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Horacio Verbitsky, el acusador del Papa

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La elección de Jorge Mario Bergoglio, Cardenal, Arzobispo de Buenos Aires, como Papa de la Iglesia Católica, el primer Pontífice Latinoamericano y el primer Pontífice jesuita, provocó reacciones inmediatas en el mundo entero. Como sucede en toda elección vaticana, surge la necesidad de encasillarlo: conservador, progresista, reformador, continuista. Surgen igualmente, las interrogantes: ¿será capaz de afrontarla profunda crisis que vive la Iglesia,  – y que en parte suscitó la renuncia de Benedicto-, de enfrentar los escándalos de abusos sexuales de sacerdotes y obispos y el encubrimiento de la jerarquía en estos delitos; la corrupción económica y  financiera,  y el poder impúdico que ejerce la curia vaticana con sus privilegios y fueros anacrónicos?

Pero sin duda que lo más duro, y fuera de todo sentido de justicia, es el montaje armado en torno a la supuesta omisión, adhesión, o complicidad del Papa con la dictadura argentina. Se puede conceder que Bergoglio sea un obispo conservador en lo político, pero de ahí de acusarlo y denostarlo como cómplice de la más brutal dictadura militar en la historia argentina, hay un abismo.

Tales infundios no son producto de una acuciosa investigación judicial, si no que se basa simplemente la animadversión de un periodista, que se convierte en enemigo público y juramentado de Bergoglio. Se trata del destacado periodista  Horacio Verbitsky.

Es reconocido que el recién elegido Papa ha sido crítico de los Gobiernos peronistas de los Kirchner, llegando a calificar al Presidente Néstor Kirchner, como un “exhibicionista político”. El matrimonio en el poder arrastra una historia de desencuentros con Bergoglio. Durante su presidencia, Néstor Kichner(2003-2007) rompió con la tradición de asistir cada 25 de mayo, al Te Deum en la catedral de Buenos Aires.  Con Cristina Fernández tampoco se ha entendido muy bien. La Presidenta lo calificó de inquisidor medieval, por su oposición a la Ley sobre matrimonio homosexual.

La pregunta que es posible hacerse, es si Verbitsky, defensor y voz de los Kirchner, no parte de esa animadversión política, para arremeter contra Bergoglio y escudriñar sobre un episodio ocurrido en 1976, cuando era superior de los jesuitas, referido a los religiosos  Orlando Yorio y Francisco Jalic, que permanecieron seis meses secuestrados en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde fueron torturados. Frente a esta acusación, Bergoglio declaró ante los jueces, el 8 de noviembre de 2010,  respecto a las gestiones que relató haber hecho ante Videla y  Massera para su liberación y la protección que les brindó.

Horacio Verbitsky, acusa directamente a Bergoglio de haber entregado a los sacerdotes, dejando el camino libre para que los secuestraran. Estas acusaciones periodísticas, sin correlato judicial, no generaron ninguna imputación ni causa pendiente. Sin embargo, como lo informa la Agencia EFE, el jesuita Francisco Jalic, uno de los sacerdotes secuestrados, que vive en Alemania desde 1978, ha declarado que está «en paz» con el papa Francisco, según fuentes de la orden.

Por su parte, el premio Nobel de la Paz y destacado defensor de los derechos humanos, Adolfo Pérez Esquivel rechazó que Bergoglio haya sido «cómplice» de la dictadura militar argentina.

Declaraciones similares ha realizado el Teólogo brasilero Leonardo Boff, uno de los exponentes de la Teología de la Liberación, quien respalda al papa Francisco, asegurando no creer en las acusaciones que lo vinculan con la dictadura militar. «No me constan las denuncias sobre él y su relación con los militares. Hasta ahora, no se investigó nada concreto. Al contrario,  salvó y escondió a muchos perseguidos por la dictadura militar», afirmó.

¿Quien es Horacio Verbinsky?

Es un reconocido periodista argentino, que ha colaborado en numerosos medios y escrito varios libros. En los últimos años se ha obstinado en investigar la historia política de la Iglesia Católica, coincidentemente con la llegada de Bergoglio al Arzobispado de Buenos Aires. Sin embargo, alcanza su notoriedad en medios nada democráticos, llegando a ser jefe de redacción de la revista ‘confirmado’, publicación que apoyó abiertamente el golpe militar que derrocó al Presidente  Constitucional de Argentina Arturo Illia, en1966. En la misma época fue columnista de la revista La Hipotenusa, dependiente de la Secretaría General de la Presidencia de la dictadura del  general Onganía. 

En sus comienzos políticos fue miembro del Partido Comunista Argentino (PCA), pero en su espíritu inquieto, pronto devino a posiciones  trotskistas, hasta recalar en las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) a principios de 1970, y terminar en el Grupo Guerrillero Montoneros, facción peronista de ultraizquierda, que opta por la lucha armada más dura.

Participó en el  asalto al Banco Alemán Trasatlántico de El Palomar, el 29 de septiembre de 1970, donde “recuperaron” 15 millones de pesos; el 30 de septiembre de ese mismo año, en el atentado con bomba en la secretaría de Vivienda de la Nación; el 22 de enero de 1971 en el asalto con recuperación  de 5 millones de pesos del Banco de Galicia, en Bánfield,  ocasión en que resulta muerto  un policía; el 29 de julio de ese año participa en una acción en que se ultimó en Córdoba al mayor Julio Sanmartino; el 22 de enero de 1973 en una operación militar en la cual se asesina a los  sindicalistas Julián Moreno y Leopoldo Deheza, en Lanús, entre otras acciones guerrilleras.

Es lícito preguntarse, quien es Horacio Verbitsky: ¿un destacado periodista, vocero mediático del peronismo Kirchnerista, un ex guerrillero, un doble agente de las Fuerzas Armadas argentinas, un agente de la CIA?.Lo claro es que este personaje tan multifacético como contradictorio, hoy se ha transformado en un francotirador del periodismo y principal acusador Jorge Mario Bergoglio, el Papa Argentino. La pregunta es por qué.

En el año  1973 Verbitsky es parte del equipo de inteligencia de los Montoneros. En estas circunstancias participa en el secuestro de los hermanos  Born, ocurrido en 1974, por el que se recibió la suma de 60 millones de dólares como rescate. Horacio Verbitsky  fue  el responsable de organizar el traslado del dinero a Cuba. Entre las acciones más connotadas de Verbitsky como montonero, está el atentado realizado el 15 de marzo de 1976, en que se hace explotar el estacionamiento del  Edificio Libertador, sede de las FFAA,  provocando la muerte de un transeúnte e hiriendo a 17 militares y 6 civiles. Los ex montoneros Rodolfo Galimberti y Juan Daniel Sverko aseguraron ante la Justicia que Horacio Verbitsky había sido el jefe operativo de esta acción.

El otro atentado de magnitud que involucra a Verbitsky es el cometido  el 2 de julio de 1976 en el  comedor de la Superintendencia de la Policía  Federal, que  provocaría la muerte de 23 personas y 66 heridos, tras volar el lugar con potentes explosivos.  En este hecho el más grande atentado después de la AMIA,  Verbitsky  habría tenido participación desde el área de inteligencia.

Lo paradojal, es que en 1977 Horacio Verbitsky se alejó de Montoneros para acercarse  a las propias Fuerzas Armadas, en donde colabora  en el libro “El poder aéreo de los argentinos”, que editó el Círculo de la Fuerza Aérea en1979. Escrito por el comodoro (R) Juan José Güiraldes, el nombre del ex montonero ilustra la primera página de la obra en donde se le agradece su aporte.

Muchos ex guerrilleros señalan a Verbitsky como un traidor o “doble agente”, manifestando que de 62 integrantes conocidos del área de inteligencia montonera, el único que sobrevivió y ni siquiera resultó detenido, es Horacio Verbitsky, pues habría llegado a un acuerdo con los altos mandos  para salvar su vida, a cambio de entregar a figuras de la dirección de los montoneros y otros grupos de izquierda.

La otra cara, más amable, de Horacio Verbistky, es como Presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), instituto que manifiesta ser un centro de investigación y difusión de los Derechos Humanos.  En un libro titulado “Verbitsky, de La Habana a la Fundación Ford”, Carlos Manuel Acuña señala que las actividades del CELS, son financiadas por la Fundación Ford y la Fundación Tinker, ambas norteamericanas.  Además de recibir financiamiento de la National Endownment Democracy (NED), que según el New York Times y el Washington Post (no el Granma) es una fundación que funciona como articulación de la CIA para financiar partidos políticos  “democráticos” como ocurre en Venezuela, y como ocurrió en los países de la Europa Oriental para desestabilizar a los regímenes socialistas.

Por todo lo expuesto, es lícito preguntarse, quién es Horacio Verbitsky: ¿un destacado periodista, vocero mediático del peronismo Kirchnerista, un ex guerrillero, un doble agente de las Fuerzas Armadas argentinas, un agente de la CIA?

Lo claro es que este personaje tan multifacético como contradictorio,  hoy se ha transformado en un francotirador del periodismo y principal acusador Jorge Mario Bergoglio, el Papa Argentino. La pregunta es por qué.

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3 Comentarios

Alberto Harambour

Dos cosas: un artículo muy vago, basado en declaraciones de segunda mano a personajes dudosos, como Galimberti. Segundo, es extremadamente similar a este viejo artículo el aquí publicado:
http://www.laprensapopular.com.ar/6234/quien-es-el-perro-verbitsky

Ronald Wilson

Ronald Wilson

Efectivamente las fuente son las que usted indica más otras. Desgraciadamente la transcripción al formato de publicación borró la citas. En cuanto a la opinión que el articulo es muy vago es su opinión, mi interés es simplemente aportar a un debate, que cada vez se clarifica más, que las opiniones del Señor Verbitsky sobre Bergoglio, son falsas y que se deben a una animadversión política, que tiene dos causas, una, las diferencias entre ambos personajes por su histórica posición contraria dentro el peronismo, y la otra la oposición de Bergoglio al Gobierno de los Kirtchner, siendo Verbitsky su gran defensor…..

Fuentes: Articulo de Agustín Laje ¿Quién es el “perro” Verbitsky? La Prensa Popular | Edición 130 | Jueves 9 de Agosto de 2012 y Carlos Manuel Acuña. Verbitsky. De La Habana a la Fundación Ford. Buenos Aires, Ediciones del Pórtico, 2003,
http://elsolonline.com/noticias/view/166949/el-cura-jesuita-secuestrado-durante-la-dictadura-esta-en-paz-con-bergoglio
http://noticias.terra.com.ar/politica/perez-esquivel-aseguro-que-bergoglio-no-fue-complice-de-la-dictadura,89e6fd69c456d310VgnCLD2000000dc6eb0aRCRD.html
http://tiempo.infonews.com/2013/03/15/mundo-98258-boff-l-salvo-a-muchos-perseguidos.php

Eduardo R. Saguier

EL HISTORIADOR EDUARDO SAGUIER TEME POR LA VIDA DE BERGOGLIO

Lazarillo

Este Lazarillo se puso en contacto con el reconocido historiador argentino Eduardo R. Saguier en cuanto recibió un largo comentario a su artículo Un cura argentino denunció a Bergoglio, publicado en La Marea y en este mismo DdA, a propósito de la complicidad de la iglesia católica argentina con la dictadura de Onganía (1966-1967). Una vez tenidas en cuenta las informaciones aportadas por el periodista Horacio Verbitsky en el diario Página/12 acerca de la colaboración de Jorge Bergoglio con la dictadura del general Jorge Videla, damos la versión aportada por Saguier, en la seguridad de que contribuirá a un conocimiento más amplio de aquel turbio y sangriento periodo histórico. El historiador e investigador argentino ha preferido resumir en una sola y extensa respuesta el cuestionario que este Lazarillo le planteó, si bien no se ha resistido a contestar así a la pregunta que le planteaba acerca del porvenir dl papado de Francisco, sin argumentar las razones de su temor: Lo que pueda ocurrir de ahora en más lo ignoro, pero mucho me temo que intenten acabar con la vida de Bergoglio. He aquí la versión de Eduardo R. Saguier:

«En principio, contra todas las explicaciones que han brotado sobre el denominado “Proceso” (1976-1983), entiendo que no se puede comprender dicho período dictatorial, de terrorismo de estado, sin concatenarlo con la dictadura militar previa, que fue la de Ongania , y sus sustitutos Levingston y Lanusse, que se extendió desde junio de 1966 hasta marzo de 1973. El período intermedio, entre 1973 y 1975, fue un interregno populista, donde existió un doble poder y una lucha feroz entre facciones del oficialismo peronista que se dirimió con el triunfo del ala más derechista representada por López Rega y su brazo terrorista: la Triple A , en cuyo transcurso ejecutó a más de un millar de militantes populares, en vida de Perón y luego durante la presidencia de su viuda, crímenes que aún se mantienen impunes.

Es en este contexto cuando Bergoglio –luego de haber estudiado para técnico-químico (1955-1957)- siente el llamado de la vocación religiosa ingresando como novicio (1957), y finalmente ordenándose de sacerdote doce años después, en 1969, el mismo año del Cordobazo (una insurrección popular que vino a enterrar la experiencia burocrático-militar de la dictadura de Ongania). Es en esa época en la que aparentemente Bergoglio se vincula con Guardia de Hierro, facción política natural para quienes tenían afinidades religiosas católicas (Julio Bárbaro, De la Sota, Chacho Álvarez, etc.), pues no era así el caso de los demás partidos políticos, que fueron y son agnósticos por naturaleza.

Es precisamente después del Cordobazo (29-V-1969) cuando comienzan a prevalecer las tesis militaristas de la lucha armada y el pasaje a la clandestinidad de muchos cuadros políticos, que hasta entonces habían militado en la superficie y en las organizaciones de base. Con el pasaje a la clandestinidad y la militarización de esos numerosos cuadros político-estudiantiles se acabó el debate político y la libre discusión en las asambleas de base.

Es también la misma época en que apareció por vez primera la novedosa presencia de los cristianos de izquierda estrechamente vinculados a los curas villeros o del Tercer Mundo (García Elorrio). Esa militancia política de los cristianos de izquierda se despreocupó de las reivindicaciones político-liberales, tales como las libertades de expresión y de cátedra, y pasó raudamente de la Acción Católica a la lucha armada, sin la más mínima experiencia política, y sin conocer siquiera lo que era un comité o unidad básica ni una comisaría por dentro. La militancia Tercermundista desconocía las luchas del liberalismo político contra el atraso y el despotismo clerical y por la Ilustración moderna. Es decir, se trataba de una militancia inficionada de un aventurerismo infantilista, contagiada por la experiencia castrista, en franca competencia ideológica con el guevarismo marxista, y en un afán reivindicador e idealizador de la previa experiencia Peronista (1945-1955). Ninguno de ellos había vivido su vida adulta en el primer Peronismo. La caracterización de la denominada Revolución Libertadora (1955) como un golpe de estado más, equiparándola a los golpes de estado del 30, 43, 62 y 66, es equívoca y falsa, pues en realidad el del 55 se trató de una insurrección cívico-militar de comandos civiles (en especial cordobeses) que fueron desplazados de la hegemonía insurreccional por los cuadros más jóvenes de la oficialidad militar (pues todo el generalato era peronista). Y tampoco ninguno de estos Tercermundistas, ni el PC ni las agrupaciones universitarias reformistas, habían acudido en defensa de los regímenes democrático-constitucionales, cuando cayeron por golpes militares los gobiernos de Arturo Frondizi en 1962 y de Arturo Illia en 1966.

Fue en esas contradictorias circunstancias, en 1970, a un año del Cordobazo, cuando aparece de improviso, como el hongo después de la lluvia, la existencia de una desconocida agrupación guerrillera auto-titulada Montoneros, con el secuestro y asesinato del General Pedro Eugenio Aramburu (29-V-1970), y luego se produce la posterior caída de Ongania (8-VI-1970) y su sustitución primero por el Gral Levingston (1970-1971), y luego por el Gral Lanusse (1971-1973). Producido ese crimen, que fue fogoneado por los organismos de inteligencia ligados a la dictadura de Ongania (léase el ministro Gral. Imaz y los nacionalistas católicos que previamente habían acompañado al Gral. Lonardi en la Revolución Libertadora , tales como Rodolfo Walsh y Diego Muñiz Barreto, luego asesinados), comienza en el seno de la izquierda, y en especial en el seno de los organismos armados de la izquierda (FAR, FAL y ERP) un intenso debate que culmina con la capituladora asociación de las dos primeras (FAR y FAL, entre las cuales figuraban los periodistas-intelectuales Verbitsky y Gelman) a la hegemonía ideológica de los Montoneros. Esta última agrupación estaba casi extinguida debido a la represión sufrida luego del secuestro y muerte de Aramburu, por lo que la asociación con FAR-FAL vino a darle un auxilio numérico y estructural inestimable.

Los artífices de esa coalición armada fueron a mi parecer el Negro Quieto, en representación de FAR-FAL, y Pancho Aricó, en representación de Montoneros. Este último era un cordobés gramsciano, director de Pasado y Presente, que era conocido por los mismos Montoneros cordobeses que luego del secuestro de Aramburu habían tomado la localidad de La Calera (1-VII-1970), y que como expulso del PC, al igual que el historiador asesinado Rodolfo Ortega Peña, estaban desde hace años a la pesca de un “cable a tierra” (en especial desde la derrota del Che en Bolivia) que los ligaran a los movimientos políticos de masas (ver el debate provocado por la autocrítica del filósofo Oscar del Barco en diciembre de 2004). En este caso, la asociación de FAR-FAL a Montoneros (12-X-1973) supuso una abdicación del Marxismo-Leninismo y una adopción acrítica del populismo peronista.

Es justamente en esos cruciales momentos, en 1973, que Bergoglio es elegido Provincial de los Jesuitas. Elegido pese a su juventud (36 años) por tener una personalidad bien secular y mundana y una experiencia de vida que no poseían los demás padres jesuitas, muchos de los cuales estaban contagiados con el sarampión infantilista del Tercermundismo. Es en esos años, que la nueva asociación FAR-FAL-Montoneros se vuelca a la campaña “Perón Vuelve” que culmina exitosamente con el retorno de Perón, y que se inaugura trágicamente –en lucha contra la burocracia sindical– con la Masacre de Ezeyza (20-VI-1973). Posteriormente, dicha asociación FAR-FAL-Montoneros boicotea conjuntamente con López Rega la fórmula Perón-Balbín , la cual eventualmente y a título de hipótesis contra-fáctica habría podido evitar –luego de la muerte de Perón (1-VII-1974)– la catástrofe política que siguió.

Todo lo que sobrevino es muy conocido y creo que estaría demás que abundara en ello. Pero sí cabe especular como pudo haber lidiado Bergoglio con esa amarga realidad. Como no he leído el libro de Sergio Rubín no sé lo que él dice al respecto. Lo único que puedo expresar, porqué lo experimenté en carne propia, es que la nueva Dictadura de Videla, inaugurada el 24 de marzo de 1976, fue de una naturaleza terrorista mucho más grave y sangrienta que la de Ongania. El terror se tocaba con las manos y nadie se atrevía a abrir la boca. Fue en esa terrible época, en la que alcancé a irme del país, que los escritores Borges, Sábato y Castellani, concurrieron a la Casa Rosada para pedir por la libertad del ensayista Antonio di Benedetto (La Opinión, 20/5/76). Que Bergoglio haya también concurrido a la Casa Rosada para pedir por la vida y la libertad de los curas Yorio y Jalic no lo hace socio de la dictadura. Que nada menos que Emilio Mignone lo haya acusado de cómplice de la dictadura, revela la naturaleza conversa de quienes habían colaborado desde altos puestos públicos con las dictaduras de Ongania y Lanusse (Mignone fue un nacionalista católico Lonardista que había sido subsecretario de Educación con Ongania). Por otro lado, Bergoglio no podía como Provincial de la Orden Jesuítica enfrentar a la Curia Eclesiástica , dentro de una estructura jerárquica piramidal como la Iglesia Católica.

Lo que es increíble y difícil de concebir es que Yorio y Jalic insistieran en esa época, luego de la triste experiencia del cura Carlos Mujica, en vivir y concurrir a las Villas Miserias. Esa actitud, temeraria en esos años de terrorismo de estado, equivalía a una provocación inútil, y a una sentencia de muerte. Por eso, la actitud de Bergoglio, de acudir en defensa de ambos curas, fue heroica y de una heroicidad mayúscula. Por el contrario, los que lo critican como Verbitsky, estaban protegidos por la clandestinidad y el aparato económico que lo sustentaba.

Mientras que durante la Dictadura de Ongania se pudo a duras penas, y con riesgo cierto de perder la libertad, protestar públicamente en las calles; durante la llamada Dictadura de Lanusse (23-III-1971 a 24-V-1973) reinó paradójicamente la más absoluta libertad de expresión y de prensa. Pero con la Dictadura de Videla, dichas libertades fueron imposibles, pues se corría el riesgo seguro de perder la vida, con la sola excepción de las Madres de Plaza de Mayo, que iniciaron su campaña recién a fines de 1977. Desde marzo de 1976 a junio de 1977, mes en el cual pude irme del país, no volaba una mosca, ni existían las Madres de Plaza de Mayo.

Foto: Portada del diario Página/12 del día de la fecha -muy dintinta a la de días precedentes-, donde se desglosa una encuesta con la población argentina acerca de lo que los ciudadanos de ese país pedirían a su papa.

Publicado 2 hours ago por Lazarillo