Que las prioridades fueron mal establecidas en la reforma educacional, no es un misterio. El Gobierno postergó el fortalecimiento de la educación pública, una reforma a la carrera docente, la calidad y la renovación de las metodologías arcaicas del sistema educativo, y, en cambio, envió tres proyectos al Congreso, de los cuales valoro el querer terminar con la segregación y creo razonable que hasta sexto básico no exista selección, pero ¿por qué privar a los colegios de querer desarrollar un proyecto diferenciador, en torno a características particulares de sus alumnos desde séptimo en adelante? La evidencia muestra que la selección en esta etapa genera un menor impacto, pues los colegios ya cumplen un perfil de alumno.
El fin al lucro -que no es más que una mera reivindicación ideológica- no mejora en nada la calidad de la educación.
Respecto al fin del copago, sería ideal que las familias no tengan barreras económicas al elegir un buen colegio, pero tal como está planteado en el proyecto enviado por el ejecutivo –es decir, no asegurando suplir la totalidad del copago que los colegios hoy perciben- implica un total retroceso para el sistema educacional de nuestro país, condenando a nuestros niños y jóvenes a ser educados con menos recursos de lo que hoy disponen.
El fin al lucro -que no es más que una mera reivindicación ideológica- no mejora en nada la calidad de la educación. Por eso Amplitud presentó una reforma para regular el retiro de los excedentes de los colegios constituidos como sociedades comerciales –utilizando para ello la categorización que realiza la Agencia de Calidad- obligando así a los colegios con malos resultados a reinvertir los excedentes generados y permitiendo el retiro de estos a aquellos colegios que cumplan a cabalidad su rol social educativo.
Dicho lo anterior, existe de nuestra parte la mejor disposición de rescatar lo positivo de tales proyectos, y modificar aquello que consideramos negativo. Nuestro único fin, es lograr la mejor educación para nuestro país. Por lo mismo, hacemos un llamado al Gobierno para que ordene las prioridades de esta reforma y enmiende su rumbo, es inconcebible dejar fuera del debate la necesidad de una reforma a la carrera docente, fortalecer la educación temprana, una sólida educación municipal y una reforma a los contenidos que hoy se imparten. También es necesario invertir en los colegios técnicos, fomentar la inclusión de niños con capacidades diferentes, disminuir la cantidad máxima de alumnos por aula, y una reforma integral al SENCE, cuyos programas no están teniendo los resultados esperados. En fin, hay un sinnúmero de temas que no se están tocando y que son de suma importancia para una reforma estructural e integral a la educación como la que Chile necesita y merece.
Los jóvenes de Amplitud, tenemos la convicción que, hoy más que nunca, nuestro actuar debe seguir siendo el de una oposición constructiva, capaz de tender puentes hacia todos los sectores políticos y el Gobierno, que contribuya a la generación de un debate propositivo para a una reforma integral, cuyo foco principal sea la calidad de la educación de los niños y jóvenes de nuestro país, y que nos permita alcanzar un acuerdo en materia educativa.
Fernando Pérez Navarro
Secretario Ejecutivo Juventud Amplitud
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