¿Cuántos años de nuestra escolaridad nos han obligado a aprender sentados en una silla?
Al parecer han pasado los años, y llevamos en este sistema educativo que por lo general se ha asociado que la mejor, y me arriesgaría a decir, la única forma de aprender los contenidos de manera segura y efectiva, es manteniendo a los estudiantes aferrados a una simple silla dentro de un aula. Espacio que a su vez, está diseñado arquitectónicamente para la contención y/o retención de un gran número de sujetos que por las condiciones espaciales y del mobiliario tienen pocas posibilidades de moverse.
Ante eso, y haciendo voz a nuestra experiencia educativa ¿Alguien se ha preguntado cuánto tiempo, en horas, de nuestra escolaridad, la silla nos ha reprimido de otros saberes y experiencias?
En el ejercicio matemático y de aproximación, nuestras horas de permanencia en un centro educativo es de 1.225 horas en un año. Si a eso lo multiplicamos por los 12 años de escolaridad de 1° básico a 4° año medio, nos da un total de 14.700 horas de permanencia. ¿Qué porcentaje de esas 14.700 horas estamos atrapados a una silla con nuestro cuerpo inmovilizado y perdiéndonos otros aprendizajes?
Según Motos (2001: 19) en su libro «Práctica de expresión corporal», plantea que cualquier proceso expresivo se articula sobre cuatro palabras clave: percibir, sentir, hacer y reflexionar. Al leer estas palabras clave, inmediatamente me viene a la mente “el recreo”. Con qué ansias y ganas se espera el toque de la campana
en mi época o el timbre en la actualidad. Es el momento de la liberación, es el momento de percibir, sentir, hacer, jugar, reflexionar, compartir, ser protagonista activo/a, donde la propia experiencia o conocimiento se valora y se enriquece con las experiencias y conocimientos de los otros.
Liberemos a nuestros/as estudiantes de la dictadura de la silla, invitémoslos a nuevas formas de aprender y experimentar, innovemos pensando que queremos sujetos activos, expresivos, reflexivos, críticos, sensibles,
empáticos, felices y conectados/as con su corporalidad.
En esos momentos por lo general se fortalecen vínculos, se generan historias, se improvisa, se actúa, se crea e innova, porque siempre alguien inventa algo nuevo. Pero esos aprendizajes, se dan solo en 15 o 20 minutos de recreo.
Por eso cuando leo a Motos, quien en su libro menciona al Autor Neill (1974: 37) advirtiendo: “la mayor parte del trabajo escolar que hacen los adolescentes es tiempo, energía y paciencia perdidos. Roba a la juventud el derecho a jugar, jugar y jugar. Pon cabezas viejas sobre hombros jóvenes”.
Por eso, liberemos a nuestros/as estudiantes de la dictadura de la silla, invitémoslos a nuevas formas de aprender y experimentar, innovemos pensando que queremos sujetos activos, expresivos, reflexivos, críticos, sensibles,
empáticos, felices y conectados/as con su corporalidad.
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PATI TAMARGO CONTRERAS
Estimado Rubén parto felicitándote por tocar este tema tan significante en toda la educación no sólo chilena, sino latinoamericana y mundial. La silla, ese objeto ansiado no solo en el aula, en los medios de transporte tan añorados y peleados, en los paseos y en casa, han hecho del cuerpo humano, un ente pesado y ligado a la inercia y la gravedad. Es un hecho lamentable que en lo personal, como pedagoga y directora teatral, he reemplazado vivamente por el círculo grupal de pie en la sala. Estamos haciendo patria joven y creativa amigo cuando invitamos a los alumnos de cualquier ramo a dejar y alejar la silla de nuestras vidas y hacemos fuerza con cerros de sillas apiladas, para que las infraestructuras de colegios, institutos e universidades nos vayan quedando chicas y se torne inevitable el cambio rotundo hacia una renovada y reencantada educación general y artística al interior del aula y más allá de la misma. Con amor.
loreto jara
Rubén:
no puedo estar más de acuerdo con lo que planteas. En alguna época, seguramente, funcionó mejor aquello de ordenar a los estudiantes en una sala dispuesta de esa manera, para «garantizar» la atención y el aprendizaje. Pero hoy, ¡no hay quien resista! Por eso cada vez es más fuerte la intención de ir renovando la escuela. Para el verdadero aprendizaje, necesitamos jugar más y ordenarnos menos. Sigamos avanzando. 🙂
derechiste
Es parte del juego y del negocio. Niños esclavizados a un sistema educacional que no les da ni un minimo desarrollo en una futura vida laboral. Padres esclavizados al gasto monetario de inutiles utiles escolares que no desarrollan a nuestros niños en sus capacidades intelectuales, productivas, morales etc. Son solo un numero una cifra para un ministerio de gobiernos de turnos, carnes de cañon para colegios avidos de lucro , subproducto para el comercio, que solo recrea la gran brecha que existe entre nuestros educandos. Asi en tan simples palabras es nuestra educacion hoy por hoy en nuestro chilito.
Natalí
Nunca mejor dicho y la verdad absoluta. Excelente Artículo, muy bién expuesto y muy bién razonado. Felicidades muy buen trabajo.-
Adriana Alfaro
EXCELENTEEEEEEEEEEEEEEEEEEE ARTICULO….ME HIZO ACORDAR A MIS PRIMEROS MOMENTOS DE TRABAJO EN EL CAJ (CENTRO DE ACTIVIDADES JUVENILES) CON JOVENES EN LUGARES MUY BULNERABLES …EN DONDE TOME COMO PRIORIDAD QUE CADA ACTIVIDAD PROPUESTA SERIA FUERA DE ESAS SILLAS Y AULA A LA CUAL ESTABAN ACOSTUMBRADOS LOS JOVENES…Y PROPONERLES OTROS ESPACIOS COMO EL PATIO…UNA CANCHA DE BASQUET,DEBAJO DE LA SOMBRA DE ARBOLES,ETC….Y FUE INCREIBLE…HOY SIGO ELIGIENDO ESTOS MISMO ESPACIOS COMO TU DICES:ACTIVOS ,REFLEXIVOS,SENSIBLES,EMPATICOS,FELICES,CONNECTADOS …Y YO AGREGARIA»INCLUIDOS»…Y ES GRANDIOSOOOOOOOO EL RESULTADO PARA LOS JOVENES Y PARA MI….
FELICIDADES….Y QUE HAYA PERSONAS COMO TU QUE TENGAN ESTA VISION ES LO QUE SUMA A LA EDUCACION….!
SIMPLEMENTE GRACIASSSSSSSSSS POR COMPARTIR ESTE GRAN ARTICULO.
Carlos Valderrama
Excelente y motivador articulo Rubèn. Tal vez el problema no sea la dicotomìa recreo v/s. sala de clases sino el desafío de convertir la sala de clases, rompiendo la dictadura de la silla, en un espacio para sentir, percibir y experimentar el cuerpo. Desde cosas tan sencillas, como lo hemos experimentado en nuestro Liceo, que el estudiante no este obligado a pedir permiso para parase de la silla sino que tenga la autonomìa para decidir su movimiento dentro de la sala.
Mario Flores
Felicitaciones querido Rubén, por tu artículo y por asumir la responsabilidad de generar pensamiento propio. Tienes razón, la silla es un objeto de cuatro patas, pero también es en lo simbólico un tropo que da cuenta de procesos disciplinadores. No sólo la han instalado para la coerción y represión, sino para disciplinar; para volvernos dóciles, obedientes, consumidores, sumisos. La cruz, la espada, la silla.
Los caminos descolonizadores alumbran también el necesario ejercicio de sacarnos la silla que todxs llevamos dentro.
Abrazos fraternos
Mario Flores
vasilia
Durante los ultimos 20 años se libero a los jovenes de la caligrafia. ¿Para que sirve, si cada vez hay mas computadores, se teclea mas y es mejor? ¿Para que sirve escribir bonito con la mano si ahora todo se puede imprimir?
Pues resulta que la caligrafia esta volviendo lentamente en muchos colegios del mundo. Porque resulta que no servía para escribir bonito, sino para desarrollar coordinación, habilidades de motricidad fina y es la mejor forma de mejorar la estructuración del lenguaje.
¿Que es molesta la silla en el colegio? Oh sí. PERO un niño no tiene derecho solo a jugar, jugar y jugar. Tambien tiene que aprender el valioso y muy práctico uso de la disciplina.
Lo estupido es que un niño de 4 años sea obligado a estar sentado. Un niño hasta los 7 años tiene que moverse, tiene que jugar, tiene que correr. Pero de los 7 años en adelante tiene que aprender a tener disciplina, a saber que hay momentos para correr y momentos para estar sentado, momentos para hablar y momentos para estudiar. Tiene que aprender que hay reglas, que cada cosa tiene su momento. Y sí, es dictatorial, porque el niño no tiene derecho a decir si quiere aprender eso o no, porque la silla, con todo lo mala que parece, es el primer limite que tiene un niño.
Otra cosa es que esperemos que un niño de 7 a 12 años vaya estar como zombie durante todo el dia sentado, y es absurdo mantener a 45 niños sentados en una sala habilitada para 25. Pero la silla, como tal, y el estudiar de esa manera, por muy arcaico que parezca, tiene su razón de ser y que ha dado muy buenos frutos en el pasado, mientras que las nuevas corrientes de laise faire en educacion nos han dado 45% de analfabetos funcionales.
Dejemos claro una cosa: uno no va al colegio a jugar, no va al colegio a divertirse. Uno va al colegio, de hecho es obligacion imperativa ir, a aprender. Para aprender se necesita poner atencion. Para poner atencion se necesita estar en reposo, o sea, se necesita estar sentado y atento. Otro cantar es que la forma como se digan las cosas sean mas o menos interesante.