No podría definir qué es el arte, es algo que se ha intentado definir de muchas formas, pero siempre existen apreciaciones personales al respecto. Por la misma razón, muchas veces se nos impone una visión sobre el mismo que no tenemos por qué compartir. Sucede entonces que la mejor forma de definir algo que no se conoce con certeza es, por el contrario, definirlo por lo que no es o no podría ser.
El arte no es educación. Y no es cultura (y podemos agregar que la cultura no es educación).
La educación es bien diferente del arte. Actualmente se cree que la música, la pintura, la literatura o el teatro sólo tienen fines educativos, “culturales”, o políticos incluso. Pero el arte, realmente, sólo puede tener un fin artístico (a saber cómo lo definimos, aunque por lógica no es un fin educativo ni tampoco uno cultural).
La cultura es gratuita, porque es propia de todo grupo humano. Las personas pueden absorber una cultura por el sólo hecho de estar inmersas en ella. Alguien se puede convertir en pescador por haber vivido con pescadores, por lo que aprende sus destrezas y técnicas. No hay forma de cobrar por ello, porque la cultura siempre es gratis y está disponible en el intercambio social.
La educación en cambio es una actividad intencionada, tiene el fin de educar a las personas. La cultura no tiene una finalidad manifiesta, siendo parecida a una biblioteca. un archivo o un almacén. Pero la educación sí tiene esa finalidad y busca generar unos valores y destrezas. Trata de formar a una persona y es esencial para todo grupo humano (también lo es esencial la cultura, pero la cultura, a diferencia de la educación, siempre existe, buena o mala, no necesita una intención).
Por tanto la educación puede ser asumida como rol del Estado, no necesariamente de forma excluyente, pero sí de forma preferente y amplia. La educación puede ser pública y gratuita, porque de los tres conceptos es el que más fácilmente puede ser legalizado, formalizado o asumido como actividad sujeta a normas, a límites y a necesidades de financiamiento, por ser la actividad más material y tradicional, y también la más fácilmente comprensible y concreta.
El arte no es ni educación ni cultura. El arte tiene mucho más que ver con la libertad y posición de un individuo (o de varios individuos) en el mundo que con el Estado. El Estado a cargo del arte es la negación de la libertad creativa, porque significa que el Estado asume el mismo papel que cumplían antiguamente las cortes en las monarquías, donde componer música, pintar o escribir sólo podía hacerse con auspicio real.
La educación a cargo del Estado es una necesidad, porque es importante formar personas, entregarles valores y destrezas. La educación puede ser pública, gratuita y universal, puede ser muy amplia, y además puede elevar el nivel cultural y además servirse de las artes para su fin educativo.
El arte puede elevar el nivel cultural. Pero no es “cultura” de por sí, y como equivalencia. El arte sólo se vuelve cultura cuando pasa a ser parte del patrimonio y la memoria de una sociedad.
La cultura no podría estar a cargo del Estado aunque quisiera, porque es propia de todo grupo humano. El Estado puede influir en el nivel cultural mediante la educación y otras acciones, pero no puede hacerse cargo de “la cultura”. La cultura adquiere la forma que la sociedad le da, y sólo la que la sociedad, el colectivo, quiera o pueda darle.
El arte puede elevar el nivel cultural. Pero no es “cultura” de por sí, y como equivalencia. El arte sólo se vuelve cultura cuando pasa a ser parte del patrimonio y la memoria de una sociedad. Esto ocurre cuando la sociedad recuerda una obra de arte, y no cuando la obra de arte está recién hecha, porque ser artista no te vuelve automáticamente parte de “la cultura”. Es algo que define el paso del tiempo.
El arte puede tener un fin educativo. El Estado puede educar a través del arte. Esto lo logra a través de museos, bibliotecas, orquestas, teatros. Y puede lograrse a través de instituciones culturales.
Pero el arte no es ni educación ni cultura. Como actividad es una cosa diferente, y no está a cargo de universidades, ni del Estado, ni de empresarios que no se dedican a actividades artísticas (nada tiene que hacer un fabricante de fideos o un empresario del retail en la promoción de la actividad artística, a diferencia del dueño de un teatro, un cine, o una sala de música).
El arte es libre, es principalmente individual (del individuo hacia el mundo), nace de la expresión personal (o colectiva, pero nunca estatal), y es una actividad profesional o un oficio. Y la libertad de trabajar en el arte es un derecho humano, el derecho al trabajo, el cual no puede ser relativizado.
Arte, educación y cultura son tres cosas diferentes. Este pesado y aburrido texto explicativo me parece necesario, dado que hemos olvidado el uso de diccionarios y enciclopedias, libros colectivos y bastante modestos, cuyos autores permanecen muchas veces anónimos.
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any
Discrepo en su argumentacion, hay artes en todos los aspectos de la existencia, tiene relacion con la percepcion, interpretacion y apreciacion de la belleza en todo…No toda la cultura es gratuita, me encantaria tener acceso a mucha informacion ,mas no tengo el poder adquisitivo para hacerme conocedora. Como decia un profesor cada oficio tiene su arte.