe:
1.- Reconocer que Allendito atropelló la democracia y la llevó a que las demás fuerzas democráticas pidieran a las FFAA desalojar a Allendito
2.- Deben firmar un ACUERDO NACIONAL en el que todos los PARTIDOS DE IZQUIERDA se comprometan a NO COMETER IDIOTECES CRIMINALES ESTÚPIDAS para destruir la democracia, tal como la destruyó Allendito, pueh, don Diego…
El Sr. don Allendito cometió el pecado descrito en Miqueas 2, usurpando miles de propiedades en Chile
Usó grupos guerrilleros
Se descarriló de la Constitución con tanto whisky y faldas
Olvidó la Ley
Más bien, No conocía la Ley del Dios Creador
y pervirtió el derecho de los necesitados.
… Sin embargo, la izquierda sí niega.
Ensalza a Allendito como democráta, pero, violaba la Constitución
Si tú preguntas a alguno de mis feligreses, te dirán que Allendito no violó DDHH, pero sí lo hizo!
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21 de septiembre
El negacionismo de la derecha siempre existió. Las fuerzas armadas negaron lo evidente, los asesinatos, la tortura, los detenidos desaparecidos, en fin , lo niegan todo.y seguirán negados. Niegan los grandes beneficios economicos que les trajeron los 17 años de dictadura, esa es su peor negación que saquearon a los chilenos con el pretexto que salvaban la patria.
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