#Ciudadanía

Simplemente, apruebo

Compartir

En la naturaleza ocurre un proceso continuo y permanente donde las especies, independientemente de su tamaño y complejidad orgánica, se van adaptando a las condiciones cambiantes del medio ambiente en que se desarrollan. Aquellos organismos que logran adaptarse exitosamente a esos cambios tienen la posibilidad de sobrevivir y dar vida a la siguiente generación. Aquellos, por el contrario, que no pueden desarrollar alguna mejora en su estrategia vital para enfrentar los cambios que impone madre Natura, simplemente desaparecen. Ese proceso complejo, azaroso y permanente se conoce como evolución, donde los buenos de Carlitos Darwin o de Alfredito Russel Wallace corrieron formalmente el velo de una ley natural, de esas que para los habitantes de este planeta es imposible que podamos zafar.

Como seres sociales y dotados de atributos neuronales particularmente complejos y desarrollados, los seres humanos poseemos una autoconciencia de nuestra existencia vital y hemos tratado permanentemente, desde que nuestros ancestros se bajaron de los árboles, de modificar nuestro entorno natural y social con el único objeto de generar condiciones tales, que nos permitan desarrollar nuestro proceso de vida de la mejor manera posible y así proyectarnos hacia la siguiente generación.

La variedad chilensis de Homo sapiens no es una excepción al patrón de comportamiento antes descrito. Eso sí, por razones históricas, económicas, religiosas y socio-culturales que escapan al objeto que quiero relevar en estas reflexiones; este grupo humano que convivimos apretujados entre mar y cordillera fue distorsionando, a fuerza de espada, fuego, la cruz y fusiles, la organización, estructura social y modos de convivencia y relación entre nosotros. Al igual que en otras latitudes, en estas tierras algunos seres humanos, los menos, han disfrutado y usufructuado de las riquezas y beneficios de un territorio pródigo (copia feliz del Edén lo describieron algunos bardos de antaño); mientras que el resto, los más, han padecido las pobrezas y maleficios de este pródigo pero inalcanzable territorio (más parecido a la copia del infierno de Boticelli que otra cosa).

Este orden social del Homo chilensis contó siempre con el aval jurídico de constituciones diseñadas y redactadas por esos pocos para beneficio de los mismos pocos. Así pasaron los años, cientos de años. Pasó tanto tiempo que incluso muchos pensaron que así había sido siempre y que ese era el orden de las cosas: patrones y patronas que se preocupan de sus inquilinos e inquilinas obedientes y castigan a los díscolos y desobedientes. Pero los procesos evolutivos también permean los procesos sociales, incluso en esta esquina periférica del mundo, al borde del océano Pacífico. A pesar de esos pocos que quieren seguir viviendo en una estructura social remendada y maquillada, pero esencialmente al estilo del S.XIX o S.XX; los procesos evolutivos fueron transformando generación tras generación de desplazados, invisibles y nadies en una generación dispuesta a entrar de lleno en el S.XXI, con todas las transformaciones que eso le lleva. Incluso un nuevo orden jurídico que avalará lo que siempre debió haber sido este territorio: una genuina Copia feliz del Edén para todos los seres humanos que lo habitan.

Si pienso que las antiguas constituciones fueron redactadas por pocos representantes de una elite de rancia y cuestionable alcurnia y que la actual constitución que nos rige, la del 80, posee el demérito adicional de haber sido impuesta a sangre y fuego por una de las dictaduras cívico-militares más inmisericordes del continente y maquillada superficialmente por una elite política acomodaticia en los albores de la presente centuria; el borrador de la nueva Carta Magna, en proceso de redacción por un cuerpo de representantes electos por votación popular, donde  por vez primera en 200 años, su configuración representativa se parece mucho al Chile histórico y actual, merece mis respetos y confianza. Por eso, simplemente apruebo.

Como dicho borrador ya contiene que somos un Estado unitario, plurinacional e intercultural y reconoce la coexistencia de diversas naciones y pueblos, donde se asegurará una participación genuina en el ejercicio y distribución del poder; por eso, simplemente apruebo.

Porque está consagrado el derecho de todos y todas a la vida, donde el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar e impedir la impunidad de delitos de lesa humanidad y aquellos que atenten contra los derechos humanos. Por eso, simplemente apruebo.

Como también el borrador sostiene que el Estado garantizará la conservación, restauración, recuperación progresiva y equilibrio de la naturaleza y sus elementos, incluidos los ecosistemas marinos y costeros continentales, protegerá la biodiversidad y adoptará acciones para enfrentar los efectos de la crisis climática actualmente en desarrollo; por eso, simplemente apruebo.

Porque el borrador incluye los derechos que tenemos a la integridad física, psicosocial, sexual y afectiva; así como también el derecho que tenemos todos a decidir de forma libre, autónoma e informada sobre el propio cuerpo, sobre el ejercicio de la sexualidad, la reproducción, el placer y la anticoncepción. Por eso, simplemente apruebo.

Este orden social del Homo chilensis contó siempre con el aval jurídico de constituciones diseñadas y redactadas por esos pocos para beneficio de los mismos pocos. Así pasaron los años, cientos de años.

Porque el borrador considera al Estado como garante del derecho a vivir en ambientes seguros y libres de violencia, asegurando las condiciones materiales, ambientales, sociales y fortaleciendo a las comunidades en los territorios. Por eso, simplemente apruebo.

Porque el borrador incluye el derecho de cada uno a la libre expresión, a la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión y de cosmovisión. Porque establece que ninguna religión ni creencia determinada será oficial del Estado. Por eso, simplemente apruebo.

Porque también el borrador contiene el rol garante del Estado para impedir la concentración de la propiedad de medios de comunicación e información, como también el fomento en la creación de medios de comunicación e información a nivel regional, local y comunitario. Por eso también, simplemente apruebo.

Porque el borrador consagra el derecho al ocio, al descanso y a disfrutar el tiempo libre. Por eso, simplemente apruebo. Y además, se hace cargo del derecho que tenemos todos y todas a la protección de datos personales, su conocimiento y control en este mundo hiperconectado. Por eso, simplemente apruebo.

Por los temas de justicia, descentralización y autonomía territorial, por el enfoque de género y tantos otros aspectos abordados en el borrador en desarrollo. Por eso, simplemente apruebo.

En definitiva, por la evolución de las especies (incluso del y la Homo sapiens chilensis), simplemente apruebo.

5
16

Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad

Comenta este artículo

Datos obligatorios*

5 Comentarios

Claudio

Que gran columna maestro.

abechtold

abechtold

Porque la intencionalidad de el episodio constitucional busca imponer que las personas tengan valores y conceptos que se disfrazan de «comunes», pero son de grupos de poder, simplemente rechazo.

Cecilia Gasic

Excelente columna!! Por eso, simplemente apruebo

any

¿Cuanto deberian aumentar los impuestos para la clase trabajadora para poder cumplir estas garantias?¿tenemos la capacidad economica para adaptarnos?

Teresita Espinoza Soto

Para que mis hijas, nietos y nieta, crezcan y vivan en una sociedad libre y respetuosa de sus derechos, una sociedad igualitaria, que no discrimine.
Que a diferencia de nuestra generación, puedan tener una vejez digna…..por todo eso y más…..YO APRUEBO.