Los asistentes de educación son imprescindibles en cada escuela, pero no tienen ni carrera funcionaria ni mayor respaldo de otros estamentos. Con todo lo que hacen ¿podría creer el lector que haya comunas en donde se les paga el sueldo mínimo? No existe uniformidad en las remuneraciones.
Los establecimientos educacionales no funcionan si no existen los asistentes de la educación. Son tan importantes como el estamento docente, pero nadie parece ponerles mayor atención. Los asistentes de educación -en algún tiempo llamados paradocentes- son los grandes olvidados de un sistema en crisis. Para los que no sepan de qué hablo, les cuento brevemente las labores que realizan, estando o no dentro de sus obligaciones. Los conocemos normalmente como «la inspectora o el inspector». Son carne de cañón, guías, guardias, tramitadores, digitadores, enfermeros, choferes, telefonistas, administrativos y encargados de las más diversas actividades.
Cuando un profesor falta, mandan al inspector a hacerse cargo del curso. No hace más que estar ahí, en la primera línea de fuego, tratando de controlar a los educandos que normalmente no los respetan. Cuando un niño tiene un accidente, mandan al inspector para que lo lleve a la posta o haga alguna curación menor. Cuando un pequeño se «ensucia» y hay que lavarlo o cambiarle ropa hasta que llegue el apoderado, son los inspectores los que cumplen con esos quehaceres. Para ingresar los datos al SIGES, se cuenta con un inspector bueno para digitar y lo comisionan para esa labor. En caso que haya que suplir la ausencia de la secretaria ¿a quién recurrir? al asistente de educación que sabe más de esos trabajos. Para controlar que los niños no se escapen en los recreos, ahí están los asistentes y ¡pobre si se les «arranca» un niño! (Como si pudieran agarrar al alumno de un brazo y tironearlo hacia adentro sin recibir una retahíla de garabatos y hasta escupitajos, amén del posterior airado reclamo de la familia entera del angelito).
Si no está el profesor encargado del CRA (biblioteca escolar) se manda a un inspector. La normativa dice que el encargado debe ser docente pero si no hay, no se puede cerrar la biblioteca, así es que nunca falta un asistente que «le pegue» a ese trabajo y queda ahí los días que haga falta.
Para los datos que se envían a JUNAEB sobre alimentación -planillas estadísticas rigurosas- es un asistente de educación el que lo hace y muchas veces ni duerme pensando que una equivocación se traducirá en un gran reto. A principio de año ¿quien soluciona los colisionados? En escuelas con población rural, muchas veces se le pregunta al asistente que vive cerca o conoce a la familia y se le pide que averigüe si el alumno finalmente irá a clases o se fue a otro colegio.
Los asistentes de educación son imprescindibles en cada escuela, pero no tienen ni carrera funcionaria ni mayor respaldo de otros estamentos. Con todo lo que hacen ¿podría creer el lector que haya comunas en donde se les paga el sueldo mínimo? No existe uniformidad en las remuneraciones.
Los asistentes de la educación, como en toda organización, cuentan con malos elementos, pero también con muchas personas que hacen más de lo que deben hacer. Son personas con gran vocación de servicio, personas que han llegado a organizarse para solventar los gastos de algún niño en difícil situación social, gente con iniciativa que crea proyectos para integrar a niños con carencias y que por no tener un título, no pueden materializar su enorme capacidad. Ya lo saben muchos apoderados a lo largo y ancho del país, que prefieren hablar con ellos para recibir orientación y no con los mismos profesores y/o directivos, siempre atareados y en algunos casos, poco comprensivos.
Para los paros de profesores, los asistentes elaboran una declaración de apoyo y la directiva nacional del magisterio así lo informa en sus comunicados. Cuando los asistentes de la educación solicitan mejoras para su gremio, los profesores ¿los acompañan?
Hay escuelas en donde los docentes cuentan con bonos por trabajar en condiciones difíciles. Por supuesto que los asistentes vuelan. No se embarran tras las lluvias persistentes del invierno sureño.
Ojalá que dentro de los cambios para mejorar la educación pública, se acuerden de estos importantes actores que día a día intentan aportar a la formación de los niños.
——-
Imagen: Wikimedia Commons
Comentarios